12 noviembre 2014

mi reino por un limbo



Si el auge de según qué opciones políticas solo se explica en ese ciclo de revelación y olvido con que las sociedades gestionan lo obvio –que un mitin se gana enarbolando ideología y un gobierno, pragmatismo-, se diría que el partido republicano estadounidense vive, desde hace cuatro legislaturas, de esperar la llegada de ese limbo. Solo así se explica que, con la mitad del paro y el déficit que dejara george bush jr, y la economía creciendo a un ritmo que no iguala ninguna economía desarrollada, el partido demócrata venga de perder el control del Senado y de ver ampliada la mayoría republicana en la Cámara de representantes. Y que tan bien expresa lo que Luis Monge escribe en El País 6.11 –“¿cómo se explica que en Arkansas ganen quienes defienden que si aumentan los salarios habrá menos contrataciones mientras al mismo tiempo se aprueba en referéndum el incremento del salario mínimo?”. Es en ese paraíso de lo evidente invisible, que las máximas aspiraciones del partido republicano apuntan contra la revocación de la Reforma sanitaria y contra la ya compleja aprobación de la Reforma migratoria, como si fueran nimiedades de la protección social lo que, junto a la lucha contra el cambio climático, frena una recuperación económica que no está frenada. Como ocurre aquí con el partido popular, que es casi preferible en el gobierno –por falaz, corrupto, ramplón y acultural que sea- con tal de no verles instalados en la obscenidad permanente desde la oposición, la mejor, y única lectura no deprimente, del triunfo del partido republicano podría radicar en las energías ahorradas por quienes les leen o escuchan tras ocho años de desvarío continúo en la oposición. Lo explica ese otro socialista, musulmán, ateo y probablemente negro que es Paul Krugman:

11 noviembre 2014

y sin embargo es un periódico honrado


Recién logrado por el partido republicano estadounidense la mayoría en el Senado al tiempo que sus méritos merecerían perder los escaños que ya tienen, en nuestro país el que fuera el periódico más progresista, y aún clama serlo, con la mano derecha imprime noticia de la caída en barrena de cuanta aspiración de buen gobierno puedan alardear los partidos tradicionales, y con la izquierda difama sin escrúpulos el surgimiento de un partido cuyo mayor crimen sería serlo cívico y no aún político, como sería de desear para competir en igualdad de mediocridad y mentira con las opciones existentes. Es así como, en el editorial del domingo pasado, tras glosar con benevolencia la gestión del país en manos del gobierno actual, sugiere “nada justifica dejar a la sociedad en manos de un grupo de diagnóstico catastrofista y voluntad descalificadora, que niega ser de izquierdas ni de derechas para ocultar lo que realmente es: simple y vulgar populismo”, que es, como sugiere la lectura de El País cualquier día de la semana, en su primera frase justo la definición de la política en manos del partido popular, y en su segunda, la acepción básica de cualquier campaña electoral de cualquier partido desde la instauración de la democracia.
La falta de tiempo para leer el propio periódico en el que uno escribe podría explicar también el más afinado reproche –“una cosa es criticar y otra muy distinta ofrecer soluciones solventes y realistas a una sociedad necesitada de buena gestión. Hasta el momento, las únicas recetas que hemos escuchado en boca de los líderes de Podemos son viejas, fracasadas y delirantes”- que, entre otras cosas, presume de no haber leído siquiera la tribuna de Pablo Iglesias y Carlos Jiménez Villarejo publicada en –justo, lo han adivinado- El País un día antes, contra los paraísos fiscales y su impunidad, cuyas recetas “viejas, fracasadas y delirantes” reproduzco a continuación para aquellos que tienen la suerte de no leer El País estos días -“Primera. El G-20 ha de emplazar a todos los Estados para que requieran la identidad de los clientes con cuentas en las matrices, filiales o sucursales en el extranjero de los bancos que operan en su territorio. Segunda. El G-20 ha de emplazar a Suiza para que atienda los requerimientos de las Administraciones tributarias respecto a la UBS y el Credit Suisse. Tercera. Los altos cargos de las Administraciones central y autonómicas y diputados de las correspondientes asambleas legislativas prestarán consentimiento escrito para que la AEAT confirme con terceras jurisdicciones que no tienen cuentas sin declarar en el extranjero. Cuarta. El Gobierno ha de llamar a consultas a los embajadores de Suiza y Andorra para que justifiquen por qué no han informado sus Gobiernos de las cuentas de Bárcenas y de Pujol contraviniendo de forma flagrante la recomendación número 12 del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional, de la OCDE), como personas de evidente relevancia política. Resulta escandaloso a primera vista que los bancos donde han estado abiertas las cuentas de Bárcenas y de Pujol no informaran a las unidades de Inteligencia Financiera de Suiza y de Andorra de la existencia de tales cuentas. En el caso de que las explicaciones ofrecidas no fueran satisfactorias, España ha de denunciar a estos países al GAFI para que sean incluidos en la lista de países no cooperativos y puedan arbitrarse las contramedidas que sean pertinentes. No puede tolerarse más la permisividad de los Gobiernos con el fraude fiscal internacional en directo y gravísimo perjuicio de los ciudadanos, agrandando la brecha de la desigualdad económica y social.”

