22 febrero 2006

INUNDACIONES EN SAN BORONDÓN

No deja de ser significativo que a los pocos días de hacer pública nuestra independencia las montañas de los territorios vecinos se nos hayan pintado de nieve, hayan vuelto las escarchas y el río que nos sirve como frontera haya crecido hasta hacer algún estrago en nuestros diez metros cuadrados liberados. Ante la imposibilidad de recurrir a los servicios de emergencia (aún no contamos con la infraestructura)yo, el presidente en funciones de esta república, me he visto obligado a calzarme las botas de agua, ponerme los guantes de neopreno e intentar solventar el problema. Ha sido trabajoso, especialmente por la debilidad del que lucha solo en la batalla, pero debo reconocer que el resultado lo he disfrutado como si fuese el único habitante de este mundo. Los destrozos no han sido importantes, ya que el abedul sigue en pie y las luciérnagas no han iniciado aún sus vuelos, y por tanto ha afectado a uno de los helechos y a una serie de plantas de hoja carnosa (deberíamos hacer un estudio pormenorizado del universo ecológico de nuestro nuevo estado, pero no habrá un profesional que nos tome en serio, tendremos que recurrir a los amigos, no hay nada mejor...)Lo más destacado fue la llegada de dos bolsas de plástico de esas que llevan publicidad de supermercado, y un neumático...¡un neumático! como lo oyen. Hasta ahora hemos evitado el ataque urbanístico, pero en cuanto nos hemos descuidado, ya se nos ha colado un neumático... esperamos que no nos afecte el resto del vehículo. Todo ha sido recogido y transportado hasta un punto de reciclaje que existe en nuestro estado vecino, el español, a escasos veinte kilómetros. A la vista de que puede haber interesados e interesadas en formar parte de esta comunidad libertaria de San Borondón, abrimos la posibilidad de vayamos construyendo entre todos las pautas que nos definan. San Borondón resiste.

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