31 diciembre 2010

Póngame el mismo año

Salir de un año para entrar en otro que tiene sus mismos rasgos, que prácticamente se llama igual y que trae, muy verazmente, los mismos días de calor y de frío, ilustra cómo hay aspectos de la vida en que uno quiere lo mismo, siempre. Y hace lo mismo que el año: disimula.

30 diciembre 2010

estaba pasando

Que se cierre un medio es una desgracia para una sociedad –dice Iñaki Gabilondo en su despedida de CNN+. Y sólo la mención previa a tanta gente como queda ahora en una posición laboral complicada le impide añadir que es una desgracia comparable con lo que supone para una sociedad ver abrir cada día a medios, cuya aportación al debate crítico y a una mejor, más honda y sabia percepción del mundo es esa “línea de filiación fanatizada” con que David Trueba define, justo al lado, que el problema de quienes se van es siempre quienes se quedan. Y así, duele, aún sin haberle frecuentado, leerle mentar de un compañero de cadena –Antonio San José- que es “ejemplo de un periodista que necesita una sociedad”, porque en ello está la impotencia y la derrota enésima de esa sociedad, pero también, de la mano, la elección obvia del resto de sociedades que nos componen, sin necesidad de salir de este país: las que, con sus cuatro horas largas de consumo diario de televisión, avalan el tono de bazofia y populismo embarrado que quedan, como matones analfabetos, al cargo de la realidad que alimenta a millones de personas en un ciclo de mezquindad y empobrecimiento sucesivos y retroalimentados.
Nadie es sólo un individuo –dice Gabilondo para ilustrar, quizá no tanto que el papel de la atención prestada a un medio es, o debería, ser algo más que un búnker de las propias ideas, sino que a ese refugio es lícito llegar (CNN+ lo era, aunque no lo suficientemente habitado) pero con un mapa que incluya, no sólo esa individualidad que se basta y sobra, sino también una reflexión global que observe el mundo, no sólo con ojos más críticos (que para ese viaje bastan esas alforjas que son abc, razón o el mundo), sino mejor, más honda, sabiamente, crítico. Y al que no es ajeno la mención de Gabilondo al “señorío” o la “elegancia” como señas del difunto canal, que no de su posible enseñanza, ese “debería ser muy estudiada por quienes quieren hacer del periodismo un oficio útil para la sociedad". Pues, quién a estas alturas, salvo escasos ejemplos, edita un periódico o se pone a emitir un canal –de radio o tv- con la pretensión de ser socialmente útil a una sociedad que no sea la que estrictamente paga su tirada.

24 diciembre 2010

Punto de vista


Obviando que un poder capaz de enviar un cometa para anunciar el nacimiento de su hijo, habría podido crear mejores, más obvias luminarias en tierra, el punto de vista de la estrella es uno tan ignorado como el que habría podido contar su religión a partir del propio protagonista. Cada año, el vecino de abajo celebra la navidad iluminando el pino que crece en su jardín. Y cada año, de cuando en cuando, el dueño del jardín y de la casa me cuenta lo muy iluminada que se ve mi cocina desde su parcela. Desde la estrella observo al pino, solo en la noche un año más, a cuestas con su celebración para nadie, y me voy a la cama con una sensación de esfuerzo en el lugar equivocado. Feliz bombilla.

Ley de la propiedad privada de propiedad

Lo escribía José María Guelbenzu en El País 22.12: “para negar la culpabilidad, nada como simular ser la víctima”. Política y economía viven de esa cortina, que sirve también para la ley antipiratería -¿por qué no se la llama cómo debe?- y para esa otra ley milagrosamente aprobada, no contra el tabaco –otro error en el bautismo-, sino para salvaguardar a quienes no fuman. Así, víctimas son los internautas que se declaran acusados de esa cualidad de la libertad de expresión que es… robar la libertad ajena de ponerle precio. Víctimas también quienes se ven acosados por la prohibición de fumar… que es sólo la de hacerlo allí donde quienes, no fumando, no podían entrar en un bar, un despacho, un restaurante, sin exponerse a la pestilencia y su lotería cancerígena.

Hablando de derechos, se habla en realidad de obligaciones: la de quien considera obligatorio que, quienes padecen las consecuencias de sus deseos –dueños de derechos de autor o no fumadores-, se vean amparados por ese matiz de la libertad que es tragársela. A sus ojos, la única obligación sacrosanta parece ser la que antepone la expresión a la libertad. El derecho real es otro: tanto quienes se bajan películas o canciones sin pagar, como quienes fuman, tienen derecho a no hacerlo. Es decir, no están obligados a robar la propiedad ajena o apestar a quien se halla al lado sin culpa alguna.

De la misma forma se llega a esa otra revelación que es la que atañe a la propiedad: no estás obligado a bajarte una canción sin pagar, de la misma forma que su dueño no está obligado a vendértela. El precio es su forma de elegir, legítimo como sea valorar todo lo que es tuyo. ¿Qué derecho tienes a ver, sí o sí, esa película que, de otra forma, habrías de pagar? Ninguno. No es tuyo. Es de quien lo paga. ¿Qué es lo que no se entiende?. Como si lo que no es suyo fuera algo que les quitan, escribe un lector en El País que “a los de siempre les molesta que tengamos el disfrute de los bienes”, definición que un ladrón de bancos firmaría en ese “podemos acceder a multitud de lugares, disfrutar degustando obras, piezas, legados”. Torvamente, “sociedad de la información” se traduce como “de la libre elección y gratuidad”. Como si una librería fuera mejor, no cuanto más grande, sino cuanto más sencillo robar en ella.

Los impuestos que aporta el tabaco revierten en la sanidad que paga tratamientos para fumadores y no fumadores. La lógica de su necesidad empieza y acaba ahí. Una vez abierto el paquete, cuanto tiene que ver con ello es placer para unos, y asco, residuos e insalubridad para el resto. Sitios para unos, sitios para otros –se clama la panacea. Como si el problema de los negros estadounidenses hasta 1957 fuese que había más bares, autobuses u hoteles para blancos que para negros.

No hay “Libertad” sin “expresión”, pero sí peor libertad cuanto peor la expresión. Uno acepta cambiarse de acera en cuanto vea aproximarse un fumador y su emanación pestilente, sólo que no hay aceras para no fumadores. No hay calles, no hay atmósfera para no fumadores. Gana la “expresión” porque el asco por metro cuadrado de entorno no es medible, y legislable, aunque algo cuenten las toneladas de colillas por doquier. Por eso en un espacio cerrado –medible- ha de ganar la “libertad”, la de poder entrar en él sin tener que sufrir la adicción ajena. Permítase el símil pues se permite su olor: lo que se prohíbe no es defecar, sino hacerlo en lugares públicos. O qué, sino excremento, es el filtro, que tras evacuar la ansiedad, se tira al suelo impunemente.

La diferencia fundamental entre la mirada que juzga similares la impunidad del que roba la obra ajena y la del que roba el aire ajeno, es que mientras la primera es una construcción mental –uno llega a su conclusión tras analizar las causas de los dos lados-, la que atañe al tabaco no puede serlo, uno no elige sentir repugnancia o desarrollar cáncer como decisión meditada. Por eso, mientras que la lucha por la primera causa puede perderse, con todo lo criminal que ello comporta, la lucha por la segunda ha de ganarse porque, al enjuiciado de quienes defienden fumar donde les apetezca, el que no fuma no puede siquiera oponer pruebas –el asco no es medible, no es equiparable al acto de voluntad que es el fumar, porque experimentar rechazo no es un acto que uno elije sentir.

Lo que se ve perseguido no es el propio derecho, sino el ajeno. Y dice bastante de la sociedad que tenemos el que, a estas alturas, haya que explicar que el aire que respiramos o la vastedad de Internet son contenidos que, no por estar al alcance de todos, pueden usurparse o tomarse por propios sólo porque lo que no es fácilmente legislable –la calidad del aire, las aduanas virtuales- puede, así, darse por legitimado. Que el que necesita, y merece, ser defendido, no es que el enarbola un derecho, sino el que asiste a ello con pérdida, no de esa abstracción –derechos-, sino de algo más tangible –la salud, la propiedad y remuneración de lo que es tuyo.

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quizá porque uno duda de que nada de esto sirva para algo, propuse a mi buen pavel jugar a verlo desde el otro lado, para que, al menos, sirva para ese otro placer, que es leerle: http://piedefoto.blogspot.com/2010/12/lauren-bacall-en-tener-o-no-tener-1944.html

23 diciembre 2010

mise en scene


Los reyes, o su delegación en el poder civil, han subido a escena para hacer una de estas dos cosas: formar parte del elenco (el teatro isabelino o nuestro siglo de oro no pocas veces tenían a un rey entre el público y otro en el escenario) o prohibirlo (de Moliere a Lope, de Brecht a Bernhard más recientemente). Los griegos fueron más lejos y al trufar de dioses sus tragedias, acaso pensaban que por cada deux et machina que aparecía a última hora por escena, podía haber muchos otros que se fueran antes de ver acabada la representación. Necesitados ambos –reinados y mitologías- de no pocas dosis de teatro para su supervivencia, la prohibición a la que aún hoy aspirarían, de poder exigirla, es seguramente sólo la posibilidad de recrear, a salvo de modelos reconocibles en los teatros, la escenografía para la que viven, el papel que, como ocurría en el siglo XVII, podía ser reescrito por cualquiera –actores o productores- una vez salido de manos del autor.

22 diciembre 2010

Realidad, tapita

Al contrario de lo que ocurre generalmente con quienes difieren en un tema, el problema irresoluble es aquí aspirar a que una de las dos entienda que, opinando una cosa, opina al mismo tiempo la contraria. Se lee en El País, ayer, de una denuncia provocada por la actitud de un profesor al negarse a pronunciar la palabra “jamón” ,tras ser advertido por uno de sus alumnos de los problemas que su religión plantea.
“Lo que tú comas o coma este otro, a mí no me importa nada. La religión que tú profeses, profese este o aquel otro, todavía me importa menos. Aquí sois 30 alumnos y tú te debes adecuar a los 29 restantes y no los 29 restantes a ti” –se cita a sí mismo el profesor. “Le dijo que se fuera a su país si no le gustaba el jamón y le llamó inútil” –recuerda la madre del niño. En la versión peor, y desechada la parte más obvia del asunto –cómo creer que, de haber un dios, y que de entre sus prioridades esté hacerte llegar su preocupación por el fiambre, te hace sin duda un inútil, al menos gastronómico-, está la primera y más doliente verdad: cómo semejante frustración –ver carnicerías en todas partes, o no poder pedir una cerveza por miedo a que te pongan un trozo de chorizo- ha de exigir esfuerzo tal que prácticamente compense no salir de casa, que viene a ser lo mismo que no vivir en este país, tal y como ocurría con una vecina adolescente, a la que su familia musulmán apenas dejaba salir a la calle. Seguramente por su bien, para ahorrarle el sufrimiento antes descrito. Otra posibilidad sería, en un país sin partidos mayoritarios sujetos a la iglesía católica y su mezquino uso de la realidad, aspirar a ver, esculpido a la entrada de los colegios, públicos y privados, esa parte del pensamiento del profesor citado: La religión que tú profeses, profese este o aquel otro, no me puede importar menos.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Congreso/aprueba/ley/antitabaco/prohibe/fumar/espacios/publicos/cerrados/elpepusoc/20101221elpepusoc_11/Tes

De las nociones aberrantes de normalidad en que vivimos, se sale con leyes como esta. Por fin un año nuevo.

