A fin de poner en su lugar (británico) a
Carlos de Inglaterra, que luce un historial de opiniones públicas sobre
arquitectura, medio ambiente y ahora de pensiones y sostenibilidad, recuerda
Walter Oppenheimer en El País cómo “Isabel
II nunca ha opinado de nada en público”. Sabemos así que lo que no lograra
la generalización de la escolarización y el acceso a la lectura y la educación superior
podría lograrlo Ikea: la posibilidad de, llegado el día, distinguir entre
muebles absurdos y los que necesitas alrededor.
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