22 febrero 2006
en el 250 aniversario del nacimiento del oido
En la insistencia con que según qué locutores de radio tontean diariamente el lenguaje y las ideas, el pobre consuelo de pensar que madrugan, que al menos, al dejar la cama a las cinco de la madrugada, tratan su descanso con la misma consideración que a quienes les escuchan.
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