21 diciembre 2010

elvis el segoviano


Maravilla hallar a tu padre bajo los rasgos de Elvis Costello, no tanto porque los rasgos faciales creen, en un mundo de 8.000 millones de habitantes, moldes inevitables, sino por cómo almas tan distintas puedan crear espejos tan iguales. Mi padre de 30 años es este Costello de 56. ¿Qué significa que no pocas veces me confundan con cómicos o futbolistas?

17 diciembre 2010

El martirio de San Assange


Durante el tiempo en que he estado en solitario confinamiento en el fondo de una prisión victoriana, he tenido tiempo de comprobar las condiciones en las que está tanta gente alrededor del mundo igualmente recluída, también en prisión preventiva, en condiciones mucho más difíciles que las que yo he afrontado. Esa gente necesita de su atención y apoyo. Y con esa esperanza espero poder continuar con mi trabajo –lee Julian Assange nada más salir y permitir esa imagen de lienzo de Norman Rockwell. Al hacerlo construye dos metáforas perfectas: una, la que equipara la información encarcelada, injustamente confinada a no ver la luz del día, a la misma causa por la que él entrara en esa celda. Dos, la que, al reducir el objeto de su actividad a “continuar su trabajo” ubica esa ocupación al mismo nivel que la que, desde embajadores a secretarios de estado involucrados en los cables hechos públicos, es, meramente eso: cumplir un trabajo. A sueldo todos, la legitimidad de sus razones respectivas –revelar u ocultar- redefine sus delitos: unos trabajan para la cárcel, otros para salir de ella.

16 diciembre 2010

sólo sonrisas


En el tiempo de prodigios en que, apenas cuarenta años atrás, Disney podía, a la hora de crear un símbolo para adolescentes, escoger a Julie Andrews sin que las audiencias se fuesen todas a Twitter o al baño, Blake Edwards estaba a punto de empezar una de esas relaciones que, como la de Sam Shepard con Jessica Lange, o de cualquiera con John Ford, son la envidia de todo hombre en su sano juicio, y que en Edwards fue, durante casi veinte años, una relación simultánea con Peter Sellers y con la propia Andrews. Uno intuye que lograr una película extraordinaria es enormemente complicado, que hacerlo muchas veces es una rareza milagrosa, y que pretender morirse con semejantes dones encima debería ser recibido con el gesto que muestra la imagen.

blanca legaña


Un faro también es la metáfora de un poder que los griegos volcaron en el cíclope. Por eso, blanca su ceguera como quizá la lana de las ovejas que sirvieron a Ulises para escapar de la cueva en que aquel los apresara, la congelación de éste habla, durante la noche, del mar como otra gruta, donde la tierra no existe. Y como supieran acaso el cíclope y Ulises, donde, sin el ojo de quien te observa, tampoco tú existirías.

Vendrán más años malos

Hay un problema pasajero en el convivir diaria, impunemente, con el discurso ruin de gonzález pons sobre cualquier cosa, el desafío de señor feudal que asoma en los intentos de álvarez cascos por reconquistar el dominio en Asturias por las buenas o las malas, o la pretensión de estupidez ajena que asoma en el cruce diario de pruebas de delito publicadas contra camps o fabra, y su permanente clamar ser víctimas de un complot. Y luego está el problema de fondo: asumido que, con el cambio de gobierno, llegará, desde el psoe, bien ganada ansia de devolver al gobierno la misma mezquindad generalizada con la que desde el pp se viene tratando cualquier iniciativa, sin importar que a veces conlleve la inquina para con las dos posibilidades que ofrezca cualquier tema, quien acoge realmente la saña y contraseña es el mismo en ambos casos: el público que asiste, desde la grada imperial de su voto, a lo que, incluso en el peor de los casos, aparenta ser juzgado como mal menor, algo que cualquiera haría en el lugar de gonzález pons, álvarez cascos, camps o fabra. Y la prueba –clásica profecía autocumplida- es que tal cosa llegará muy probablemente cuando desde el psoe, en la oposición, se puedan permitir la misma impunidad hacia el gobierno que el pp, sin necesidad de emboscar sus métodos, explota sin complejos, como clamara ese otro insulto permanente a la cordura -aznar.

15 diciembre 2010

reason of the year


23 años después de que Oliver Stone acuñará esa máxima que redondeó lo que el neoliberalismo había empezado a hacer en los ochenta bajo Reagan -si quieres un amigo cómprate un perro-, los ordenadores caben, enteros, en el móvil que empleara aquel Gordon Gekko. Y aún sobra espacio para, habiéndose gestado la revolución social junto a la secuela permanente de Gekko/Lehman Brothers, hacer sitio a ambas –la que permite tener amigos por escrito a todas horas, y la que sigue tratando al mundo –léase los derechos económicos de sus ciudadanos- como si fueran perros. Quizá por ello, aunque el elegido para representar esta época es el fundador de Facebook, el que ya está rediseñando las tripas de todo aparato de comunicación es el perro al que enviaron a por la prensa, y ha vuelto con la descripción de un mundo que no todos quieren leer. Otra cosa es pensar en qué ocurriría si quienes dedican tanta atención a escoger y nutrir de información a sus amigos, emplearan un minuto en sopesar el boicot de facebook a Wikileaks. Y en qué clase de amigos crea eso para Zuckerberg, el amigo de 500 millones de amigos.

14 diciembre 2010

some great gifts

http://www.newyorker.com/online/blogs/newsdesk/2010/12/top-ten-new-yorker-stories-of-2010.html

Reds


Sospechas de socialismo desmantelador, adecuadamente patrocinadas por petroleras y multinacionales armamentísticas, fuerzan a Obama a mantener intocada la presión fiscal sobre los ricos, y así lo irracional de la acusación, manta perfecta para una sociedad irracional, se vuelve de nuevo contra él, esta vez haciendo que el rojo sea el de la vergüenza, expresada sin ambages por los miembros de su propio partido en la Cámara de representantes. Una más que sumar a la lista de luces rojas encendidas por doquier contra la cordura allí donde trata de asomar, y que de Este a Oeste recorre un mundo en el que China prefiere a Corea del Norte e Irán esquizofrénicamente nucleares si con ello preserva un rato más sus proveedores de petróleo o impide una oleada masiva de inmigrantes a sus puertas; en el que la única esperanza de Rusia y su filón de hidrocarburos radica en el imparable calentamiento del planeta; donde India alberga un África, por demografía y pobreza, dentro de sus fronteras; donde Israel ralentiza su tránsito al suicidio mientras espera que el partido republicano regrese al poder en Estados Unidos. Mientras el sistema financiero, alentado o consentido por los gobiernos, permite al capital hacer con sus sociedades lo mismo que los más sanguinarios sistemas comunistas hicieron con el derecho a pensar de sus ciudadanos, una ideología que saquea el pensamiento real de los gobiernos para entregársela a los ciudadanos aparece cuando nadie la esperaba: el radiografismo. O la libertad de ver, de una sola vez, lo que, fragmentado, se publica en artículos y ensayos cada año en todas las lenguas posibles: la corroboración de que hay una forma de crimen que es saber y consentir. Y quizá por eso, ante la única acusación posible de permitir ese saber, Julian Assange es perseguido hoy, no para hacerle decir lo contrario de lo que dijera, sino para escarmentar la voz que pueda pensar en repetirlo en el futuro. Por eso, antes de que el ejército mueva un soldado, ejércitos de abogados ganan cada día cientos de guerras que no se libran porque una cosa es tener pruebas y otra, el dinero necesario para llegar con ellas a un tribunal o un periódico. Equiparada una cosecha a una opinión, lo que es de uno no puede ser de todos. Y así, la persecución a Wikileaks es la misma que, basada en la caza de brujas desatada por el mcarthismo, inspiró a Arthur Miller su Crucifijo. Aunque sea informativo, es comunismo.

13 diciembre 2010

Lo que sabemos de los hombres


Como si un mismo artículo bajo dos lentes distintas, donde muere el de Millás sobre la eutanasia en la persona de Carlos Santos (El País 5.12) como un zombi echa a andar el de Georgina Higueras sobre Corea del Norte, donde la población embalsamada en un régimen comunista feudal vive como aquel muere: sin poder hacer otra cosa. Se tolera la eutanasia si es un país quien la afronta, aunque el único parecido con la que elije el desahuciado es que, mientras desde el interior semeja una elección pacientemente voluntaria, desde fuera es sencillo considerarlo un crimen, una decisión maniatada. La teoría de mínimos –la libertad de elegir a partir de qué punto la vida no compensa- oferta un amplio surtido de cadáveres que, de uno en uno están obligados a morir casi clandestinamente, pero que, al darse por millones, sucede a plena luz del día. Plantas a Carlos Santos, o a cualquiera, en una de esas fotografías de Hiroshi Watanabe y el cóctel que te termina de matar sigue siendo urgente. Como la historia de la iglesia católica cuenta a quien quiera leerla, el asesinato en nombre de dios (kim Jong II lo es) se absuelve con describirlo como producto de eutanasia moral, y siempre queda esa anestesia que es forzar a pensar que se vive en el paraíso (para anunciar el nombramiento del sucesor, la agencia oficial de noticias norcoreana dice “el lucero del alba Venus emitió un brillo inusual sobre el lago surgido en el cráter del sagrado monte paektu”). Se vive entre trampantojos y bien que se distinguen, y despertar tiene el derecho de traer la muerte como, entre convulsiones parejas, la vida. Como un apóstol incómodo, narra Millás la epifanía de un hombre, su encarnación en idea –el derecho a morir. Mientras, en Corea del Norte, dios consulta con los astrólogos cada decisión. Así, el hallazgo de las últimas voluntades y la añoranza de las primeras crea y se despide del mundo en un mismo gesto a cámara.

corduro, gaspar y baltasar

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Senado/elimina/cubiculos/fumar/ley/Antitabaco/elpepusoc/20101213elpepusoc_11/Tes

09 diciembre 2010

razón y tropas

Una buena revelación es la que atenta al mismo tiempo contra gobiernos, empresas y ciudadanos. O a eso podría aspirar Wikileaks si previamente gobiernos y empresas no se le hubieran adelantado, y ya pugnaran juntas contra el sentido común de sus gobernados. En ello se entiende la llamada a filas que la secretaria de estado norteamericana viene de lanzar a esa tropa de reserva que es siempre la unidad de asalto empresarial, de la que amazon, visa, mastercard, post-finance, paypal o facebook son su primer avanzada en el acoso a Julian Assange y su portal. Revelar la desnudez del emperador amenaza a las sastrerías encargadas de abastecerlo, y se entiende que quien ve expuestas sus cloacas exija la misma indignación a quien debiera su única fidelidad a sus clientes. Se entiende porque probablemente el gobierno que lo hace podría, de negarse las empresas, ser a ellas lo que Wikileaks es a él.

