28 febrero 2006

hunington no, gracias

Carlos Fuentes escribió el sábado en Babelia: “La consigna debe ser, para Occidente, libertad de expresión y tolerancia del otro. Y para el islam, tolerancia también hacia los valores de Occidente y uso inteligente de la nueva fuerza que les da el poder por la vía democrática: Hamás en Palestina, la Hermandad Musulmana en Egipto, Hizbolah en Líbano, los Conservadores Islámicos en Turquía, los Jihadistas en Pakistán y la oposición radical a los saudíes en Arabia (…)
Armadas de fe y votos, las mayorías religiosas del islam han llegado o pueden llegar al poder, y allí, recuperar la fuerza, ser negociadores activos en vez de receptores pasivos y proponer el dilema:¿choque o diálogo de civilizaciones?.
Choque no, a pesar de las fatalidades. Diálogo sí, a pesar de las dificultades.”
Y no tener miedo.

2 comentarios:

uliseos dijo...

miedo es todo lo que tienen. miedo a que, transformado dios en leyes que requieran otros jueces, su función de guardianes del pensamiento se evapore. no necesitamos una guerra santa, sino una revolución francesa. -escribía el roto hace poco, al ponerlo en boca de uno de esos subyugados por la ignorancia. pero sí, la primera de sus guerras es contra montesquieu. Y sí, uno cree que huntington tiene toda la razón. pero ojo, exponer no es desear. no le carguemos de culpas que no son suyas.

PGR dijo...

Me vas a disculpar, Ulises querido. Verás, hay una sutil diferencia entre ambos fenómenos religiosos intrinsecamente relacionados con la Revolución Francesa que, en realidad, es una consecuencia más de la misma corriente que desembocó en la Reforma Protestante: el Cristianismo en su totalidad, incluido el Vaticano, acepta la posibilidad de salvación fuera del Cristianismo. Esto, que parece una jilipollez, supone, en el fondo, la tolerancia del otro que es distinto. El Islam tiene una cosa muy clara: alá es el único Dios y Mahoma su profeta. Se puede ser creyente o infiel. No hay más categorías.
La pregunta es, ¿debe occidente ser tolerante con el que no lo es? ¿No debemos aplicar la distinción, sublimemente apuntada por Marina, de distinguir entre verdades públicas (las científicas) y privadas (las religiosas) y no permitir que unas invadan el terreno de las otras?
el mismísimo Occidente ha tenido que inventar una expresión muy british y políticamente correcta para expresar su repulsa a determinados gestos y actos: tolerancia cero.
Pues eso.