05 noviembre 2014

istmos




“Descubrí que la mayor parte de las veces que oí decir a un líder del gobierno que algo tenía que ver con la seguridad nacional, no estaba relacionado con eso sino con alguna vergüenza personal” –cita Francisco G. Bastierra a Ben Bradlee en la necrológica de éste, en El País 23.10. Comprado hoy The Washington Post por Jeff Bezos, dueño de Amazon, lo que su apoyo a Ben Woodward y Carl Bernstein –contado aquí (http://internacional.elpais.com/internacional/2014/10/31/actualidad/1414778919_213629.html)- hizo por la salud de la democracia estadounidense en 1972 no puede ser calibrado hoy, en tiempos en que la Fox lucha por lo contrario, pero habla de un resorte doble, hoy en decadencia –el tiempo en que la verdad periodística era suficiente para tumbar un gobierno delictivo, y aquel en que la sociedad acudía a un periódico impreso para buscar ambos: la prueba de la mentira, el orgullo de sostener la verdad. 

por qué disentir no viene de disentería


03 noviembre 2014

posando para Savall



Un día antes de que Jordi Savall reciba el Premio Nacional de Música, uno de sus conciertos magníficos alumbra en el Auditorio Nacional la vida de El Greco en 23 episodios, que en el programa aúnan el autor, de haberlo, del motete, la danza, el madrigal o el villancico, con el momento histórico al que representan. El ascenso al trono de Felipe II, la expansión y contracción del imperio otomano del XVI, la expulsión del moriscos a principios del XVII se turnan los mismos instrumentos musicales con la naturalidad con la que el tiempo largo de los siglos contrae los acontecimientos más dispares hasta fundirlo en épocas fácilmente reconocibles. Para ilustrar la masacre de 1571 en Saint-Barthélemy, inserta en la guerra de religiones en Francia, un salmo de Claude Goudimel imita lo anterior y reduce a dios a un general al que exigir tanta sangre ajena como amor a lo propio –“Pleitea contra mis pleiteantes,/ ataca, Señor, mis atacantes,/ empuña el escudo y la lanza,/ y avánzate para socorrerme./ Carga contra ellos, marcha al frente,/ impídeles seguir adelante./ Dile a mi alma: Alma, soy yo/ aquel que a ti puede protegerte./ Por el oprobio sea perdidos,/ sean tumbados y confundidos/ todos los que persiguen mi vida/ y todos los que a mi ultraje aspiran./ Que sean como el polvo que es/ por el viento echado donde quiere:/ que el ángel del Dios omnipotente/ sin tregua los vaya persiguiendo./ Todos los caminos les resbalen:/ por caminos negros y sombríos/ el ángel de Dioa de sitio en sitio/ los persiga siempre y les dé caza./ Porque con traición me dispusieron/ sus artificios en una fosa:/ sus artificios, digo, a traición/ prepararon para darme muerte”.

02 noviembre 2014

un relato



La sede del partido popular en Madrid emplea las plantas más cercanas a la puerta para albergar la rama madrileña del partido y el área de prensa y telegenia. Y las más alejadas, para ocupar tesorería y dirección del partido. Entre unas y otras, servicios jurídicos. Es una distribución que parecería haber servido de mapa a la expansión simultánea del partido y de la burbuja de prosperidad nacional, tal si alentada y gestionada en el ascensor que ha de ir de unas plantas a otras. Puestos en fila unos juntos a otros, los millones de edificios levantados en nuestro país en los últimos quince años habrían dado para conectar, sin un metro libre, el auge inmobiliario sin fin que expoliaba el litoral con las elecciones ganadas consecutivamente por los gobiernos populares asomados al balcón de la calle Génova. Las tramas de diputados y consejeros comisionistas que engrasaban la maquinaría electoral en Madrid, Murcia, Galicia, Baleares o Valencia, sentadas hoy en el banquillo, asfaltaron también el camino al enriquecimiento delictivo en las promotoras que corrompían a los alcaldes para que la renovación probable de su mandato perpetuase el engranaje, y en los bancos donde el dinero inagotable del ladrillo sirvió para comprar a los consejos de administración, cegados así a los desmanes ajenos al saber los propios.
Cuatro plantas por encima de las áreas dedicadas a producir videos y eslóganes, el tesorero del partido popular amasaba una caja b nutrida con el impuesto revolucionario que promotoras, constructoras, eléctricas y empresas de todo tipo pagaban en la sombra a cambio de obtener contratos públicos. La misma caja b que aún hoy rajoy niega haya existido financió entre 2006 y 2008 1.7 millones de euros destinados a la reforma de la sede del partido en Génova. De esa caja b inexistente salió en 2004 el dinero necesario para salvar de la quiebra a libertad digital, fiel portavoz de la teoría de la conspiración sobre los atentados del 11M, rabiosamente defendida en su día por aznar, acebes, aguirre, cascos o gonzález pons. Dos de los hombres más cercanos a aznar –rato y blesa- dirigieron, y llevaron a la quiebra, a la que era tercera entidad financiera del país tras estafar a millones de pequeños accionistas en su salida a bolsa. Asomados a los periódicos hoy por haber ocultado y amparado la concesión de visas opacas que compraban bienes y a quienes las llevaban, siendo mayoritariamente empleadas para usos en nada relacionado con la representación de sus cargos, representan, a escala, miméticamente lo que el partido popular recibió, solo en 2008, en donativos ilegales: más de un millón de euros. Según la contabilidad b hecha pública por su extesorero al ser capturado y encarcelado, el partido dedicó buena parte de ese dinero a pagar sobresueldos a su cúpula directiva. “El pago en dinero negro no tiene, según la Agencia Tributaria, reproche fiscal ni constituye delito.” –se lee en El País 29.10.
Tan obvio debía ser el mapa, tan claras sus instrucciones, que fueron seguidas con celo escrupuloso, e idéntica fe en la impunidad, por cuanto satélite se conciba, cercano o no: ya sean las prácticas de extorsión explícita del presidente asturiano de la ugt; o las maniobras altaneras de la corrupción peleada con el blindaje que le prometieron a quien emparentara con la casa real; ya sea la mentira e hipocresía como bandera oculta bajo la camisa del fundador del nacionalismo catalán contemporáneo; los fondos para el empleo en manos de la dirección del socialismo andaluz; o el saqueo y fraude contumaz en manos del mismísimo presidente de los empresarios españoles. Podría pensarse que no hay quien de más, y sin embargo es improbablemente cierto. Como contara la película de Spike Jonze Cómo ser John Malkovich (1999), escondido entre cada planta de un edificio, hay otros mundos, esperando a ser hallados. 