08 diciembre 2010

La norma como problema

Lo malo y lo mucho son a veces el mismo sentimiento acorralado, o al menos perseguido. Y así, a base de dormir en el mismo bunker, se despiertan cada uno con las ropas del otro: en un artículo, hoy en El País, sobre las adicciones en nuestro país –tabaco, alcohol, cocaína-, junto a los gráficos que cuentan que 3 de cada 10 fuman diariamente, otros tantos se emborrachan cada mes, y 1 de cada 10 toma cocaína eventualmente, se cita al catedrático de sociología de Deusto, javier elzo, decir, respecto a lo primero –lo malo- que su peor rasgo es lo segundo –lo mucho-, es decir su limitación: “nuestra sociedad está cada vez más normativizada, más legislada, más limitada”. Como si el problema de las balas fueran los seguros que se les ponen a las armas. Sigue elzo: “tenemos coches más mejores y más potentes con los que podemos correr cada vez menos. Ahora nos van a prohibir fumar en todos los espacios cerrados. Ya no nos tomamos la copa de después de comer entre semana”.

Traducción: lo peor de los coches no es que, a partir de según qué velocidad, sean más peligrosos, sino que se prohiba esa velocidad. Lo peor del tabaco no es que constituya una sociedad pestilente que mata o asquea a quienes pasan cerca sin fumar, sino que se prohiba fumar en espacios cerrados. O más claro aún, que “se nos prohiba”. Obvio que después de comer hay que seguir trabajando, lo malo no es el alcohol, sino su consumo previo a seguir trabajando. Por eso –sigue elzo- “cuando llegamos al fin de semana, decimos “ahora déjeme en paz; no me complique la vida; vale, no voy a conducir, llevo toda la semana portándome bien, pero no me diga lo que puedo beber”. Que, por asombroso que parezca, viene a ser justo lo que pone: que regular el consumo de tabaco, alcohol o droga alguna ha de provocar, naturalmente, que uno se sienta aliviado al llegar el fin de semana. Que la respuesta a esa “sociedad más normativizada, más legislada, más limitada” es, por fuerza, querer que “nos dejen en paz”, que “no nos compliquen la vida”, o el sumún de las libertades amenazadas: que, ya bastante acorralado al no poder beber tras conducir, se le diga, además, “qué puede beber”. Aunque uno no sabe de dónde saca esta última queja, pues no hay ley que diga qué beber y qué no.

El señor elzo es miembro del comité científico de la Fundación alcohol y sociedad, y da miedo pensar que el análisis sociológico de la drogadicción pase, a ojos tan involucrados en la solución, por superar este tiempo de prohibiciones que atentan contra la madurez obvia de quien, por un lado del periódico, fuma, se alcoholiza o droga en proporciones brutales para una sociedad, y por la otra cara, revela, al principio de esa etapa de libertad intoxicada -los 15 años- a similar porcentaje de población (3 de cada 10) incapaz de aprobar los baremos europeos de capacidad lectora, ciencia y matemáticas. Aunque quizá, como ocurre con los organismos del pp encargados de la salud, cuya función es velar por el tabaquismo y sus beneficios sociales, es sólo cuestión de una perspectiva adecuadamente privatizada.

02 diciembre 2010

tenedores de deuda, cuchillos que afilar

Lo recogía ayer El País y hoy lo explica en el entorno de la crisis de deuda –que es de la credibilidad por ofertarla, fiada en ingresos que las comunidades falsean al falsear su déficit real: a falta de acordar políticamente entre psoe y pp el cumplimiento estricto de los planes de austeridad, las “desdichadas emisiones de deuda patriótica, iniciadas por Cataluña y que ahora imita Valencia, abonan la tesis de que las arcas autonómicas están vacías”. Que es decir más balas, o más obvias, para quienes cargan buscando una prima de riesgo más alta para la deuda española. Hay muchas formas de ser accionista de un país, que es decir de una idea respecto a él. Una es votar cada cuatro años. Otra, ver telemadrid cada día o comprar la razón. El término “emisión de deuda patriótica” merece hacer fortuna, aunque sólo sea por la cantidad de emisores que dependen de ella.

01 diciembre 2010

más democracia por metro cuadrado pestilente

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/PP/da/vuelta/ley/antitabaco/Senado/elpepusoc/20101201elpepusoc_13/Tes

Sonata de invierno


Cumple 75 años Woody Allen en un día gris, de los que escribió hubieran gustado a Bergman para morir. Como regalo, uno que de seguro ya tiene, pero que acaso tú aún no. Cuesta 39,90 euros en una librería de Luchana, junto a la glorieta de Bilbao. Las razones para tenerlo las explica Allen:
http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/hombre/preguntas/dificiles/elpepirdv/20070822elpepirdv_5/Tes

30 noviembre 2010

Extráñalo como puedas


Uno de los mejores rasgos de la parodia es que, lograda con la suficiente brillantez, deja de necesitar el objeto sobre el que proyectada la burla. Llegada a nuestro país a principios de los noventa la saga del teniente Drebin –majestuosamente nombrada aquí Agárralo como puedas-, escasamente podían sus tropelías beber aquí de la serie de televisión de la que los hermanos Zucker y Jim Abrahams extrajeron para el cine el personaje que fijaría para siempre a Leslie Nielsen entre nosotros. Que el parecido no requiera del modelo original es un triunfo. Al que, paradójicamente, Nielsen no dejó desde entonces de sumar el “fracaso” correspondiente: raramente película alguna que retomara el género de parodia que él inmortalizó ha podido, desde entonces, prescindir de su rostro como vehículo, como marca reconocible. Entrañable, investido de una dignidad de la que sus películas-patochada son sus principales beneficiarias, Nielsen traiciona finalmente, con su muerte, la norma sobre la libertad respecto al modelo: uno observa su rostro impreso estos días en todas partes, y ve a ese clon: el cardiólogo Valentín Fuster. Justo ahí nos duele.

29 noviembre 2010

Los malos diccionarios, 2

Se editan coordinadamente en varios países extractos de los informes secretos entregados a Wikileaks, y el revuelo automático tiene menos que ver con la primera acepción de “diplomacia” que con la segunda, entendida como “tacto o habilidad para tratar personas o asuntos delicados”. A nadie mediamente informado le suena mínimamente nuevo nada de lo que pueda decirse en esos informes sobre putin, berlusconi, sarkozy o ahmadineyad. Y ni siquiera el tono, franco y escueto, de lo que se sabe de uso privado resuena menos afilado que lo que editoriales y columnistas despellejan día sí, día también, en periódicos de todo el mundo. Así, a lo pueril que es sorprenderse de la función de unos servicios secretos, se añade lo infantil de leer hoy en El País que “las revelaciones ponen en riesgo proyectos fundamentales”, como si algún recelo de los publicados con membrete del departamento de estado norteamericano fuera más severo, o sólo más verosímil, únicamente por escribir bajo ese escudo lo que los agraviados pueden leer de sí mismos con sólo asomarse a un kiosco. No se ofende quien quiere sino quien puede, y además de para vender periódicos, poco más va a servir todo esto que para blindar enésimamente ese escudo con el que lo ilegal protege sus crímenes –todo vale lo que el tamaño del adversario, lo que la sospecha de quien te vigila o escribe informes sobre ti. Noticia de la sospechosa salud mental de un dirigente, de la pulsión mafioso-prostibularia de otro, del ego maníaco o el autoritarismo mamado en origen de terceros. Le quitas el membrete y es todo noticia de segunda mano.

Los malos diccionarios, 1

Cita a Jean Claude Trichet Joaquín Estefanía, hoy en El País: “la conducta observada por los mercados financieros es difícil de reconciliar con la hipótesis de la eficiencia de los mercados”. Y quizá porque “hipótesis” carga ya con no poca dosis de ironía, se desdeña la más obvia carga de irrealidad en la cita: que no puede haber distingo entre la “conducta” y la “eficiencia” de algo, cuando una es sinónimo de la otra. No otra cosa que eficientes son los mercados que cargan contra la debilidad de la deuda soberana de los países con más problemas para devolverla cumplido el plazo. La eficiencia de un tiburón radica en ser fiel a su más arraigada conducta. Y los mercados financieros son una clase de predador, al que sólo una inepta confusión con el gen del que derivó –los mercados, y su arcana función de cruce visible para la oferta y la demanda- puede atribuir funciones de equilibrio, de reparto, de armonía alguna. Al contrario que los órganos reguladores, las multinacionales de la auditoría, o los gobiernos que ampararon y jalearon el camino al desastre, los mercados financieros hacen exactamente aquello para lo que fueron diseñados.

26 noviembre 2010

Yo acústico

1. Una amiga de Alma dice que Arcade Fire merece poder tocar en el Auditorio Nacional. Es complicado porque es de esos sitios donde uno se sienta por fuerza en el asiento que figura en su entrada, y donde la prohibición de fumar significa justo eso. Asi que lo que está diciendo es que el problema de abrir el Auditorio a Arcade Fire es abrirlo a quienes asisten a sus conciertos en otros sitios donde los requisitos son más flexibles, o donde la acústica moral no desentona de lo que el espacio hace con la música.
2. Cruzado con lo que C. dice de la ópera por estos lares –que es más barato volar a Berlín y ver allí Tannhauser-, tenemos que el problema no es abrir a otras músicas los auditorios, sino lograr que quienes se sientan en ellos se levanten a veces para que otros puedan ocuparlos. O dejar entrar, igualmente, al doble de gente, pues como es sabido, a los conciertos de Arcade Fire se acude a estar de pie.
3. Algunos de los que acaso esperaban encontrarse la seriedad con que en la sede de la Filarmónica de Berlín se escucha a Wagner, ocuparon sus asientos en ese mismo auditorio en un concierto de 2003, en el que Simon Rattle envío a los cantantes y el coro de una ópera de Bernstein a bailar la conga con quienes de entre el público se animaran, que fueron muchos. Arcade Fire a veces empieza entre el público sus conciertos. Todo está ahí ya entre nosotros, esperando el orden preciso.

el hombre, en 9 horas

Plantar un árbol. Tener un hijo (vale tenerlo sólo un rato). Escribir un libro (vale que sea un blog). Ver Shoa, de Claude Lanzmann. Mañana, con El País.

