09 abril 2016

crines en las pestañas



El punto de partida de Equus, de Peter Shaffer –un joven que, amando a los caballos, viene de sacar los ojos a siete de ellos- deviene en la investigación de una psicopatía evidente –la del joven- a manos de la que podría ocultar el médico que le trata. Cuando la soledad de cada uno es evidente para el otro y la acción primera –sacar los ojos- se explica como un acto enfermo de vulnerabilidad extrema ante quien más te importa, cada uno está ya en manos del otro: el médico, en las del ser libre que querría ser y ya no será. El joven, en las de quien, para salvarle, solo puede convertirle en lo que es él mismo: un ser a salvo del mundo, sin el mundo.

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