01 noviembre 2014

podemos mentir


Preguntado por Jordi Évole si le gustaría disponer de un programa de televisión, “en un tono distendido y entre risas, Pablo Iglesias respondió que “sería la hostia” e incluso ironizó con ofrecer un ministerio a Sabina, quien hace unas semanas mantuvo con Podemos una polémica sobre la utilidad y los planteamientos políticos”-publicaba El País 27.10. Solo que el titular parecía no haberse leído el artículo –“Pablo Iglesias ansía tener un programa de televisión si llega a ser presidente”. La noticia no viene firmada. Lo que, con suerte, habla de la vergüenza experimentable en la redacción, y sin ella, de cómo el periodismo labra su caída al mismo tiempo que los hábitos de consumo se lo piden. Es así como, a fuer de ver impreso el periodismo menos pensado, el día menos pensado uno dejará de comprar el periódico que ha comprado cada día de los últimos 20 años. 

19 octubre 2014

preferiría no hacerlo

O cómo la literatura anterior al siglo XXI no tiene la culpa de que exista internet:

http://elpais.com/elpais/2014/10/15/icon/1413381412_585189.html

17 octubre 2014

visibilidad y ausencia



A punto de entrar en el noveno año de recesión global, aunque los ejemplos diarios de expolio financiero aún semejen los de quien trata de arrancar de la pared cuanto se pueda, previo al naufragio, apenas dos páginas consecutivas de un periódico dan para explicar lo exiguo que media entre la línea de salida moral que Jose Viñals, consejero financiero del FMI, nombra como “la importancia de la ética del banquero, qué hacer cuando nadie te ve”, y la meta inmediata que Joaquín Estefanía describe, apenas unos centímetros más allá de la salida –“la Gran Recesión transformó el concepto de visibilidad. Los invisibles habían sido siempre los más pobres. Con las dificultades económicas, los que han tendido a ocultarse son los privilegiados, para no ser objeto de indignación. Los signos externos se exhiben poco. Esto ha cambiado con la aparición de la lista de los 82 de Bankia y sus compras suntuarias. En su mayor parte forman parte de esas élites extractivas que se apartan de la obtención del bien común y dedican sus mejores esfuerzos al propio bienestar y al del grupo al que pertenecen. Estas élites elaboran un sistema de captura de rentas que les permite, sin crear riqueza, detraer recursos en beneficio propio. Pero Acemoglu y Robinson, activadores del concepto, también incorporan otro, paralelo: el de las instituciones extractivas, que concentran el poder en manos de una élite reducida y fijan pocos límites al ejercicio del poder.
Ese mínimo espacio, que es simultáneamente el que va de juzgar invisible algo que en realidad no existe, da también para lo que el periódico de ese día imprime entre ambas noticias: la sentencia de un juez que acaba de dictaminar cómo la mutua que más dinero público maneja en nuestro país no tiene “autoridad moral para despedir a una empleada por ausentarse 3 horas, al ser un hecho público y probado que dicha mutua debe 43,2 millones, atribuyéndole a sus directivos gastos en mariscadas, viajes y demás derroches injustificados e injustificables”. No es invisibilidad moral el doble rasero permanente, observable también en los alegatos morales de un expresidente catalán, en las llamadas al sacrificio salarial en boca de quienes, corrompidos por su proximidad al consejo de administración de la que fuera mayor caja de ahorros de nuestro país, gastaban millones de euros en tarjetas de crédito opacas, o en quienes, desde el partido en el poder, gestionan la austeridad mortal mientras el tesorero del partido les paga en negro el triple de su salario oficial. Es solo el hueco de algo que no existe, la huella imposible de rastrear de una cualidad que ni la banca ni la política parecen tener en sus balances. 