21 noviembre 2010

paciencia del cedro


Escribe hoy Manuel Vicent en El País de un pájaro carpintero hallado en un bosque patagónico. Acaso es éste, esperando ahí desde diciembre de 2007, donde yo lo encontré.

19 noviembre 2010

Doce formas, o más, de escribir “manzana única en su género”

Como alternativa a esa forma de promoción que es imprimir en las solapas y anuncios las maravillas del libro anunciado en boca de otros, el formato que en el siglo XVII llevaba a editar compilaciones de dramas con el exhaustivo título de Doce comedias de las más grandiosas que hasta ahora han salido de los mejores y más insignes poetas.

11 noviembre 2010

Con derecho a honra

En Con derecho a fantasma, estos días en el María Guerrero, ese momento espléndido, casi el epílogo ubicado antes del final de la obra, en que Pasquale -enorme Tony Laudadio- declama su debilidad íntegra –el amor por su mujer que le abandona, el dolor por la miseria de años, el orgullo que sólo confiesa a quien cree un espectro lo que jamás diría a un hombre. Y que, sin saberlo, está exponiendo al amante de su mujer, a quien ha tomado por un fantasma desde el principio de la obra. Y al que Di Filippo honra con la ceguera hasta el final, con esa millonada en el bolsillo que, inmune a las pruebas que le acosan, sigue agradeciendo a los espíritus que habitan esa casa de 19 habitaciones. Por la que no pasan más muertos que vivos.

25 octubre 2010

del que elije, al elegido


A veces uno tiene escasa suerte y además de tocarle jugar contra el resto de equipos contra los que disputa el campeonato, juega simultáneamente contra un equipo de hace veinte años. Así, además de jugar contra los Celtics, los Heat, los Thunder y los Spurs, los Lakers de Phil Jackson lo harán este año contra los Bulls… de Phil Jackson, veinte años atrás. Asombroso como sea que el entrenador capaz de ganar seis anillos en los noventa compita en la historia con su versión de la última década, en la que lleva cinco, lo es, más publicitadamente advertido, el día impensable que desde aquellos Bulls verá este año a Michael Jordan (y a Scottie Pippen) esperar a que su logro imposible –seis títulos en ocho años- sea igualado por el jugador más transparentemente formado en el molde de Jordan –Bryant, que en once años acapara cinco.

La paradoja es que, al tiempo que todo el talento y competitividad de éste despierta preguntas sobre el relevo en la cima de la grandeza baloncestística mundial, sus logros habrán servido también para conjurar, sobre su sombra, la imagen del modelo al que aspiraban absorber. Suena injusto, cruel, definir con una derrota la carrera del dominador de una década –y ni siete tiene de vida la propia NBA-, y eso habla de una segunda paradoja, más complicada aún de lograr: que la dificultad de modelarte en un esquema imposible –parecerte a lo que no admite parecidos-, conlleve, en el mayor de los triunfos –acabar pareciéndote a él- revelar el fraude: el molde era un cebo, uno diseñado para proporcionar los dones que produzcan el segundo mejor jugador posible de la historia en el puesto de escolta.

Para aspirar a algo más, Jordan no vale como ejemplo, porque dominar desde donde él lo hizo no puede ser igualado. Por eso Le Bron James, como antes O´Neal en otra parte de la pista, tiene más posibilidades de lograrlo, no en el calco de un jugador, sino en la mezcla de varios, y la prueba es que el molde más cercano de James pudiera ser… el propio O´Neal: un cuerpo masivo y una agilidad no vista en su manejo. El prodigio de LSU pasó sus primeros trece años de carrera profesional siendo algo que no se había visto antes –y en esa lista sólo están Chamberlain, Russell, Jabbar, Sabonis y el fugaz Sampson. La longevidad de los tres primeros habría exigido de O´Neal un esfuerzo similar… durante cinco años más. El mismo reto espera a James, antes de que lleguen los días en que su volumen sólo le dé ya para jugar de cuatro.

Ambos –Bryant y James- podrían encontrarse jugando por el título este año, y con ello, la posibilidad del verdadero relevo en la búsqueda de un buen asiento entre la realeza de este deporte –el de las formas de buscarlo. Obvio que, y por si no fuera poco que con el molde de Jordan viene la inmunidad al exterior, a Bryant sus cinco anillos le dan de sobra para superar por arriba el debate hasta el día –si llega- en que el exCavalier iguale sus títulos, pero Le Bron está solo en su búsqueda –no ha habido un James antes de quien copiar. Sólo por eso, la temporada que empieza mañana merece ser, en lo que a la sombra de Jordan se refiere, la de su primer anillo en vez la del último.

21 octubre 2010

leer. dos. veces

http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/PowerPoint/nos/hace/estupidos/elpepirtv/20101020elpepirtv_2/Tes

normalidad, una talla menos

http://lacomunidad.elpais.com/toros/2010/10/21/el-parlamento-europeo-mantiene-ayudas-los-toros

necesidad del vigía

Cuánta razón en lo que escribe hoy maruja torres en El País sobre los desamparados fumadores, en ese “respetar el derecho de cada cual a su espacio, a hacer lo que quiera mientras no perjudique a los no fumadores”, tan obviamente incompatible con “lo razonable de no ser fanático, del tipo ¡En mi casa no se fuma!”. Cuánta razón en denunciar “esa oleada de buenapensancia que nos cubre” y que equipara el derecho ético a fumar, con el capricho estético que es sentir asco ante la pestilencia que exhala un cigarrillo, y que se pega a la ropa, a lo que consume uno en bares y restaurantes, a esa flojera del ánimo que es exponerse con queja a sus efectos cancerígenos. O esa agresión constante al civismo y la convivencia que es recordar a un fumador que uno no es culpable por sentir repugnancia, y sí por causarla, ante el hecho sabido de que los fumadores lo son por haberles puesto una pistola en el pecho que les obligue a hacerlo. Más ante la intolerancia clásica de quienes, como el hombre que en la pág. 41, declara que cuando “pusieron un cartel -en su bar- en el que se decía “se ruega fumar lo menos posible”, la gente lo hacía incluso cada vez más”. Nuestra gratitud a salvadores constantes de las libertades básicas como marías, savater, leguina, torres. Cuánta razón. Y de qué clase.

18 octubre 2010

el héroe


No es fácil ser un héroe. Durante años te erigiste en portavoz de los que mataban sabiendo que los defenderías, echando la culpa a quienes se dejan matar por principios, osadía mayor que el gesto humilde que es matar por ellos, como si ninguna razón pueda asistir a quienes mueren, comparado con el gesto de valor que es salir a poner bombas o disparar a la cabeza. Nunca fue cuestión de política, sino de justicia. El heroísmo que defiende razones semejantes se dilucida en juicios y no en parlamentos. Por eso los alegatos contra el bando de los asesinados, los silenciados, los extorsionados, los forzados al exilio fueron siempre contra quienes, con sus leyes, obligaban a quienes mataban a hacer tal cosa. Tantos años clamando junto al héroe arzalluz o el héroe ibarretche para hacer entender a los obtusos que no era a personas a quien disparaban o reventaban, sino a artículos de la constitución o la ley parlamentaria. Matando no hemos solucionado nada –afirmas hoy. No es la muerte lo lamentado, sino los objetivos inalcanzados. El hallazgo crea un héroe y un traidor. Podría parecer incómodo, si no supieras que eso nunca fue un obstáculo para tus patriotas.

11 octubre 2010

Oferta del día


Sacado de El País hace unos días, con la misma facilidad con que la guerra une motivos y víctimas, sus armas y sus honras fúnebres, en una sola imagen.

10 octubre 2010

tener otra vida,

una que poder dedicar a la lectura de la web de The New Yorker.
Dedicado a zana y otros modelos, el concurso de encarnación perruno-literaria:

http://www.newyorker.com/online/photocontests/critterati_2010/

06 octubre 2010

Anatomía de un insulto

Escribe Javier Cercas en el dominical de El País 3.10 sobre la capacidad de empatía –aunque luego sustituya “capacidad” por la más veleidosa “voluntad”- que distingue a un padre que quiera aceptar a su hijo como es. Ya el punto de partida induce a error en cuanto que, para plantear lo anterior, antepone como utilidad el uso de la autoridad sobre ese niño, como si la empatía fuera un filtro para lograr una mejor ascendencia sobre él. Y uno tampoco entiende que para ahorrarse, pulcramente después, los adjetivos que sobre la falta de empatía de Arthur Miller sin duda alberga, haya de mentarle de imbécil, aún hurtado el nombre en el titular.

Menta la verdad al escribir que “no todo el mundo tiene esa capacidad de empatía, o no todos están dispuestos a ese esfuerzo.” Porque, centrado en los ejemplos opuestos de Miller y Kenzaburo Oé –ambos con hijos deficientes-, hablar de esa gestión de la paternidad como “capacidad para la empatía” se le antoja a uno de una sencillez gratuita o fatua de pura incapacidad de imaginar la mezcla de dolor y renuncia, de afecto y rechazo que han de sentir los padres de un hijo con síndrome de Down. Y si el coraje y amor inmensos de Oé son, en ese triunfo, “capacidad”, en la derrota de Miller (que abandonó a su hijo recién nacido en un orfanato) no parece injusto concederle al menos el derecho al “esfuerzo”, y, en ese fracaso, también el de merecer que no se le tache de miserable, como si todo lo que exigiera una labor sobrehumana, hecha de fortalezas inimaginables, se cumpla sin problemas en el resto de nosotros cada día.

Escribe Cercas que Miller juzgó que su hijo “desbarataba su proyecto vital”, como si tenerlo y renunciar a él fuera algo que hacemos todos sin pestañear. Y es directamente ruin al escribir que “es un hecho que Miller entró en decadencia como escritor cuando fue incapaz de aceptar a su hijo”. Que viene a ser lo mismo que decir que Shakespeare debe su espléndidamente bienhumorado “Cómo gustéis” a haber abandonado a su mujer ese mismo año. Escribe que se disculpa Cercas, pero no lo hace. Mantiene el insulto y el condicional –“quizá”- que hurtara en el agravio lo encuentra cinco veces para parapetarse en él en las últimas siete líneas.

Menta a Savater para decir que “lo que cuenta de la ética es el reconocimiento de lo humano por lo humano y el deber íntimo que nos impone”, pero ya incluso el sabio viene de abandonar a ese hijo que es tu propia dignidad, tras escribir hace dos meses, en el mismo periódico, que en lo tocante a defender a los toros de sus asesinos “a qué escandalizarse si la moral trata de nosotros y no de nuestras relaciones con el resto de las cosas vivas”, que “no existen derechos animales, que considerarlos posibles no constituye ninguna obligación cívica”. Es decir, que nada que no hable, piense o se comporte como tu merece compasión, y menos cariño. O “esfuerzo”, que diría Cercas.

05 octubre 2010

Todos eran mis muertos

Marilyn Monroe en la publicación de un extractado de sus diarios, Tony Curtis, que hasta hoy resistió, y Arthur Miller, del que puede verse estos días en el Español su Todos eran mis hijos. Los tres se reencuentran este fin de semana en los periódicos, tras hacerlo hace años, cuando ella reunió a ambos y les dijo: estoy embarazada y no sé de quién de los dos.

27 septiembre 2010

espejos a medida

Como si tal cosa le importara, se lee a un candidato decir que en las elecciones primarias en que anda metido “se juega el modelo de partido”. Un segundo, que vive de pactar con los “poderes del estado”, declara que no se fía de ellos. Un comunicado de una banda de asesinos dice –da asco transcribirlo- “que las condiciones para un alto el fuego exige tomar las medidas necesarias para que todos los agentes puedan actuar en igualdad de condiciones, que se establezcan los derechos civiles y políticos, que se desactiven los castigos añadidos impuestos a los presos políticos vascos y que se desactive toda situación de presión, injerencia y violencia”. Hechos a ver un cetro en el micrófono, el discurso de lo político es, en los periódicos, mezcla diaria e impune de solemnidad e irrelevancia, tal si a fuer de repetir consignas elaboradas en un consejo de administración, escucharlas o leerlas hiciera del lector, accionista. O ese empeño paralelo que es, investida de gravedad la sandez o la mentira, sellar sus flancos hasta que parezca una verdad inmune. A salvo en la dejadez con que ignoramos las hemerotecas, no lo están del diccionario: como si el objetivo fuera no dejar escapar a quienes las respiran, las tres acepciones de la palabra “fatuo” les contienen con la misma falta de piedad que ellos con quienes les atienden: 1. Falto de razón o de entendimiento. 2. Lleno de presunción o vanidad infundada y ridícula. Y aplicado a “fuego”, 3. Inflamación de ciertas materias que se elevan de las sustancias animales o vegetales en putrefacción, y forman pequeñas llamas que se ven andar por el aire a poca distancia de la tierra.

25 septiembre 2010

where no Kodak has gone before


En los peores momentos en que el porvenir humano cotiza en la cabeza, piensa uno, como quién pugna por sentirse curado en mitad de un lavado de estómago, que la mayor de las destrucciones en que el hombre ande empeñado –su salud, su inteligencia, sus sociedades, el clima, la biosfera entera- vale en el mercado del universo lo que un grano de arroz en un silo repleto. Que de terminar de pudrirlo todo en nuestro planeta, jamás habría ocurrido, de pura irrelevancia, ahí fuera, en cualquier dirección del infinito espacio que uno imagine. La historia del hombre es, simultáneamente, en su juicio global tanto el de aquello que construyó como de lo que fue arrasado: todo ese arte, toda esa arquitectura, toda esa música, pintura, teatro, literatura, tanta belleza pugnada en medio de una permanente lucha por sobrevivir como individuos mientras como especie nos convertimos, Darwin mediante, en una marabunta impune e imparable, que gana siempre como grupo lo que es martirio masivo si contado a través de quienes lo forman. Pero y la vida. Nada vuelve más triste nuestra desmesurada carrera hacia el desastre que creer nuestro don –la inteligencia avanzada- tan escaso en el universo, la idea de que tanta belleza se perderá porque nadie más hay para recrearla a su manera. Y sin embargo la belleza no necesita del hombre para darse o perderse. Esperando la misma explosión del sol que lo calcinará todo llegado el momento, el universo se basta.

la philosophie en rose


“Dios no existe, lo suplanta un demonio malévolo que convierte nuestras vidas en infiernos, consumidas entre el dolor y el aburrimiento. Y ello se debe a que la esencia más íntima de cada ser consiste en una voluntad bruta y ciega, en un deseo insaciable que nos obliga a buscar sin cesar nuevos placeres y diversiones que nunca nos colman; y encima nos acosan plagas, guerras y catástrofes naturales. De manera que la vida es un penal en el que cumplimos condena y del que sólo salimos con la muerte. Nada hay nuevo bajo el sol: el ser humano es un malvado depredador, cuya necedad lo torna incapaz de seguir la luz de la razón, que podría aportarle alguna mejoría. La filosofía teórica de Schopenhauer proponía una solución también teórica para superar la crisis absoluta de la vida: hay que renegar de la existencia y rechazar la perpetuación del dolor: no reproducir, no actuar. Asimismo, predicaba la piedad universal y la no violencia: abstenerse de dañar a los demás seres vivos, nuestros hermanos en esencia y encadenados en nuestra misma mazmorra”. –escribe luis fernando moreno claros en El País 18.9. Sigue al poco: “En suma, Schopenhauer gruñía y se quejaba de todo cual sabelotodo regodeándose en el abismo, pero a salvo en su cómodo rinconcito. Su acritud gustó tanto en aquella Alemania deprimida como más adelante en Europa. Y también hoy goza de buena salud en nuestro país, donde cualquiera lanza críticas asesinas desde una enorme pasividad”. Y concluye: “Hay que leer sus reflexiones en épocas críticas para dejar que su frío escalpelo nos destroce; pero si de verdad estamos sanos, su sesudo realismo nos obligará a reaccionar recuperando otra vez nuestras ilusiones. Así lo superaremos a él y a la crisis.”
Quizá porque uno no ha leído a Schopenhauer y sí a moreno claros, deduce del primer párrafo más verdad que otra cosa en el retrato del filósofo de la especie humana. Y del segundo párrafo, extrañeza ante la conversión de esa visión en un resumen de “gruñidos” y “regodeo de un sabelotodo”, pero no ante ese prestigio que da cargar contra quien pinta en negro sus presagios, que vuelve sospechoso cualquier dictamen que aúne crítica con hacerlo “a salvo en su cómodo rinconcito”, como si de la guerra sólo se pudiese escribir en la trinchera o de los leones desde su estómago. Aunque quizá entenderíamos algo si moreno claros explicara la relación patológica que une al parecer hacer “críticas asesinas” con el concepto “enorme pasividad”. ¿Exige moverse, y hacia qué lado, el evaluar algo con dureza? ¿ha de paralizarte lo que escribes hasta el punto de que sólo esa incapacidad permita escribirlo? ¿en qué consiste la pasividad en Schopenhauer? ¿y en mí, que en este momento escribo, cómodamente instalado en un sillón, que la visión de moreno claros sobre cualquier afirmación de cierto calibre pesimista suena a puro buenismo?. ¿Qué es “estar sano” en ese juicio que desdeña el “sesudo realismo”? ¿Y qué tiene que ver esa fanfarria íntima -“nuestras ilusiones”- como antídoto de “la crisis” o quizá de cualquier pensamiento que mira la realidad a través de los hechos y no de los deseos?. Hay un lugar para hablar de filosofía desde ese prisma. Y no es una revista cultural, sino de religión.

24 septiembre 2010

dime lo que leíste


Saber leer no garantiza salvar a un hombre de empuñar pistolas o razones que matan, pero cómo no ver la historia de tanta sangre derramada como una suerte de analfabetismo universal que tantas veces nos ejecuta a sangre fría cuando menos nos podemos defender –de niños o de pobres. Qué esclarecedora lección si antes de obedecer a alguien se le preguntara qué leyó. hitler, mao, stalin, franco, pol pot ayer. Tontos peligrosos como este briceño, hoy, en las portadas de todos los periódicos que probablemente no sabría leer.

de tu mano derecha, con cariño

El mismo día que sabe uno de una encuesta que dice condenar a cierta idiota televisiva a obtener más escaños que Izquierda Unida si se presentara a las elecciones, se lee en El País de cómo Youtube viene de ganar el pleito interpuesto por telecinco por violación del derecho de propiedad intelectual. La cadena que pone en marcha ambas denuncias es la misma –aunque la primera noticia representa el más puro sustrato de su ser, y la segunda es sólo un genérico- y quizá por ello los términos de la denuncia –acusación de “actuar como un proveedor de contenidos, cediendo el protagonismo artificialmente a los usuarios”- se leen como el mismo enunciado que encabezara aquello por lo que se rige telecinco –que viene a ser, como demuestra la encuesta mencionada antes, expulsar heces a la atmósfera, señalando como responsables de ello a quién les mira. Denunciar fuera lo que te constituye dentro es una práctica habitual en política y, por demás, de cuántos sectores descubren la impunidad del método, que incluye mentir a plena luz del día o esa pedagogía de la audiencia que es fidelizar e insultar, al tiempo, la inteligencia de tu público: “El gobierno machaca a las clases altas para salvar la reforma laboral” –empuñaba ayer el mundo en portada. Continuamos para bingo.

23 septiembre 2010

una ola tras otra


También los augurios sobre el libro forman un libro, ilustrado acaso por los encuentros de cada uno con librerías pequeñas y grandes, de libros nuevos o usados. Se lee hoy en El País (La era digital salva la pequeña librería) sobre cómo la crisis financiera de los grandes supermercados literarios en Estados Unidos pudiera ayudar a resucitar las librerías pequeñas, y uno se recuerda hace ¿quince? años paseando gozosamente por lo que se antojaban calles de una de esas librerías inconcebiblemente gigantescas que la cadena Barnes&Noble tiene, aunque cada vez menos, repartidas por todo el país. Como prueba de que el prodigio del tamaño tiene poco que ver con el número de sus trozos que querrías, de ese viaje volvió conmigo la bolsa ilustrada con el retrato de Virgina Woolf, que vive sus días guardada tras un cristal, sin nadie que la toque. Pero también, muy cerca de esa pared, guardo los libros infantiles que iniciaron, no sé si justo en esa tienda de la calle Broadway que ahora cierra, la colección que durante unos años perseguí. No por masiva almacena una tienda literatura adiposa, inerte, como no por diminuta, se guardan en ellas necesariamente los libros que dicen sus secretos a unos pocos, casi en voz baja. Entre las librerías de barrio y los libros electrónicos -y su anaquel, amazon-, escribe David Alandete la gran superficie quedó en medio, perdida. Pero el páramo en que sus ruinas se preparan es uno de deuda financiera, no de libros mediocres, que pueblan sin decaer los dos extremos vivos –el escaparate real y el electrónico. Su fracaso no es el del libro específico que el lector prefiere comprar en un lugar menos poblado, sino el de la literatura específica, es decir, la que, en un vagón de metro, habría de permitir, de cada diez personas que leen, al menos cinco tipos de literatura –ensayo, poesía, gran literatura antigua, solvente literatura contemporánea, teatro acaso- y que, en nuestro país, es generalmente el mismo libro de autoayuda camuflada, novela histórica intercambiable o memoria torva e inflamada de político o periodista. Declinan los hipermercados literarios, pero lo que queda es uno de los hijos naturales de esa idea –la marca blanca, la etiqueta indiferenciada que sustituye el origen y extracción concreta del producto por una que al comprar comida rebaja el precio, y al comprar libros, lo que contiene.

