23 noviembre 2014

Artemisa en Palestina



Cómo el texto de Colm Tóibín, estos días en el Valle Inclán, sobre la visión de la virgen María del destino de su hijo famoso sirve para contar la distancia entre lo que se ve, se toca o se sabe, y lo que, de pura imposibilidad de ser superado, no tienes más remedio que creer –“Artemisa, diosa de todo lo que crece, libérame. Llévame hacia la oscuridad más calma y que allí encuentre lo que tenga que encontrar, ya sea el silencio o alguien hablando, incluso puede que los muertos que he conocido, o tal vez sus tristes sombras susurrantes.”

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