11 noviembre 2014

y sin embargo es un periódico honrado


Recién logrado por el partido republicano estadounidense la mayoría en el Senado al tiempo que sus méritos merecerían perder los escaños que ya tienen, en nuestro país el que fuera el periódico más progresista, y aún clama serlo, con la mano derecha imprime noticia de la caída en barrena de cuanta aspiración de buen gobierno puedan alardear los partidos tradicionales, y con la izquierda difama sin escrúpulos el surgimiento de un partido cuyo mayor crimen sería serlo cívico y no aún político, como sería de desear para competir en igualdad de mediocridad y mentira con las opciones existentes. Es así como, en el editorial del domingo pasado, tras glosar con benevolencia la gestión del país en manos del gobierno actual, sugiere “nada justifica dejar a la sociedad en manos de un grupo de diagnóstico catastrofista y voluntad descalificadora, que niega ser de izquierdas ni de derechas para ocultar lo que realmente es: simple y vulgar populismo”, que es, como sugiere la lectura de El País cualquier día de la semana, en su primera frase justo la definición de la política en manos del partido popular, y en su segunda, la acepción básica de cualquier campaña electoral de cualquier partido desde la instauración de la democracia.
La falta de tiempo para leer el propio periódico en el que uno escribe podría explicar también el más afinado reproche –“una cosa es criticar y otra muy distinta ofrecer soluciones solventes y realistas a una sociedad necesitada de buena gestión. Hasta el momento, las únicas recetas que hemos escuchado en boca de los líderes de Podemos son viejas, fracasadas y delirantes”- que, entre otras cosas, presume de no haber leído siquiera la tribuna de Pablo Iglesias y Carlos Jiménez Villarejo publicada en –justo, lo han adivinado- El País un día antes, contra los paraísos fiscales y su impunidad, cuyas recetas “viejas, fracasadas y delirantes” reproduzco a continuación para aquellos que tienen la suerte de no leer El País estos días -“Primera. El G-20 ha de emplazar a todos los Estados para que requieran la identidad de los clientes con cuentas en las matrices, filiales o sucursales en el extranjero de los bancos que operan en su territorio. Segunda. El G-20 ha de emplazar a Suiza para que atienda los requerimientos de las Administraciones tributarias respecto a la UBS y el Credit Suisse. Tercera. Los altos cargos de las Administraciones central y autonómicas y diputados de las correspondientes asambleas legislativas prestarán consentimiento escrito para que la AEAT confirme con terceras jurisdicciones que no tienen cuentas sin declarar en el extranjero. Cuarta. El Gobierno ha de llamar a consultas a los embajadores de Suiza y Andorra para que justifiquen por qué no han informado sus Gobiernos de las cuentas de Bárcenas y de Pujol contraviniendo de forma flagrante la recomendación número 12 del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional, de la OCDE), como personas de evidente relevancia política. Resulta escandaloso a primera vista que los bancos donde han estado abiertas las cuentas de Bárcenas y de Pujol no informaran a las unidades de Inteligencia Financiera de Suiza y de Andorra de la existencia de tales cuentas. En el caso de que las explicaciones ofrecidas no fueran satisfactorias, España ha de denunciar a estos países al GAFI para que sean incluidos en la lista de países no cooperativos y puedan arbitrarse las contramedidas que sean pertinentes. No puede tolerarse más la permisividad de los Gobiernos con el fraude fiscal internacional en directo y gravísimo perjuicio de los ciudadanos, agrandando la brecha de la desigualdad económica y social.”

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