06 septiembre 2010

éxodo, VI, IX.

Del editorial de El País, hoy: Los de otegui saben que sin retirada de eta seguirán marginados de la vida política institucional, y los de eta que sin brazo político se quedarán sin pueblo al que salvar.

03 septiembre 2010

Toy Story 8

Se lee en El País, hoy, noticia de un libro de Stephen Hawkings en el que afirma que “porque existe la ley de la gravedad el universo puede y podría crearse por sí mismo de la nada”. Que, como mínimo, es lo que cabe pensar de un dios –la facultad de crearse a sí mismo a partir de la nada. Aunque, cierto, sin ese detalle clarificador con que la ciencia se cubre de las primeras y segundas piedras –la existencia de una ley, que es decir de unas pruebas de la pertinencia de sus afirmaciones. Afirma Hawkings que la ciencia está próxima a hallar la buscada teoría del todo, que unifique las, hasta ahora incompatibles entre sí, relatividad general y mecánica cuántica. Que es pensar, sin necesidad siquiera de encontrarla, que o bien dios quiso que encontremos ambas –lo que, como es lógico en un dios, significaría que a los únicos a los que no se lo contó fue a sus propios legionarios. O bien nos empeñamos en buscarlas a pesar suyo. Y en ambos casos, o bien ambas teorías son ciertas, o bien nos las inventamos. A la espera de la ecuación eclesial que –ésta sí- contradice al mismo tiempo a Einstein y Planck, obvio que si no encontramos la formulación unificadora, es porque dios no quiere. ¿Pero y si aparece?

05 agosto 2010

http://habervenido.blogspot.com/

mañana-tailandia-septiembre.

hipotecas crecientes

Un informe de la Agencia Tributaria responsabiliza a félix millet, ex presidente del Palau de la Música, de actuar como comisionista entre empresas adjudicatarias de obra pública en cataluña y convergencia democrática (cdc), citando a ferrovial, la segunda constructora de España, como responsable de un pago de 5,9 millones de euros para hacerse con obras de administraciones gobernadas por ciu entre 2001 y 2008.
Creo que fue Maragall el que hace años provocó no poco escándalo –contado por ciu como insulto en grado de ofensa a la honradez de un partido que, quizá por venir de la costumbre de tener en pujol al Honorable, consideraba en propiedad el adjetivo- al decir en el parlamento catalán que “el problema de ciu se llama 4%”. Felizmente, uno recuerda sólo vagamente la vindicación del deshonor improbado que artur mas devolviera con la misma, clásicamente mezcla política de impunidad y llamada al cómplot, con que hoy declara no haber ninguna prueba que demuestre que su partido recibió dinero de ferrovial a través del Palau de la Música.
Y la prueba, según mas, es que quien afirma eso –millet- no es fiable porque nadie que delinque –como prueba la condena a sus gestores- puede ser tomado en serio cuando habla de a quién o de quién obtuvo el dinero ilegalmente cobrado. Traducido: que de las dos partes necesarias para la financiación ilegal de un partido o un individuo –el que pone el dinero y el que lo recibe- una de ellas no puede ser creíble al hablar de la otra. O dicho de otro modo: que todo culpable está, por serlo, incapacitado para revelar junto a quién lo es. Como la prueba de inocencia que necesitara Orgón, en el Tartufo de Moliere, es justo la negación de la evidencia que se le presenta.

04 agosto 2010

asombro visible


Un telescopio que captara una imagen de la otra vida prometida por las religiones no conllevaría mucho más asombro que el que hubieran experimentado egipcios o aztecas de haber podido contemplar ese otro hecho, tan próximo a la idea de revelación divina, que es poder observar lo inobservable sin ser destruidos o cegados por ello. Aunque saberlo incluya saber que más que un indulto es una postergación del castigo lo que se nos da, puesto que el sol, en consumir su energía, gasta también el tiempo de vida que le queda a nuestro planeta. El dios que las civilizaciones antiguas hicieron del sol sin saber que la metáfora escondía una verdad incandescente brilla, a ojos de los telescopios y la ciencia que los escruta, con una luz doble: la que para aztecas veía al sol como un dios que se ha sacrificado, y la que en los mitos maya y nahua era visión de los hombres permanentemente probada por los dioses, y cómo el destino fatal de unos y otros, seres vivos y sol, estaba ligada: si fallaban unos, morirían ambos. Mito es en griego “relato” y así, el origen de la vida, volcado en algo que empieza y acaba, arde en un círculo no muy distinto en Anaxágoras o Hubble.

03 agosto 2010

saldos

Pasa por Harold Bloom que le incluye en su libro y por José Carlos Mainer, que lo reseña en El País 31.7: la cita de Thomas Carlyle –“una cultura se convierte en cultura literaria, para bien o para mal, cuando la religión, la filosofía o la ciencia aceleran el prolongado proceso de pérdida de autoridad”. Obvio que lo que no tenemos es una cultura literaria, filosófica o científica, felizmente en retroceso la religión, nos queda el prolongado proceso de pérdida de autoridad. Para quien la quiera.

02 agosto 2010

Compasión del parámetro

Historia de Rayito, número 93, de 535 kilos de peso y pelo negro, contada por antonio lorca, hoy en El País: “… fue un toro de gran nobleza, fijeza y recorrido por el lado derecho, y acudió con codicia al capote y obediencia ciega a la muleta de Tendero. Rayito bajó su diapasón por la izquierda y, sobre todo, -lo más grave y trascendental-, es que no fue picado. Mejor dicho, acudió dos veces y no le hicieron sangre ni para un análisis clínico. En suma, un toro de buenas condiciones que no debió superar el examen final porque suspendió la materia más importante. Pero, bueno, después de tantos disgustos, bien está que esta afición, tan minoritaria como ejemplar en su encendida y solitaria defensa de las corridas contra viento y marea, tenga una alegría en el corazón. No obstante, estos aficionados saben en lo más hondo de su alma que una plaza de primera categoría como es Barcelona debe exigir unos parámetros más serios.”

31 julio 2010

puntilla, 2

Opone El País ayer sendos artículos de Jesús Mosterín y antonio lorca para ilustrar las posturas que enfrentan la prohibición y defensa de las corridas de toros. “Toda Europa había sido un hervidero de supersticiones y crueldades; de censuras, quemas de herejes y represiones, y de torturas públicas de animales humanos y no humanos, incluidos el lanzamiento de gatos desde las torres de las iglesias, las peleas de perros y de gallos y de perros contra osos, y los encierros, acuchillamientos y corridas de toros. Frente a tanta sordidez y violencia, la Ilustración trajo a Europa la apertura de las mentes y la suavización de las costumbres. Las tradiciones más sanguinarias fueron abolidas en casi todas partes. Sin embargo, en España apenas hubo Ilustración y Fernando VII cortó de cuajo sus débiles brotes, restaurando la Inquisición y la tauromaquia, entre otros horrores. España se convirtió en una excepción y anomalía, la famosa España negra, caricaturizada por Goya, una anacrónica bolsa de crueldad y cutrerío alejada de cualquier ciencia y compasión.”-escribe Mosterín, transparente.
Lorca empieza diciendo que los que claman contra los toros, lo hacen contra “la fiesta”, quizá porque anteponiendo la diversión a la crueldad, o la tradición al juicio lógico sobre su contenido, se evita pensar ante el salvavidas de saber. Sigue lorca: La ley promulgada por el parlamento –que no menciona una sola vez- no es tal, sino “el triunfo sólo soñado, cuando sus promotores se dedicaban a recoger firmas para dar simple testimonio de su oposición”. Lo logrado no es, por cierto, la ley sino “su quimera”. Para ponderar el derecho de que a alguien no le agrade ver maltratar y dar muerte cruel a un animal, escribe que si gonzález, aznar o zapatero nunca han sido vistos en una plaza, es debido al “secular complejo de los políticos”. Algunos de los antitaurinos son “exaltados”. No como quienes, en la plaza, corean con admiración el sangrado y ejecución por tramos del toro. Signifique lo que signifique, “la mayoría de los gobiernos autonómicos se limitan a permitir la existencia de la fiesta, sin mover un dedo por su pureza”.
Quizá porque ya lo escribió ayer ampliamente savater, y marías a menudo, se deja lorca en el tintero el argumento clásico de que quien no quiera ir a los toros, no vaya, y punto. Como si el problema fuera que a quienes torturan y asesinan es a los antitaurinos, y no al toro. Tan similar al capote con el que algunos fumadores apestan su defensa diciendo que el derecho a fumar en todas partes es simplemente el de los no fumadores de no hacerlo, y allá la pestilencia o el cáncer de quienes, no fumando, exhalan por doquier –en la calle o en un bar- el humo ajeno. En fin, madrid está felizmente a salvo. Aquí las corridas, como la iglesia, el tabaquismo o el endeudamiento municipal, son un bien de interés cultural.

30 julio 2010

rediccionarado

Noticia en El País hoy del avance del protestantismo en América Latina, y a su sombra, acepción transparente del proceso de momificación de lo católico: que haya dado nombre a ese adverbio –católicamente- que define lo que no se tiene más narices que hacer, de lo que no hay escapatoria.

