Es
paradójico –educativo acaso- leer, en medio de las muestras de mediocridad
política en la gestión de la crisis del euro, el artículo que El País 4.12
publica sobre las conversaciones del gobierno con eta entre junio del 2006 y
mayo de 2007. En él, la cualificación exacta y asombrosa de Jesús Eguiguren,
por entonces presidente de los socialistas vascos, obligado en función de su
cargo a sentarse a una mesa con javier lópez peña, clásico asno elevado a la categoría
de dirigente de un grupo de asesinos por su obvia incapacidad de lucidez, capaz
de espetar “si se rompe el proceso de
paz, esto será Vietnam”. Eguiguren, forzado a convencerse de que no está
hablando con un mero animal, de que no puede permitirse abofetearle o enviarle
a un hospital psiquiátrico. Eguiguren y esa imposibilidad de una ocupación
normal: que confrontar a un criminal confeso y henchido de su crimen no
conlleve automáticamente enviarle a prisión o, en el caso clásicamente obtuso y
fanático de eta, a una perrera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario