03 septiembre 2010

Toy Story 8

Se lee en El País, hoy, noticia de un libro de Stephen Hawkings en el que afirma que “porque existe la ley de la gravedad el universo puede y podría crearse por sí mismo de la nada”. Que, como mínimo, es lo que cabe pensar de un dios –la facultad de crearse a sí mismo a partir de la nada. Aunque, cierto, sin ese detalle clarificador con que la ciencia se cubre de las primeras y segundas piedras –la existencia de una ley, que es decir de unas pruebas de la pertinencia de sus afirmaciones. Afirma Hawkings que la ciencia está próxima a hallar la buscada teoría del todo, que unifique las, hasta ahora incompatibles entre sí, relatividad general y mecánica cuántica. Que es pensar, sin necesidad siquiera de encontrarla, que o bien dios quiso que encontremos ambas –lo que, como es lógico en un dios, significaría que a los únicos a los que no se lo contó fue a sus propios legionarios. O bien nos empeñamos en buscarlas a pesar suyo. Y en ambos casos, o bien ambas teorías son ciertas, o bien nos las inventamos. A la espera de la ecuación eclesial que –ésta sí- contradice al mismo tiempo a Einstein y Planck, obvio que si no encontramos la formulación unificadora, es porque dios no quiere. ¿Pero y si aparece?

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