16 octubre 2014

leña del árbol en pie



Tres de las cualidades de lo español tienen que ver, no con tanto sol como hay, sino con la inefable capacidad para no ver lo que cualquiera vería. 1. El pinar por el que uno corre, anexo a una de las zonas residenciales más caras de la ciudad, luce sembrado de desechos de todo tipo imaginable, que uno solo entiende han de ser arrojados de noche, cuando semejante destrozo a la vista no impida o chantajee el propio acto vandálico. 2. No es infrecuente ver a coches saltarse semáforos, no cuando acaba de ponerse rojo, sino cuando ya hay coches que han salido tras ponerse en verde el suyo, como si éstos compartieran el destino caprichoso de quien decide no ver su propio semáforo en rojo. 3. Si un vehículo recrimina a un peatón el que éste se haya lanzado a cruzar por donde le place, o más explícitamente, justo cuando el semáforo peatonal está en rojo, no pocas veces obtendrá de vuelta un insulto acompañado de gestos que lo explican más allá del muro del cristal del coche o el casco de la moto. Escribe Najara Galarraga en El País 4.10 cómo los huidos de Corea del Norte son acogidos, al llegar a su vecino país del sur, en un centro gubernamental en el que, durante tres meses, son reeducados para enseñarles a adaptarse a un mundo que hasta entonces no conocían. Y que va desde aprender informática básica, a usar una tarjeta de crédito, entender qué es una democracia liberal, la economía de mercado, qué implican las leyes o los derechos humanos. El turismo de reeducación no funcionaría porque, antes o después, el que asiste al balneario vuelve a su país y allí las normas siguen siendo las no normas. La clave estaría, pues, en obligarles a quedarse allí donde son reconvertidos en personas listas para reinsertarse en la sociedad. O de forma más práctica, instalar el balneario allí de donde no compense o no se pueda volver. El universo en expansión es una baza a favor. El teletransporte ayudaría también. Como empieza por tele, nadie sospecharía. 

15 octubre 2014

la esfinge bípeda



En uno de los paneles de la exposición Mediterráneo, estos días en el CaixaForum de Madrid, se lee cómo, en un momento de la historia de la Grecia clásica, los escenarios que antaño vieran la tragedia de Medea, Ajax o Antígona, acogieron a quienes, para poner en entredicho la ascendencia de los dioses sobre los hombres, recreaban escenas del Olimpo en las que sus habitantes encadenaban torpezas, estupidez o mezquindad comparables a las de sus súbditos. Así, el lugar para el que Sófocles imaginara a Edipo, víctima de maldiciones sin fin, y en el que Eurípides inventara un deux et maquina que a última hora salvaba al héroe sin más recursos a esa hora, pasó a mostrar a los dioses que regían tanta crueldad, impunidad e injusticia, como vieran esos mismos escenarios, de la única forma justa: como unos seres que solo podían alentarla sintiéndola como nosotros, es decir, siendo nosotros. 

14 octubre 2014

Con el frío aumentan los cuchillos


Thomas Bernhard, que se habría ganado la vida como afilador sin necesidad de rueda en que apoyar la hoja, con solo pasar los cuchillos por su lengua (y tiene un libro de relatos con un título parecido), legó entre sus méritos póstumos el haber dejado listo para publicar el libro que acaso no pocos de quienes le trataron hubieran puesto sobre papel acerca de sus infatigables dones para vivir en conflicto con el mundo. Escrito contra las estructuras que concedían premios en el tiempo en que le correspondió ganarlos mientras cargaba contra ellos, es justo ese libro el que, adaptado por Évelyn Arévalo y Pep Tosar, puede verse en La Abadía estos días, nombrado Con la claridad aumenta el frío. Y que es, lanzado Bernhard contra sí mismo al lanzarse contra lo que los premios nombraban, ese otro don infrecuente: el del lanzador de cuchillos reconvertido en tragasables. 


13 octubre 2014

To boldly go where no man has heard before



La nueva temporada de Radio Clásica, en RNE, inserta la música de cine en el programa de 8 a 10 de la mañana, y en uno del mediodía permite escuchar a Extremoduro como ejemplo de actualizaciones de motivos clásicos, en este caso de Bach. La programación de la Orquesta Nacional alterna a Dvorak, Berlioz o Turina con Howard Shore, Bernard Herrmann o Franz Waxman. Silvia Pérez Cruz comparte ciclo en la sala de Cámara del Auditorio Nacional con las músicas barrocas de Jordi Savall y con los lieder románticos en la voz de Anne Sophie Von Otter. El concierto inaugural de la Filarmónica de Los Ángeles viene de honrar la música de John Williams. En los Proms de hace un par de años podía escucharse las músicas puestas al servicio de James Bond, incluso en Viena existe un concierto anual dedicado a la música de cine. Sin que se sepa muy bien qué quiere decir la frase “si Mozart hubiese nacido hoy día compondría para cine”, o sin que eso signifique, por fuerza, que Miklós Rosza habría compuesto ópera de haber nacido en 1800, los géneros se acercan hasta caber, en público, en los mismos instrumentos de que brotan ambos. En 100 años, quizá las óperas escritas por Korngold terminarán de cerrar el círculo que une las músicas compuestas para reyes y las que para niños. 

