18 abril 2012

Pity it´s only 10 days

Shakespeare llevaba 12 años muerto, y Romeo y Julieta 34, cuando John Ford estrenó ´Tis Pity she´s a whore, la historia del amor incestuoso de dos hermanos que primero engendra un hijo, y la tragedia de ambos, al poco. Pero antes de descender del amor hermanado de Montescos y Capuletos, el de estos Hippolita y Giovanni lo hicieron del cosanguineo que uniera a Edipo y Yocasta, dos mil años antes, y del que, aún más lejano en el tiempo, viera a las dos hijas de Lot tramar coyunda con su padre tal como recoge el Antiguo testamento. Habiendo tratado la literatura griega y protocristiana el incesto como algo entre padres e hijos, preservó la inocencia de uno de los lados –el hijo en Edipo, el padre en el relato bíblico. Si el teatro isabelino mantenía aún deudas de incesto o traición supracarnal hacia uno de los dos lados, lo resolvió Marlowe al versionar un Fausto enfrentado a su Padre donde la culpa hallaba, por fin, su hábitat normalizado: la desobediencia. La tragedia de Ford guardaba otra que en 1637 no podía ser derrotada: la afrenta a la sangre recae en Hippolita. Es ella la puta. El deshonor es suyo en mucha mayor medida que de su hermano. Cuando la criada descubre el enredo, lo hace para alabar/esperar la hombría de su hermano. Arrolladoramente servidos por la visita anual de Cheek by Jowl, ambos se aman estos días en el Matadero, hasta el 21 de abril. 

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