03 marzo 2007

La botella medio naufraga

Refiere el taxista cómo sólo se emborrachó dos veces en su vida, y en la duda de si eso supondrá que no beba en absoluto, rápidamente admite beber pero no emborracharse. Catorce, quince cubatas –dice- a partir de ahí, mal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Salud!

Anónimo dijo...

supongo que le basta su aliento para no ponerle gasolina al taxi