08 octubre 2014

sin tiempo para siglos


La mezcla de música y teatro llena los espacios mientras vacía los tiempos. La vida alegre, compuesta por Falla en 1904, suena por momentos a los espirituales que Gershwin fundiría en Porgy and Bess en 1935. A quince días de que Ana Zamora, directora habitual de prodigios que rescatan formas teatrales y musicales del medioevo, versione Carmen, de Bizet, en el Teatro de la Zarzuela; a un mes exacto de que las naves del Matadero acojan la versión teatralizada de Andrés Lima a partir del disco de Lou Reed, Berlin; a siete semanas de que Ute Lemper traiga al Auditorio Nacional las voces de Brecht o Marlene Dietrich, puede uno acercarse al kiosco los domingos y adquirir la colección de Viajes extraordinarios de Julio Verne, cuyos espacios imposibles siguen sonando a música, celestial, subterránea o submarina, siglo y medio después de escritos. 

07 octubre 2014

una patada más


Hace unos años, un famoso locutor de radio clamaba desde los medios haber sido estafado por su administrador, quien le habría robado millones de euros. Lo peculiar venía al detallar, días después, en qué se había gastado el estafador semejante renta: en sostener una revista de fútbol, patética por defecto, que incluía premios anuales y su lujosa fiesta correspondiente. Todo patrocinado por el desdichado locutor. Estos días se asoma a la prensa el padre de un famoso jugador de fútbol, que, inmerso en la investigación de un fraude fiscal por valor de 9 millones de euros relacionados con el fichaje de su hijo, dice cobrar dos millones de euros anuales del club catalán que contratara a su vástago, para ejercer de ojeador en Brasil. Un infeliz que roba para dilapidar en un proyecto idiota. Un club de fútbol que estafa en aras de un proyecto que necesita de la misma mitología que la región en que se halla. El sueño de la sinrazón, los mismos monstruos. 

06 octubre 2014

la rueda doble de Pinarello


Muere Giovanni Pinarello, quien como constructor de bicicletas revertiera la suerte exacta que le acompañara como corredor profesional. Acaso llegar el último sea la mejor forma de fijarse bien en las bicicletas de los demás cuando te adelantan. Honrando a ambos –al que acabara último en un Giro de Italia- y al que diera su nombre a algunas de las mejores bicicletas del mundo, uno tiene desde hace un año largo una de sus bellezas en el estudio, nueva, casi intacta, que no uso nunca. Como si Pinarello tanto mereciera gastar en ella lo que vale como ser prudente en pasear su nombre por las carreteras. 

llamada a perdurar


De cuantos estereotipos acuna y transgrede La llamada, el musical de Javier Ambrossi y Javier Calvo, en el Lara por segunda temporada consecutiva, el de las adolescentes protagonistas –Macarena García y Anna Castillo- hacia una luz imprevista es solo más chillón que el que afecta a las monjas –Gracia Olayo y Belén Cuesta-, pero es ésta última la que atrae la función hacia sí con el menos previsible de los recursos –el apocamiento volcado como arma de seducción. Es justo el magnífico trabajo de Cuesta lo que hace de la Llamada un musical atípicamente comercial y simultáneamente interesante desde, al menos, uno de los personajes. Pero hay un protagonista más, uno que apenas pronuncia un par de frases más allá de las canciones (de Whitney Houston) que le corresponde cantar. Y es el más delicado de los personajes posibles: dios. Sin ese trabajo especialmente afinado en la creación de su rol, La llamada sería probablemente irrelevante o desastroso. No lo es porque el mayor logro de Ambrossi y Calvo es calibrar con sumo cuidado –es decir, con la distancia natural que el personaje exige- la respuesta de dios a los ruegos de todos y a la empatía con el personaje de García. Richard Collins-Moore es un impagable demiurgo al que solo pudiera interesarle lo que las voces humanas emplean en usos mejores que alabarle. La sorna fugaz y los modos de cantante pop al uso son un recurso valiente que se bastan para lo menos valioso aquí –explicar a qué vino o por qué- y explotan en la dimensión verdaderamente obvia del personaje –lo incomprensible de sus actos, lo poco que nadie que crea en dios podrá decir alguna vez que entiende uno solo de sus actos. Lúdico, pueril o manido en los modos de las adolescentes, amargo en la confesión del sacrificio inmenso que exige el sacerdocio a los veinte años, su milagro es un dios al que poco parecen importarle las vidas consagradas a él, y mucho la melodía simplona con la que resistimos. 

