11 junio 2010
Programa de puntos
Se lee hoy en The New York Times, vía El País, del Charrán ártico que en sus 30 años de vida puede llegar a recorrer hasta 2.4 millones de kilómetros, a razón de 40.000 por viaje migratorio desde Groenlandia al Océano Glacial Antártico, y vuelta. Uno calculó en su día qué distancia habré corrido/nadado/recorrido en bicicleta/jugado al baloncesto al final de mi vida con las medias actuales, y digamos que para alcanzarla en el momento de caer exhausto, sólo necesitaré una alineación de nuestros respectivos perigeos –ella más o menos quieta en el espacio, a 352.000 kms. de distancia de la tierra, y yo más o menos muerto en el momento de alcanzarla. Es extraño pensar que en ese momento, lo último que acertaría a ver es, acaso, un pájaro blanco posarse junto a mi y despegar de nuevo en dirección a la tierra, pensando que aún le quedan seis viajes como ese para poder quedarse quieto con la espontaneidad del tipo que acaba de desplomarse junto a él.
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