01 febrero 2006

crédito ilimitado

De la opinión de la publicidad acerca de sí misma: una cuña en la que un locutor imposta la voz para simular el tono de un no locutor. Hasta ahí, sólo la habitual falta de credibilidad. Lo grande viene después: el mismo locutor, ya con su voz –que sin impostar suena como es lógico muy cercana- dice: carlos garcía, asesor financiero.

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