05 octubre 2014

hijos del catarro



Aunque escrita en 1940, Eugene O´Neill prohibió la publicación y representación de Largo viaje del día hacia la noche hasta transcurridos 25 años desde su muerte. Solo tres esperó su viuda, y así, cuando la peripecia de los Tyron fue finalmente estrenada en Estocolmo en 1956, en esa casa del sur estadounidense llevaba un año viviendo otra familia, la de los Pollitt, que Tennessee Williams pusiera ahí en su Gata sobre el tejado de zinc caliente. Si en la obra de O´Neill el patriarca James y sus hijos Jamie y Edmund pugnan por ocultarse unos a otros la recaída en la adicción de su madre, Mary, a la morfina, en la de Williams el patriarca Big Daddy se muere de cáncer sin que sus dos hijos, Brick y Gooper, quieran decírselo.
Si en la primera, la tuberculosis de Edmund es un secreto a voces, en la segunda la velada homosexualidad de Brick no escapa a la mirada del resto, por mucho que trate de guardarla en botellas de alcohol previamente vaciadas. Para quien no quiera ver en ambas las más logradas obras de sus autores respectivos, puede ver el más fiel retrato de quienes las escribieran: como Brick, Williams fue alcohólico y homosexual en un tiempo en el que lo primero era un signo de hombría y lo segundo, un tabú. Como Edmund, O´Neill era hijo de un actor y una madre adicta a la morfina. Como Jamie, sufrió depresión y alcoholismo. Lo que termina de unirlas viene también de la vida real de sus autores: la lobotomía autorizada por los padres de Williams, que dejó incapacitada a su hermana Rose, prefigura el destino de Edmund el tuberculoso en manos de su padre, tan acaudalado como avaro. En el hospital público al que le enviara esperan ya los mismos doctores a los que Williams odiara.
Mario Gas pudo haber sido todos los O´Neill que éste pusiera en su obra: tras serle ofrecido el papel de Edmund, y el de Jamie años después, sería finalmente James Tyrone en 2014, en el teatro Marquina. O´Neill debía saber que nunca es peor actor James Tyrone que cuando, en boca de un gran actor, dice haber vendido su alma a cambio de dinero, a Shakespeare por justo lo que éste dejara en vida: una colección de firmas en registros de propiedad. 

04 octubre 2014

el esfuerzo exacto


Extracta Sandro Pozzi en El País 3.10 cómo el nuevo informe del FMI –la nueva mediocridad-, presentado por su directora, Christine Lagarde, exige a los líderes políticos “más ambición y más esfuerzo”, ante la recuperación de la crisis persistentemente “decepcionante, quebradiza y desequilibrada”, su temor a “los riesgos por la alta valoración de algunos activos y a que la liquidez se vaya a las esquinas más oscuras del mercado. A punto de cumplirse ocho años desde que la crisis financiera global produjera discursos en todo el mundo pidiendo una mayor regulación, “las partes no reguladas del sector financiero están creciendo muy rápido”. Las páginas que no se pasan en economía, se pasan en periodismo. Y así, en el mismo diario, el mismo día, se lee sobre el ejemplo enésimo de la ambición y el esfuerzo bancario, tan cercanos al que perméa la política: cómo durante los cuatro años anteriores al estallido de la crisis, y aún cinco después, 86 personas –directivos y consejeros- de Cajamadrid, y después Bankia, gastaron más de 15 millones de euros en viajes, restaurantes, ropa y hoteles, en tarjetas de crédito opacas a la contabilidad. Esto es, al margen de gasto de representación alguno. Levantados en la misma línea divisoria de la legalidad y el saqueo, de lo aprobado en una junta y lo inmoral a poco que entre luz por un rendija, una quincena de directivos de la caja hundida y exhumada cobró casi 68 millones de euros entre 2007 y 2010. En el informe entregado a la fiscalía, las tarjetas estaban vinculadas a “cuentas correspondientes a errores de servidor informático”. Como un virus que sobornara a los anticuerpos en vez de vencerles en combate, la propagación de las prácticas corruptas en nuestro país, acaso por doquier, exige solo que quien ha de callar participe de los beneficios de quien delinque. La impunidad que embosca el título del informe del FMI oculta que la nueva mediocridad –moral también- no es, en banca o política, un amenazante punto de llegada, sino un inevitable punto de partida. 

22 septiembre 2014

35 mm de piel



Rodada a lo largo de 12 años, amén de redefinir la idea de superproducción, la última película de Richard Linklater es vida imitando cine, y no al contrario, que es lo habitual. Incluso el lamento final del personaje interpretado por Patricia Arquette, viendo su vida como un ciclo que acaba, llegada la hora de que su hijo se vaya a la universidad –“pensé que habría algo más”- suena más a lo que se le pide a un guión en muchas de las películas estrenadas. Su mayor logro pudiera ser justo ese: no buscar la ficción, no buscar una historia por cuyo reparto hubieran matado los hermanos Wachowski, sino contar la vida a través de la escasa grandeza, de la familiaridad íntima con la que casi todo lo que le ocurre a cualquiera nos es conocido, sin que de su enumeración pueda sacarse un relato que pueda sorprender, contar algo nuevo a alguien. E incluso que algunos personajes salgan de la narración abruptamente como si un fallo de montaje los hubiera eliminado sin avisar al guionista acaba honrando esa misma cualidad que la vida real oferta. Enmarcada en ese paisaje del suburbio norteamericano hecho de casas y jardines idénticos, acaba contando la mayor y más improbable gloria de una especie tan dotada para la exaltación como para el aburrimiento: que la supervivencia más digna a la vida pudiera estar no en el temor a lo que vendrá, sino en negociar con lo que no deja de venir. 

