06 mayo 2010

una razón por la mañana, otra de tarde

“Ahora con La Razón puedes volver a disfrutar de las mejores películas de la comedia española, gratis. Para divertirte en familia con nuestro mejor cine”. El diablo no carga menos unas armas que otras y el sentido de la oportunidad en periodismo es una de ellas. Así, la misma semana que El País comienza a distribuir una colección en la que de momento asoman Platón, Darwin, Rousseau, Aristóteles, Hume o Freud, La Razón anuncia El mejor cine de comedia, que es decir Lina Morgan en película de Juan de Ortuña, Landa, López Vázquez y Gracita Morales en sendas de Mariano Ozores, y Concha Velasco y Tony Leblanc en una de Rafael J. Salvia, entre otras de semejante ralea. También, raramente Bienvenido, Berlanga, sin que se entienda. Primero lo obvio: a uno le daría vergüenza, de tenerla lo suficientemente blindada para leer La Razón, ver asomar lo que la dirección del periódico juzga, a la luz del ejemplo, el mejor cine de comedia, su idea de diversión en familia y, ya puestos, incluso su concepto del disfrute. Y ahora lo valioso: como lector de un diario que escoge ofertar manuales de uso de la inteligencia, uno no necesita sentirse atraído por la posibilidad de leerlos para sentirse respetado, juzgado que lo que me lleva a adquirir el diario ha de ser proporcional –bueno o malo- a lo que el resto de decisiones cuentan de mi en otras áreas. Animar un ocio rancio o idiotizado no tiene porqué ser incompatible con formarse una sólida idea sobre política internacional o economía, pero suena raro tratar de tonta a la misma persona por la mañana y de lúcida por la tarde. Más probable es acostumbrarse ambos –el que escribe y el que lee- al lado más sencillo. Ese es el coleccionable que realmente se retractila en porciones diarias.

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