16 marzo 2007

correo

Querid@ amig@:
1. En democracia, la participación en los asuntos
públicos se realiza mediante el ejercicio de una serie
de derechos, el de manifestación, el de votación, el
de libre discusión, etc. Todo eso es parte de este
juego democrático, antes que los procedimientos
legales que los regulan. Lo que hemos visto ayer en
Madrid obliga una reflexión muy seria. No se trata de
que el PP no tenga derecho a manifestarse. Lo que no
tiene derecho es a manifestarse así, estilo
"batasuno", buscando un tipo de enfrentamiento y
enconamiento entre la gente basado en el ejercicio
puro y simple de la manipulación de los sentimientos
más bajos, los tribales, los que apelan antes al
prejuicio que al juicio. Contra todo eso es preciso
movilizarse.

2. El término "franquismo sociológico" se refería a
esa gran masa social que no quería comprometerse, que
"no se metía en política", que "iba a lo suyo", que se
decía "no te signifiques". Por eso duró tanto tiempo
el propio franquismo; no por los franquistas
militantes, o por los falangistas, sino gracias a esa
masa inerte, amorfa, que "pasaba"; manipulable y
dirigible, una vez convertida en "masa", como
genialmente explicó Elías Canetti en "Masa y Poder".
Bien, esa es la masa que el PP está tratando ahora de
convocar, de movilizar, de empujar. Una vez convertida
la ciudadanía en masa, sabe bien el PP que los tibios,
los desinformados, los que pasan, no ofrecerán
"resistencia" al empuje de una corriente general más
sentimental y emocional que política; de ahí el empleo
y la apropiación abusiva de los símbolos, las
banderas, los himnos, todo aquello que busca conmover,
emocionar. Contra todo eso es preciso movilizarse:
hablar con la gente, con los amigos, no perder la
iniciativa en los pequeños círculos de opinión, los de
la cotidianeidad.

3. Es preciso volver a repasar los principales
argumentos: a saber, la manipulación permanente del PP
desde el día que perdieron las elecciones del 14 de
marzo con el único objetivo de recuperar ese poder.
Acumular inútilmente epítetos descalificatorios contra
los llamados "neofachas" sirve de poco. Las mentiras y
falsificaciones se han ido sumando, unas sobre otras,
desde "España se rompe" en Cataluña pasando por la
"Teoría de la conspiración" del 11-M, la de la
disgregación nacional con los nuevos estatutos, la de
la vuelta a la Guerra Civil con la Ley de la Memoria,
la de la destrucción de la familia con la Modificación
del Código Civil para permitir el matrimonio entre
personas del mismo sexo, la de la intromisión en la
libertad de los padres con la nueva LOE y la
introducción de la asignatura de Educación Ciudadana,
la de España coladero de delincuencia con la
regulación de los inmigrantres ilegales y ahora, la
última, la idea de que es el Gobierno el que cede ante
ETA por el caso De Juana con el verdadero y oculto
objetivo de "modificar España en diálogo secreto con
Batasuna" (M. Rajoy). Todo ello puede ser muy burdo o
muy irreal, pero puede también ser efectivo.

4. El "Partido de los Patriotas" de hoy es un partido
moderno, que utiliza muy bien tanto las técnicas de
mercadotecnia como las correas de trasmisión
tradicionales enlazadas con los distintos movimientos
de base y sociales afines. Los tienen y los están
empleando con profusión para presentar agendas
"independientes" que directamente no quieren
presentar, aunque de inmediato asumen sus
planteamientos. Este es el papel que está jugando la
Conferencia Episcopal y sus asociaciones afines, Foro
Español de la Familia, Concapa; la AVT; las
plataformas locales en distintos lugares con episodios
como la tergiversación del affaire de los Archivos de
Salamanca, devueltos a sus legítimos dueños, y tantos
otros ejemplos que se nos pueden ocurrir. Cada
organización de base ha ido convocando sus distintas
manifestaciones masivas a lo largo de estos tres años.
Todo ello bien agitado, recogido y amplificado por
profesionales medios de desinformación como
Telemadrid, El Mundo, La COPE, numerosos periódicos y
radios locales, y por periodistas y tertulianos cuya
verdadera profesión es la de canalizar esas "ilusiones
necesarias" (N. Chomsky) al servicio del poder
tradicional, del de siempre, del de "la gente sensata
y de bien" (M. Rajoy), presentando como verosímil lo
que sólo es propaganda.