21 septiembre 2014

burros en manos de burros

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/19/actualidad/1411158144_404356.html

veinte veces más ignorado


Las páginas de economía de un periódico permiten siempre el ejercicio de calibrar el contraste entre la probable verdad terrible del diagnóstico –leer a Krugman es siempre esto- y la tranquilidad con que el resto de noticias impresas se suceden en las siguientes páginas y los siguientes días, como si solo se leyeran a sí mismas. Queda a cada cual discernir si el error está en la previsión o en la inopia que el mundo prefiere como modo ubicuo de gestión. Es así como El País 19.9 puede imprimir esto acerca de la oms –“Este es el mayor brote que el mundo haya visto. Necesitamos aumentar veinte veces la asistencia. Los casos se doblan cada semana… el brote está llevando a los gobiernos afectados al borde del precipicio. Es el desafío más importante en tiempos de paz que haya afrontado Naciones Unidas. No habíamos visto algo de esta escala, de este nivel de sufrimiento. Es una crisis social, económica, una amenaza a la seguridad mundial. La vida de 22 millones de personas en los países afectados se ha derrumbado. Nada de lo que vemos tiene precedentes.”- y en la misma página, noticia de la previsión demográfica para finales de siglo, 11.000 millones de personas (4.000 solo en África frente a los 1.000 actuales) frente a los 7.200 que somos hoy. Y, como ocurre con las páginas de economía, darle la misma importancia que al resto de cosas que nos ocurren cada día: el fútbol, el cine, la cerveza. 

20 septiembre 2014

medida por recambio




Shakespeare, que vivió en un tiempo en que las compañías reclutaban gente de la población a que llegaran para interpretar pequeños papeles, habría visto como natural que el asistente de dirección ocupe el puesto del protagonista principal, y más aún, que la razón sea que el actor principal –Richard Burbage entonces, Alexander Feklistov en el montaje de Cheek by Jowl estos días, en el María Guerrero- sea devuelto a su país nada más bajar del avión por su actitud durante el vuelo. Es así como, si nadie viene a decírtelo, el asistente de dirección de esta producción del Barbican londinense y el Pushkin moscovita puede pasar por el Duque sin mayor problema, sin que acaso tu memoria lo relacione con el hecho de haber visto, media hora antes del estreno, cómo uno de los miembros del equipo pasea, texto en mano, como si acabaran de darle el papel. Pasa la compañía junto a ti, en el bar, tras la función, y solo entonces el duque parece, de forma tan obvia, el asistente de dirección Kirill Sbitnev. Y sin embargo vienes de una función perfecta, nítida y grácil, que fluye con una claridad gozosa que uno no recuerda haber sentido en anteriores versiones de Medida por medida.
Poco desentona, por demás, en una obra en la que el personaje principal la atraviesa disfrazado de monje para poder, así, observar cómo se desenvuelven sus súbditos en sus ausencia. O en la que el personaje de Ángelo, una suerte de inquisidor clásicamente a merced de sus instintos cuando nadie mira, recuerda a Putin a poco que uno le observe. Doce meses exactos desde la magnífica Ubu Rey y ocho años después de que Donellan y Ormerod trajeran a este mismo teatro una luminosa y festiva Noche de reyes, interpretada también por un elenco ruso, la categoría en que Medida por medida suele ser encajada –una de las tres Problem plays de Shakespeare- es, en manos de Donellan, apenas un problema clásico: la elección adecuada de quién se baja de un avión o de su casa para dirigirla. 

19 septiembre 2014

balcón a ningún lado



Quizá porque ya las dos obras de Vargas Llosa representadas en el Español en los últimos tres años han contado de cierto quijotismo lo que ya podían contar –en La chunga, el secreto propio como excusa de la ensoñación ajena; y en Kathie y el hipopótamo, el refugio en la ficción de un relato para sobrevivir a otro más áspero- este Loco de los balcones es solo la acotación a ambas. Y de paso, escasamente teatro. Asombra que nadie lo haya dicho en voz alta a tiempo de parar el despropósito. O al menos de haberlo parado antes de las casi dos horas que dura el evento. La acción es mínima y previsible, y el resto es acotación a lo que es obvio a los cinco minutos del relato. Fatigosa, interminablemente repetitiva en torno a lo que es, en su lección moral, mucho más claro material de columna de un periódico, como presunto teatro cansa y aburre sin remedio. Desperdicia a Sacristán, ensalza una parte, escasamente gloriosa, de la obra de Llosa que debiera quedar para estudiosos, y pone en un escenario lo que no pertenece a él. Y ni siquiera queda el consuelo, como ocurría con Ana Belén en Kathie, de escuchar cantar a Alberto Frías a pleno pulmón. 

17 septiembre 2014

vuelta a Millás

En tiempos de la reducción traída por internet, la concisión pasa desapercibida, o peor aún, parece una más de las herramientas al servicio de la primera. Por eso, y porque el ejercicio más asombroso de la concisión al servicio de la creatividad es repetir la primera sin agotar la segunda, se lee a Millás como si siempre fuera a estar aquí, concentrando ambas –brevedad e inventiva- en un formato que viniera con el periódico como lo hacen los idénticos suplementos de moda que retractilan todos. Escribe sobre Julio Verne, a la vuelta de vacaciones, en El País 14.9 –“he aquí un tipo que descubrió el siglo XXI dentro del siglo XX, lo que viene a ser como adivinar la edad de los metales en medio de la edad de piedra”- y ni leerlo en Internet resta fulgor a ese brillo familiar de la edad del genio inserto en el molde de la del ingenio. 

