30 diciembre 2010

estaba pasando

Que se cierre un medio es una desgracia para una sociedad –dice Iñaki Gabilondo en su despedida de CNN+. Y sólo la mención previa a tanta gente como queda ahora en una posición laboral complicada le impide añadir que es una desgracia comparable con lo que supone para una sociedad ver abrir cada día a medios, cuya aportación al debate crítico y a una mejor, más honda y sabia percepción del mundo es esa “línea de filiación fanatizada” con que David Trueba define, justo al lado, que el problema de quienes se van es siempre quienes se quedan. Y así, duele, aún sin haberle frecuentado, leerle mentar de un compañero de cadena –Antonio San José- que es “ejemplo de un periodista que necesita una sociedad”, porque en ello está la impotencia y la derrota enésima de esa sociedad, pero también, de la mano, la elección obvia del resto de sociedades que nos componen, sin necesidad de salir de este país: las que, con sus cuatro horas largas de consumo diario de televisión, avalan el tono de bazofia y populismo embarrado que quedan, como matones analfabetos, al cargo de la realidad que alimenta a millones de personas en un ciclo de mezquindad y empobrecimiento sucesivos y retroalimentados.
Nadie es sólo un individuo –dice Gabilondo para ilustrar, quizá no tanto que el papel de la atención prestada a un medio es, o debería, ser algo más que un búnker de las propias ideas, sino que a ese refugio es lícito llegar (CNN+ lo era, aunque no lo suficientemente habitado) pero con un mapa que incluya, no sólo esa individualidad que se basta y sobra, sino también una reflexión global que observe el mundo, no sólo con ojos más críticos (que para ese viaje bastan esas alforjas que son abc, razón o el mundo), sino mejor, más honda, sabiamente, crítico. Y al que no es ajeno la mención de Gabilondo al “señorío” o la “elegancia” como señas del difunto canal, que no de su posible enseñanza, ese “debería ser muy estudiada por quienes quieren hacer del periodismo un oficio útil para la sociedad". Pues, quién a estas alturas, salvo escasos ejemplos, edita un periódico o se pone a emitir un canal –de radio o tv- con la pretensión de ser socialmente útil a una sociedad que no sea la que estrictamente paga su tirada.

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