02 octubre 2011
enmedio
En una de las calles del barrio de las letras, estos días, hay un hombre en el escaparate de una sastrería, un hombre que semeja un maniquí que semeja un hombre. No tiene relación aparente con el hombre que, horas después, se agita durante un concierto de Nacho Mastretta como si más fuera la propia música que quien asiste a ella, no el espectador sino el instrumento. Con el sol nuevo llega un partido de rugby en el Liceo Francés, al que sigue el tercer tiempo –el que se juega en el bar, juntos los que hasta hace nada se han estado arrancando la cabeza. Tampoco tiene relación con que uno lo deseche para poder llegar a tiempo a la tercera parte de la trilogía de Tom Stoppard La costa de Utopía, hasta ayer en el Valle Inclán. Asi que ha de ser solo que la realidad a veces te usa de pegamento.
3 comentarios:
Me gusta esa última frase..."la realidad te usa de pegamento"...
Bonita
:P
puedes usarla en un bar: si te dice algo la chica, siempre puedes echarle la culpa a la realidad. Es ella la que me empuja hacia tu jersey... :P
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