29 julio 2010

Claro que vienen a matarte

El debate sobre si es admisible prohibir los toros es el de entender la ley que los ampare o conculque, bien como acto de voluntad política o bien como consecuencia de la voluntad popular. Como buena parte de la población no sabría llenar dos folios razonando porqué deposita una papeleta y no otra en la urna cada cuatro años, y pues nadie ha leído jamás un programa político, se asume que el apoyo que reciben los elegidos para representar a su partido –raramente a sus ciudadanos- en el parlamento lo es para que, una vez electos, o bien inventen su andadura por la legislatura como dios les dé a entender, o bien lo hagan tratando de intuir qué pueda querer la ciudadanía al respecto de cada tema, en este caso, si desea o no ver prohibidos los toros.
Obvio que las prioridades de ambos son distintas, desde la propia política y desde los medios que juegan a vocearla se juzga lógicamente por igual los actos regidos por el principio primero –el partido al que se pertenece como prioridad- y los que realmente buscan dar solución a una inquietud social. Así, el estatuto catalán, con ser una propuesta apoyada por ese parlamento y por buena parte de sus ciudadanos es, juzgada desde madrid, como lo que es: una medida política tanto como ciudadana. Pero si ese mismo parlamento promulga una ley contra los toros, entonces la interpretación es que tal despropósito ha de ser estrictamente político, aunque la mayoría de sus ciudadanos apoyen la prohibición.
Obvio también que a políticos y medios-basura lo que la población quiera les importa en la medida en que coincida con lo que a su consejos de administración conviene, aflora el elemento clave en esto: irrelevante como sea lo que rajoy o cualquier otro opinen de política, lo que se esgrime es que las mayorías son interpretables. Que al igual que un político es elegido sin la más mínima instrucción popular sobre cómo comportarse y en nombre de que prioridades, sus actos pueden, dada la ocasión, no sólo improvisar su dictamen sobre un asunto, sino también imponerse sobre la voluntad popularmente expresada.
Las normas que rigen en el parlamento catalán son las mismas que en el resto de comunidades autónomas desde las que hoy se clama contra la vulneración de libertades elementales, y la población catalana mayoritariamente a favor de la prohibición de las corridas de toros no es distinta, en cuanto al valor de su voto, de las que forman el resto del país. Asi que lo que se denuncia, acaso por lo inusual de la propuesta, es el derecho a que la política de un lugar aplique lo que sus ciudadanos piden. Acaso para no sentar precedente.
Escribe tristemente savater hoy en El País que a qué escandalizarse si la moral trata de nosotros y no de nuestras relaciones con el resto de las cosas vivas –“naturaleza” es la barrera citada-, que no existen derechos animales, que considerarlos posibles no constituye ninguna obligación cívica. Es cultura –se lee desde todas partes. Pero eso no la redime, la cultura no es garantía contra la crueldad –responde Josep Ramoneda, en el mismo diario. Aceptado el derecho de los agraviados a no ver la sangre y la tortura derramada, que una ley lo prohíba les ha de parecer una golosina de la voluntad, sea política o popular. Acogotados, acorralados, viendo su final venir, les duele el día que, por primera vez, se sienten toros.

28 julio 2010

Viajar por otros


Uno tuvo un tío que viajaba mucho, su alegría y su cariño un ventilador perenne cuyos efectos te despeinaban por fuera mientras revolvían y aleteaban dentro una forma de ser que bien podría adquirirse en aquellos sitios de los que siempre parecía estar viniendo. Al enfermar mi tía, él se recluyó con ella y lentamente fue muriendo de tanto no irse, de tanto no volver. Como una embarcación comida por la herrumbre, antes desapareció lo que sirviera para desplazarse –él- que la tierra a la que vivió, y murió anclado –mi tía, dulce y buena como pan que te mirara comerlo. Acaso quienes no pueden ya moverse se parecen como piedras al viento de la erosión lenta, y acaso quien hoy se llega hasta donde guarda sus días detenidos el hombre de la imagen para moverle por dentro durante unas horas, es en ese instante la tierra a la que llegar, el sentido del viajero, de quien llega y vuelve para que le esperen.

01 julio 2010

Do the right thing

Acerca de la relación que une la práctica exigente de una actividad con sus requisitos, cuidados y el minucioso balance de lo que te permite seguir desarrollándola, y en memoria de tanto cantante de ópera, astronauta, cirujano o director de orquesta, Rudy Gay –segunda mejor marca de la historia en 100 metros y acostumbrado a alimentarse en restaurantes de comida rápida-, hoy en El País: “voy a ir a ver a un nutricionista un día de estos”.

29 junio 2010

hacia dónde no vamos

Si los filósofos, historiadores, matemáticos y dramaturgos griegos hubieran sabido que su vida transcurriría hacia atrás, no añadiendo días a sus vidas, sino restándolos en dirección a ese dios cero con el que iba a inaugurarse el computo hacia delante.

28 junio 2010

De mayormente

Los cinco objetivos de la Unión Europea para 2020: en materia de empleo, un 75% de ocupación para hombres y mujeres de 20 a 64 años; en innovación un 3% del PIB en investigación y desarrollo; en cambio climático un 20% de reducción de gases de efecto invernadero, e idénticos porcentajes en crecimiento de energías renovables y ahorro energético; en educación menos del 10% de abandono escolar y al menos el 40% de personas entre 30 y 34 años que finalice estudios superiores; en lucha contra la pobreza 20 millones de personas menos con riesgo de exclusión.
Como quien, de su hijo de 6 años que empuña una pistola de juguete, va diciendo que será el nuevo Gandhi.

Claridad y lunares

Dice C. que a estos textos les da poco el sol y a ella demasiado. Pero es ella quien tiene los lunares y el blanco de la piel, mientras la oscuridad se queda, escrita, aquí. Quién lo entiende.

23 junio 2010

de madrid al teatro

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Centro/Dramatico/Nacional/agudiza/ingenio/afrontar/crisis/elpepucul/20100622elpepucul_7/Tes

La ceguera contra el ensayo

Cinco escritores sustentan la narración con la que el catolicismo se adueñó del mundo a la salida de la edad media. Cuatro de ellos cuentan, con escasos matices, la misma historia –Mateo, Marcos, Lucas, Pablo- completada por el quinto –Juan- con un epílogo moralizante que se lee como un anuncio del Apocalipsis tanto como el oráculo minucioso de lo que la inquisición iba a practicar siglos después. Por eso, como si de un ajuste de cuentas entre escritores, o sus editores, se lee en El País el extractado del artículo publicado por l´observatore romano a la muerte de Saramago, denuncia del allanamiento de territorio mítico que un dueño del mundo hiciera a otro que se hubiera permitido la injerencia en sus dominios inventados, como hubiera sonado si Hemingway hubiera ubicado sus personajes en Yoknapatawpha, Rulfo en Santa María, o Landero en Celama, propiedad respectiva de Faulkner, Onetti y Mateo-Díez.

Antes de ser ruin a fuerza de clásicamente obtusa, la nota es el relato de un encuentro imposible, pues si un escritor se escribe a sí mismo en el personaje, una iglesia pone al personaje a hablar por la boca concreta de sus portavoces. Uno es la materia prima de su invención, el otro, la encarnación pirandelliana del dramaturgo. Aunque, obviamente, esconde el error nuestro de cada día –quien es, según la única lógica aprehendible, dios de su dios, hombre creador del demiurgo en quien creer, blinda su postura invirtiendo el proceso, y así, el escritor se declara infalible al declararse personaje.

Ofende especialmente la afrenta escupida a la ceguera moral de Saramago, como un espejo roto que reprochara a quien se mira en él su aspecto fragmentado. Ese “se declaraba insomne por las cruzadas, o por la inquisición, olvidando el recuerdo de los 'gulag', de las purgas, de los genocidios, de los 'samizdat' (panfletos de la Rusia soviética) culturales y religiosos", tan esa atrocidad frecuente del ofendido: que lo que se le achaca se anule con sólo oponerle la lista de crímenes cometidos por otros, en otro tiempo. Como un juego de suma cero que, a igualdad de muertos, consagre la inocencia de todos los bandos.

En malas novelas, ensayos inanes, poemas vacíos, un escritor comete sus crímenes sobre una hoja, dejándolos ahí, a la vista de todos, para siempre. Sus personajes son siempre inocentes porque un escritor no lo es. Unos y otros –creados y creador- pueden llevar vidas separadas sin que las andanzas de unos y las de otros puedan pedirse cuentas. Un escritor puede escribir evangelios sin ser apóstol de nada. Por eso lo que honra a Saramago ofende la mirada sobre iglesias como la católica: pues mientras ésta denigra hasta la farsa con sus actos las líneas que ella misma se dio a leer, aquel aceptó la más valiente carga imaginable –que sus parábolas no mientan en su representación fuera de las páginas lo que en ellas se vanagloria en defender. Por ejemplo, que un escritor que clama contra quienes trafican con la poca justicia que nos queda no sea, en su tiempo libre, un canalla, un hombre injusto. Gana el más vendido –se entendería mejor si lo expresaran así.

22 junio 2010

Pais de deux

Gran parte de la danza que ha llegado a Madrid al Festival de Otoño en los últimos tres años –mayoritariamente belga- (Lo son Jan Lauwers&NeedCompany, Les ballets C de la B, 32, Rue Vandenbranden o Sidi Larbi Cherkaoui) funde los pasos del baile y los caminos del teatro, y quizá en ese traer a una narrativa oculta los medios explícitos de la otra, crea un relato más interrumpido aunque más claro, o al menos dotado de un sentido más nítidamente transportable. Como la infección de la autoayuda en la literatura, del videojuego en el cine, de éste en la ópera, o de la mera tecnología de reproducción en tanta música contemporánea, un medio se apoya en otro, aquí para mejorar ambos. Uno mira a Belgica estos días pugnar por encajar en ese nombre el rumbo a que aspira Flandes, con y sin Valonia, Bruselas y la región germanófona, y casi lo entiende.

21 junio 2010

Mikan ya no está sólo

Ocho segundos es el tiempo que Bryant sostiene el trofeo Maurice Podoloff que le acredita como recién campeón de la nba, y a los cinco de haberlo recibido ya ha buscado al segundo hombre al que entregárselo, no a cualquiera de los que están a ambos lados, señala hacia atrás, lo eleva para que sólo él lo reciba. Es un gesto de jerarquía que antepone ese jugador al capitán Fisher, que les salvara en el segundo partido. Es Gasol quien levanta el trofeo desde la segunda línea. Es Jabbar recibiéndolo de Magic, veinte años atrás, entre esos otros Artest, Fisher, Odom –Cooper, Scott, el gran Worthy. Pero sobre todo es, por fin, el único relevo que en los Lakers seguía esperando –el de George Mikan, para el que no servía ni Chamberlain en los setenta ni Jabbar en los ochenta. La prodigiosa trayectoria de Gasol es así hacia el futuro y hacia el pasado.

