Isla mujeres.
Las olas que muerden
el cuerpo de Méjico
más septentrional
tiene los dientes lentos
que faltan a los escualos.
Sus dientes engarzados
en collares tienen
más bocas de las que puede,
como trofeo, uno colgarse
del cuello o los oídos.
"...Y así continuamos navegando, dolidos hasta las entrañas por los compañeros perdidos, pero contentos de estar vivos." (La Odisea)
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