El punto de partida de Equus, de Peter Shaffer –un joven
que, amando a los caballos, viene de sacar los ojos a siete de ellos- deviene
en la investigación de una psicopatía evidente –la del joven- a manos de la que
podría ocultar el médico que le trata. Cuando la soledad de cada uno es
evidente para el otro y la acción primera –sacar los ojos- se explica como un
acto enfermo de vulnerabilidad extrema ante quien más te importa, cada uno está
ya en manos del otro: el médico, en las del ser libre que querría ser y ya no
será. El joven, en las de quien, para salvarle, solo puede convertirle en lo
que es él mismo: un ser a salvo del mundo, sin el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario