08 abril 2016

memoriza la imaginación


El final de la novela de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, hurta conexión alguna entre quienes memorizan libros y los rasgos que éstos pudieran dar a aquellos o recibir de quienes los eligen. Tampoco la película de Truffaut lo hizo. El libro que escoge memorizar el bombero Montag es los Cuentos de imaginación y misterio, de Poe. Es decir, relatos de muertes que no se advierten, de la que se sale para volver a ella, a la que te condenan para que regreses o no termines de irte sin quedarte tampoco. Es una elección impecable en quien viviera quemando los libros que ahora ama, resucitando lo que matara. Pero tampoco habría sido mala decisión optar por uno de los libros que, condenándolos, exhibiera haber leído su superior, el jefe de bomberos, acaso el más culto de los lectores que Bradbury imaginara. Memorizando uno de los que éste leyera, Montag habría honrado a ambos: a la víctima y a quien la persigue. Tan útil es recordar una cosa como la otra.


Casi treinta años después de recordar a montag al crear mi primera dirección de correo electrónico, leo este libro. Y me acuerdo de quien me lo regalara.

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