19 junio 2010

Lo mejor que no tenemos


En ¿1997? yo trabajaba en una agencia de las varias que fueron invitadas a participar en un concurso para la adjudicación de una campaña de publicidad que diese a conocer la Exposición Universal a celebrar en Lisboa, en 1998. Y a uno se le ocurrió como prescriptor a Saramago, que ya entonces vivía en Lanzarote y que, en eso, sonaba a solvente anunciante de su país entre nosotros, desde el conocimiento, acaso el amor, de ambos. Ya en los últimos días previos a la presentación, cuando según qué información sólo podía servir a esas alturas para hacernos acudir más frustrados, de algún lado llegó el dato de que Saramago no estaba en Lanzarote por amor a los volcanes, sino como resultado de la erupción católico-paleolítica que en su país había originado la publicación del Evangelio según Jesucristo. Ni ganamos el concurso ni el texto que yo escribí simulando su voz, impreso en un anuncio de los varios que formaban la propuesta, llegó a parte alguna. No recuerdo el grado de vergüenza con que en esos días llegué a desatino semejante, o si aspiraba a conocerle, acaso a pedirle perdón. Este es el anuncio en cuestión, es una cosa mediocre, pero al menos somos afortunados y no contiene el texto que yo escribí como si él, sino la versión general que iba en el resto de piezas. También es la demostración de esa verdad del escritor pequeño: uno empieza a parecerse a los grandes a base de poner en sus textos justo las palabras que aquellos quitan de los suyos. Descansen en paz. Ambos.

17 junio 2010

Pruebas que dejas atrás

En Cuento para tahúres, escrito por Rodolfo Walsh en 1953, alguien que decide matar a otro lo hace trucando sus dados para que el que ansía ver muerto no tenga forma de dejar, imposiblemente, de ganar. Walsh lo cuenta desde un muerto distinto, el que, -aparentemente sin oficio ni beneficio- asiste a una partida en que quien parece ir a asesinar y quien parece estar a punto de morir son distintos de los que acabaran siéndolo. Sólo cuatro años después, publicaría su estremecedor Operación masacre –diario de un crimen policial durante el levantamiento militar de ese mismo año en Argentina, y cuya minuciosidad acaso dejaba así lista la única prueba que en 1977 necesitaría la junta militar, dueña del país tras el golpe de estado del año antes, para matarlo.

Si, como la mayoría, Walsh vivió fabulando su propia biografía, hecha de cuentos que recrean su experiencia infantil primera –El 37-, y tardía –La saga de los irlandeses-, su tiempo como corrector y traductor -en Las aventuras de la prueba de imprenta o Nota al pie-, o sus años como periodista en tantos de sus cuentos policiales en los que sirve de interlocutor al jubilado comisario Laurenzi, su muerte prematura, apenas logrados los cincuenta años, cuenta acaso la maldición del que, entre tanto relato cimentado sobre la reconstrucción, no tenía forma de leer como augurio lo aparentemente inventado.

16 junio 2010

Turquía 1 Sudáfrica 0

Mitad en defensa propia, mitad visto lo visto, anuncio del búnker habitual –el mundial de baloncesto, en Turquía del 28 de agosto al 12 de septiembre. Plazas disponibles.

renuncia y reincorporación

Aunque no todas las situaciones puedan permitírselo, uno ha de obedecer mejor a una voz suave que a una tronante. Incluso si quien escucha es esa parte habitualmente sorda de tu cuerpo –la columna vertebral, los abductores, los serratos. Para quien se asoma a una clase de yoga por vez primera, confiar en la voz que te lo pide es la primera postura inusual. Y que el ejercicio dirigido en los gimnasios haya amplificado la rareza, no elimina lo extraño que es acudir voluntariamente a un lugar en el que obedecer sin poder pronunciar durante el rito una sola palabra. Quizá porque hacerlo sabiendo que es para bien es un prodigio escaso en un mundo donde la obediencia es, en muchos sitios, desde lo personal, un ejercicio de acatamiento, servidumbre o esclavitud, y en lo laboral, un insulto no tan escaso a la dignidad humana o una concurrida tumba del desarrollo emocional o intelectual.

En una guerra o una habitación sin amueblar, obedecemos de mejor gana si las instrucciones son escuchadas por más gente, como si tocáramos a menos. O como si sus efectos fuesen mejores en tanto que compartidos. Y con todo, lo más excepcional de esa obediencia susurrada mientras yaces en una colchoneta, desplazándote lento, rodeado de gente desconocida, en un silencio que no existe fuera de esa habitación, es acatar no con los oídos sino con partes de ti que ni siquiera dirías que sepan obedecer, expuesta esa cuota de libertad invulnerable que es, mande lo que mande tu cabeza, sentir la tensión de tus miembros bullir libre, gritar en su contracción invisible aquello que tu voz acaso no puede. Preguntaos que ha cambiado en vosotros desde que entrasteis hace una hora –susurra la voz, ya al final. Y casi cuesta hacerse cargo de esa responsabilidad, contar tus tropas, recuperar el mando.

15 junio 2010

flora bacteriana de los ojos

Tomado de un artículo en The New York Times, vía El País 4.6.09, acerca de una guía de Winifred Gallagher sobre la ciencia de la concentración –Cuando uno está atrapado en un ruidoso vagón de metro o en un taxi con tv uno tiene que construirse su propio “escudo antiestímulos”. “La multiplicidad de tareas es un mito. No es posible hacer dos cosas al mismo tiempo. El mecanismo por el que funciona la atención es la selección: o una cosa o la otra”. Señala que se calcula que el cerebro humano medio puede procesar 173.000 millones de unidades de información en el transcurso de una vida. “La gente no entiende que la atención es un recurso limitado, como el dinero”, dice. “¿Quiere usted invertir su dinero cognitivo en interminables recorridos por Twitter o Internet, o en apalancarse delante del tv?.

13 junio 2010

esa otra cosa núclear

Leído a Lee Raine, jefe del proyecto sobre Internet del Pew Center, acerca del hecho de que las redes sociales alienten a poner tu vida al alcance de todos, para siempre: Los más jóvenes de mi oficina dicen que, como todos cometemos errores, seremos más perdonadores, que habrá una humillación mutua asegurada, como la destrucción mutua asegurada de la guerra fría.

11 junio 2010

Programa de puntos

Se lee hoy en The New York Times, vía El País, del Charrán ártico que en sus 30 años de vida puede llegar a recorrer hasta 2.4 millones de kilómetros, a razón de 40.000 por viaje migratorio desde Groenlandia al Océano Glacial Antártico, y vuelta. Uno calculó en su día qué distancia habré corrido/nadado/recorrido en bicicleta/jugado al baloncesto al final de mi vida con las medias actuales, y digamos que para alcanzarla en el momento de caer exhausto, sólo necesitaré una alineación de nuestros respectivos perigeos –ella más o menos quieta en el espacio, a 352.000 kms. de distancia de la tierra, y yo más o menos muerto en el momento de alcanzarla. Es extraño pensar que en ese momento, lo último que acertaría a ver es, acaso, un pájaro blanco posarse junto a mi y despegar de nuevo en dirección a la tierra, pensando que aún le quedan seis viajes como ese para poder quedarse quieto con la espontaneidad del tipo que acaba de desplomarse junto a él.

10 junio 2010

La canción del otoño

Coctelera tambaleante de, por ejemplo, Vic Chesnutt, Damien Rice y Tom Waits, Micah P. Hinson canta de lado a veces, no mirando al público sino a alguien que estuviera en uno de los laterales del escenario, oculto, guiando no se sabe qué. Sus solos de guitarra miran frecuentemente al fondo del escenario del teatro Lara, y poco le importa que se note que mientras canta aprovecha para limpiar el suelo o modificar continuamente los ajustes de la guitarra eléctrica, como si interpretar música se acogiera a ese privilegio del escucharla: que siempre puede hacerse mientras hacemos otra cosa. Pasea por el escenario antes de que empiece el concierto buscando algo, viva imagen de amy winehouse, frágil, a punto de desplomarse. Y cuando se va a buscarla fuera del escenario, no aparece hasta media hora después de la hora anunciada. El curso de sus pies y el de su lengua durante los parlamentos hace pensar en dos personas distintas. No oculta el bolso pequeño con el que ha aparecido, como si hubiera entrado en el teatro al mismo tiempo que nosotros, con la misma información sobre enchufes, acústica, espacio disponible. Es un concierto de presentación de su nuevo disco y el making of del mismo. No para de repetir cuán milagroso le parece que estemos ahí, escuchándole, lleno el teatro. Y lo obvio y lo improbable son también parte del tic de la simultaneidad.

09 junio 2010

Apunte


Puesto un espejo delante de la máxima “un hombre, un voto”, refleja también que lo que se votan son mayormente rostros y no ideas. Sólo así se explica el continuado apoyo a según qué ralea de dirigentes aquí y allá. Desde fuera del espejo, desde donde usted y yo contemplamos la política, se entiende porque, de tener que apoyar ideas, qué rostro se atrevería entonces a pedir el voto. Peor lo tienen, aún así, dentro del espejo, donde, de tanto creer que los programas viven encarnados en sus portavoces, fácilmente llegan a ver aquellos en éstos, la fluidez de una razón en el sudor de quien la defiende. Carga la oposición, en cualquier parte del mundo, contra la muralla del partido que gobierna, pero sólo después de que aquel haya impreso en cada piedra el rostro de su máximo dirigente, y así lo que te sirvió para ganar el castillo te ayuda a perderlo más tarde. Las ideas tienen flancos más sólidos, más quién fabrica arietes contra ellas si puedes embestir contra quien las ha sustituido a ojos del mundo por su magnetismo, su integridad, su compromiso personal.

Publica la fotografía de arriba El País, ayer. El del centro es kim jong-il, rey de corea del norte, rodeado por los que han de ser generales o ministros, entre los que asoman, de azul, acaso secretarios o ayudantes de todos los anteriores. Todos, menos el monarca que se sostiene a sí mismo, sostienen cuadernos de notas y bolígrafos, con lo que la visita a las instalaciones que detrás asoman, suena a clase magistral, donde todo cuanto aprender se pueda ha de venir, por fuerza, de las máximas que vaya desgranando su eminencia. Que un general, un ministro, un ayudante, cualquiera, contemple y corrija el mundo a través de los ojos de una sola persona es sospechosamente poco fiable, incluso antes de leer ni cien palabras sobre el estado social y económico de corea del norte. Pero es engañoso pensar que semejante y pavorosa sumisión necesita de una dictadura para darse. Uno observa estos días –cualquier día, en realidad- las declaraciones de generales y ayudantes de los dos grandes partidos de nuestro país y puede sustituir la figura de kim jong-il por la de cualquier ciudadano llamado a votar en un par de años. Para que dejen de apuntar y luego declamar la sarta ubicua de sandeces, bastaría con dejar de pronunciarlas cada cuatro años, cada vez que nos piden la opinión.