16 septiembre 2014

de memorias propias



Se cumplen 100 años del nacimiento de Bioy Casares, que son también 20 desde que uno regalara a un par de amigos uno de sus libros menos suyos, a la manera en que Paul Auster compilara su Pensé que mi padre era dios (2002): uniendo textos ajenos. Aquel libro de Bioy, publicado en España por Tusquets en 1997, se llamó De jardines ajenos y contenía citas, fragmentos, frases escuchadas por el escritor argentino durante sus viajes. No sabía uno al regalarlo que, ligado él mismo a la sombra imposible de Borges, de quien fue amigo íntimo durante décadas, su obra iba a quedar, también, si no sembrada en suelo ajeno, sí leída como si compartiera el agua que regaba el de al lado. 

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