5. Las mentiras sumadas y repetidas, como decía Joseph
Goebbels, Ministro de Propaganda nazi se convierten en
verdad. O pueden pasar por verdad, y esto lo sabe su
discípulo Acebes, el Manipulador Mayor del Reino. Así,
quien defiende el indoctrinamiento religioso ortodoxo
en la escuela desde los seis años no tendrá empacho en
declarar contra la LOE: "Los jóvenes quieren una
educación en libertad, sin imposiciones, sin alguien
que les diga cómo pensar" (Ángel Acebes). La
conclusión de todo esto sólo se mide en cálculo
electoral, frío y duro. Estamos ya en campaña, una
campaña de un año, con dos citas en las urnas. La
derecha está movilizando a sus bases, para amedrentar
psicológicamente a esa masa inerte de tibios y
desinformados. Quien no desee ver de nuevo a esta
gente en el poder tiene que hacer otro tanto, y esto
es difícil, porque la gran base social progresista
funciona mejor "a la contra"; no cuando está
gobernando. Además, la izquierda (sea lo que esto sea
hoy), por feliz tradición y convicción, y por haber
estado fuera del poder en España durante casi toda su
historia no es monolítica, no cierra filas con
facilidad, salvo en circunstancias muy extremas. Así,
y aún habiendo votado a Zapatero hace tres años, es
patrimonio de la izquierda el poner sobre la mesa los
aspectos críticos con la gestión antes que los logros.
Y eso está muy bien, porque siempre se quiere ir más
lejos, o de otra manera, porque cada corriente o
sector tiene su idea de cómo se deberían hacer las
cosas.

6. Conclusión de lo anterior. Es fundamental una
movilización desde ahora mismo, compleja, porque se
trata de movilizarse contra un Riesgo, contra una
posibilidad, lo que entraña siempre una doble
dificultad adicional: la de pensar que tal riesgo no
existe, la de no identificarlo concrétamente. Por eso
es preciso movilizarse: decirle a la gente que esos
cavernícolas que se han apropiado del rojo y gualda,
como también se han apropiado del "Libertad sin ira"
que nunca cantaron durante los años de plomo, y que
representan la derecha más rancia de Europa, salvo la
polaca, sí pueden volver. La responsabilidad de que no
vuelvan "estos" es de todos y de cada uno de nosotros.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Menos mal que, dentro de esta línea marcada por el sentido común, mañana nos manifestamos en Pamplona para que, en palabras de Rajoy, Navarra sea Navarra. ¡Fantástico! ¡Y que Alemania sea Alemania! ¡Y, Majadahonda, Majadahonda! Reclamamos igualmente que el hígado sea el hígado (¿para cuándo, por cierto, un himno nacional dedicado a esta víscera?), que el microondas sea el microondas y, sobre todo, que las muñecas de Famosa acudan al portal. Salgamos sin complejos a la calle para defender las cosas bonitas en las que creen las personas normales, la gente de bien…
(…)
En esta misma línea de sensatez, de normalidad, de sentido común, nosotros abogaríamos por la puesta en marcha de una comisión parlamentaria que averiguara de una vez por todas quién es ahora el verdadero brazo político de ETA… quizá si lográramos descubrir a quién benefician sus crímenes, quién necesita de forma desesperada que los asesinos actúen, qué partido político hace caja cada vez que la organización criminal se convierte en noticia, hallaríamos la respuesta."

Anónimo dijo...

El vecino del cuarto está indignado con estos extraños tiempos que vivimos en los que la derecha sociológica entona el Libertad sin ira. La búsqueda de la identidad, querido vecino, tiene estas aparentes paradojas. Algo debería saber de estos procesos alguien que titula su blog `En compañía de Ulises´, pues el griego fue uno de esos tipos que, yendo a por tabaco, decidió dar un rodeo de varios años para buscarse a sí mismo...

Anónimo dijo...

“Parecen bandas callejeras con trajes de marca…”. “¿Quiénes son los senadores y senadoras que han tenido ese comportamiento y qué medidas se toman contra ellos?”.
Estas son algunas de las reflexiones escritas por jóvenes entre 16 y 18 años que el pasado 7 de marzo se encontraban en la tribuna de invitados del Senado presenciando la sesión de control al presidente del Gobierno; dicha actividad era la culminación de un trabajo sobre esta Cámara y sus funciones.
“Me dirijo a usted, señor presidente del Senado, ante el bochornoso espectáculo vivido hoy en el Pleno del Senado, al que acudimos como actividad con los alumnos de diferentes cursos de Garantia Social… Usted mejor que nadie se imaginará la vergüenza que sentimos, docentes, alumnos y alumnas, que comprobamos que tras el buenos días de Zapatero empezaron a chillarle y no le dejaban hablar… Durante 55 minutos le interrumpieron 38 veces con un nivel de gritos desconocido en las Cámaras… Sentimos bochorno ante un comportamiento que desde la infancia los docentes consideramos inaceptable; ustedes han demolido una actividad que considerábamos importante ante los jóvenes por su involucración democrática y responsable”, continúa la carta que termina con un solicitamos. Primero, conocer los nombres de los senadores y senadoras que chillaban e interrumpían…
La preocupación de estos docentes no viene por algunos comentarios jocosos de los alumnos, sino por los de este tipo: “… por esto, yo no voto”.
(ep, 13 de marzo)

Anónimo dijo...

Vivimos una democracia aún joven, emergente. El inefable MAR, en el 18 cumpleaños de la Constitución (año 96) la comparó con una jovencita a la que presentaban en sociedad... craso error. Una Carta Magna con casi 30 años como la nuestra aún está en pañales y debiera estar abierta a modificaciones que la ayudaran a crecer. Pero para eso, lo primero que tendría que suceder es que creciera la clase política, al menos al mismo ritmo que lo hacen la mayoría de los ciudadanos. Desgraciadamente, nuestros políticos (en su mayoría parlamentaria), aún no han salido de la guardería...