31 diciembre 2015

feliz año no-vo


Justo antes de tirarla, la agenda anual te dice esa verdad sobre los deseos que uno se pide a sí mismo en vano: no cambié la luz fundida de la campana extractora. Tampoco envié las postales francesas a Marta, la madre de Diego. Gregory Hicks jamás recibió el texto con sus diálogos en la obra que no se hizo. No anulé la cuenta en mi banco. No llamé a Xavi. No leí los artículos de Verne. No volví a ver Los juicios de Nuremberg. Nunca pagué la entrada del concierto de James Taylor. No compré calcetines. No compré ese billete de tren. No llamé a esa librería. No compré las copas de vino en Habitat. No llamé a Juan. No pedí esa hipoteca. No fui a Ferrocarril 22. No fui a la feria del Libro. No envié el libro a Leandro. No llegué a hacer las pruebas sobre postura en bici. No escribí el artículo sobre meetic. No llegamos a presentar a los laboratorios. No pagué el impuesto atrasado. No fui a ver Golfus de Roma. No fui a Mercamadrid. No escribí a Jotdown. Sigo sin tener gafas graduadas con las que poder correr. No cambié las ventanas. No logré llevar a mis primas al teatro. No leí a Durrell. No fui al taller de María Velasco. No llegué a esa lectura escénica con Lima. No he bajado a por huevos. Las cosas hay que pedírselas a quien quiere traértelas. Suerte en 2016.  

4 comentarios:

concha dijo...

lo que más me preocupa por deformación profesional es lo del impuesto, pues sigue sumando intereses.
pero todo está bien.



uliseos dijo...

jaja

Unknown dijo...

Y no haces la lista de las cosas que si?

uliseos dijo...

ya,
es que los años nuevos traen listas de lo que deberías hacer y aún no hiciste
aunque… no sería mala cosa que esa lista incluyera también seguir haciendo lo que ya haces
es el problema de echar la carta a los reyes, que luego añadir cosas es difícil