01 mayo 2010
ser un viernes
Un amigo describe la diferencia entre residir cuatro años en Senegal como cooperante y hacerlo, en el ciclo actual, apenas tres meses en términos de salvaguarda emocional –más acentuada, o más consciente entonces; menos precavida hoy. Como todo lo que nos compone, la involucración es también una sombra que emplea al sol para desplazarse, pero uno sospecha que, preguntados aquellos cooperados y éstos, sólo advertirían como distingo la continuidad, la costumbre o no de saber ahí una cara distinta testigo de sus vidas. Que lo que das de menos pueda ser tan invisible a ojos de quienes carecen de tanto que, acaso, pudieran sólo querer de los espejos que sigan ahí, sin huir, mientras se miran en ellos y les hablan.
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