16 septiembre 2014

de memorias propias



Se cumplen 100 años del nacimiento de Bioy Casares, que son también 20 desde que uno regalara a un par de amigos uno de sus libros menos suyos, a la manera en que Paul Auster compilara su Pensé que mi padre era dios (2002): uniendo textos ajenos. Aquel libro de Bioy, publicado en España por Tusquets en 1997, se llamó De jardines ajenos y contenía citas, fragmentos, frases escuchadas por el escritor argentino durante sus viajes. No sabía uno al regalarlo que, ligado él mismo a la sombra imposible de Borges, de quien fue amigo íntimo durante décadas, su obra iba a quedar, también, si no sembrada en suelo ajeno, sí leída como si compartiera el agua que regaba el de al lado. 

15 septiembre 2014

decir lo que no quiero oír


Una carta publicada hoy en El País se lee como el eco real de lo que, en la página de enfrente, se clama desde el socialismo madrileño organizado contra la posibilidad de ser superados por Podemos en las próximas municipales: escribe Felipe Cerezo-Yuste desde Valladolid que decidir no votar a un partido a raíz de una “declaración, comentario o decisión desafortunada es exigirle la perfección a un partido cuando es totalmente imposible. Si algún partido se acerca a parecerlo, probablemente ofrece lo que no puede cumplir, y es populista… cómo quizá los partidos hasta hoy mayoritarios lo siguen siendo porque muchos de sus votantes aceptan sus problemas a cambio de sentirse representados en lo que les importa”. Desde la página opuesta, el presidente del socialismo madrileño organizado clama contra cómo “el juego populista iniciado por el pp es antipolítica… cómo el pp ha encontrado unos aliados (Podemos) que no podría imaginar… cómo el partido de Pablo Iglesias es “oportunista, tiene vocación de totalidad y no sabe gobernar una sociedad plural… cómo hay partidos tremendamente eficaces para la destrucción y no para la construcción”. Sin ese nombre –Felipe- y esa población – Valladolid- de por medio, quizá lo que desde el psoe se aceptaría enunciar es que a qué venir a exigir que quien promete algo en política esté, además, obligado a cumplirlo, o al menos a no avergonzar aquel propósito. Como si a estas alturas, además de las ventajas de la fe, hicieran falta los milagros. Por eso el olor que viene del psoe es el de Lázaro, esperando lo que le prometieran. 

11 septiembre 2014

día mundial del mundial

En el día mundial de la prevención del suicidio, España anota 52 puntos en cuartos de final ante Francia. 

04 septiembre 2014

nacionalismo y sustrato


El roble en que ancla sus ramas identitarias el país vasco sufre en su cuarta generación o los achaques del suelo o la dieta de nutrientes pobres que nutre su política.“Ha entrado prematuramente en el otoño”, confirmó ayer la profesora de Biología vegetal de la Universidad del País Vasco Miren Duñabeitia. Las pocas hojas que le quedan son marrones, su tronco se mantiene esquelético, y en el arcilloso suelo a su alrededor han abierto un foso para intentar que sus raíces vuelvan a nutrirse y crecer. Los turistas no pueden ni acercarse.” –se lee en El País, ayer. Pobre roble, a quien no pueden matar ni dejar morir. 

02 septiembre 2014

un nombre mejor


A medida que los efectos de la crisis se enquistan en lo social, un nuevo nombre que darle al apocalipsis surge, uno al que tranquiliza el alza bursátil, el interés al que se financia el estado al emitir deuda, la costumbre de la precariedad hasta poder ser pronunciada como estructural, es decir, fuera del alcance del sistema que podemos tener. Y por cada nueva puerta a la recuperación que se dice ver, nuevos tabiques se añaden dentro. Y dentro de ellos, el mundo es el antiguo, el que creó la burbuja financiera, el que fingió el estado de bienestar, el que sostiene aún, por poco tiempo, a los partidos de izquierda mientras se gesta la nueva alternativa, que lo es al tiempo contra la derecha neoliberal y contra los acuerdos de cesión de soberanía nacional. Y cuando la precariedad se haya enquistado, nadie tras esas puertas de la política y el gran dinero dirá recordar que, incluso al amparo de una prosperidad de ficción, la dignidad laboral obtuvo cotas ganadas con sudor y sangre. Qué más podría satisfacer a los dueños del dinero que la enésima derrota del socialismo vía destrucción de los derechos laborales. Para conmemorar un siglo de la matanza en las trincheras, se desciende a ellas a vivir.  

01 septiembre 2014

cada 12 meses

A falta de horas para que El País aparque la costumbre veraniega de entrevistar a gente inteligente para volver a llenar páginas con el discurso pueril, mezquino o directamente bobo que nutre la política y la economía, una página que poder leer cada día de aquí a julio de 2015.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/14/actualidad/1389716541_468969.html