El capitalismo consiste en un estado de guerra permanente en el que el hambre triunfa sin tregua sobre el hombre.
(Alba Rico 2003, "La ideología de la globalización (Reflexiones sobre el hambre)", Ponencia en el curso de verano sobre Globalización organizado por la Universidad Carlos III en Villablino, León)
2 comentarios:
“Los alimentos tienen un valor estratégico y los mercados alimentarios son un arma de destrucción masiva”. (P. Nicholson)
“La única forma de garantizar el máximo bienestar para el mayor número posible de personas, al mismo tiempo que se preserva el capitalismo, es reducir el número de personas”. (Susan George)
En este horizonte adquiere especial relevancia el tercer jinete del Apocalipsis, el hambre como instrumento de regulación de la población mundial. El capitalismo encuentra en ella un aliado inestimable en relación al objetivo de eliminar una parte de la población sobrante en aras de aumentar y promover la vida de los privilegiados que viven en los países que dominan y administran el mundo.
El hambre no actúa sola, acompaña y garantiza la eficacia de los otros jinetes: la conquista, la guerra y la peste. Pero en su conjunción siniestra al servicio de un sistema que encubre sus objetivos biopolíticos bajo la etiqueta de imponderables económicos o de modelos de eficacia, estos jinetes ocupan un lugar estratégico de singular importancia. La irrelevancia estructural calculada de sectores enormes de la población, no posee un carácter accidental. Es un factor esencial de la lógica sacrificial que subyace a su funcionamiento.
El presidente del BBVA dedicó la mayor parte de su tiempo de respuesta a los accionistas a aclarar esta cuestión. La remuneración, que alcanza los casi 20 millones si se suma el salario, el bonus variable trienal y la aportación al plan de pensiones, "puede parecer alta", reconoció, y éticamente "discutible", aunque defendió que está en línea con las de otras grandes empresas, y se calcula "en función de los resultados, el trabajo y la creación de valor que pueden aportar". González se mostró dispuesto a explicar los sueldos en todas las juntas de accionistas, pero insistió en que eran "éticos y legales".
La petición de una paga extra para los trabajadores, solicitada por Comisiones Obreras (y concedida en el Santander), no tuvo éxito "porque la remuneración de la plantilla no se hace a corto plazo", dijo el presidente.
González unió el tema de la remuneración a la ética y, en su discurso, destacó "el compromiso de integridad exigible a todas las personas del grupo". Alabó el nuevo sistema de gobierno corporativo "que impulsa la integridad de toda la organización". También resaltó otra normativa interna, cumplimiento, que asegura que el BBVA sea escrupuloso con la ley. "Nos diferenciamos por los principios éticos", apuntó el presidente. Estas declaraciones se producen tres días después de que los consejeros procedentes del BBV hayan sido absueltos por los casos judiciales que provocaron su marcha del BBVA. -ahora mismo, en elpais.es
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