19 mayo 2006
el apocalipsis segun Biedma
Leí hace años, en una entrevista a Gil de Biedma, cómo éste afirmaba el destino del hombre como la mitad de su vida dedicada a acaparar, a proveerse, a lograr, y la otra mitad de su vida a deshacerse de ellos. No recuerdo si se refería a desvestirse de conquistas o de deseos, ha de ser menos cruel si sólo las primeras, y cabe pensar que, alcanzada determinada edad, los deseos sean, en cualquier caso, menos que los logros, pero a uno se le antoja que, en este mundo cada vez más cruel y más injusto, más y más vidas puedan llegar a la edad estoica de irse alejando de la voracidad de las cosas sin tener entre los dientes más que sueños. Sueños de otras vidas, de otra sociedad, de otras recompensas, de otros sentimientos hacia uno mismo y hacia los demás. Que llegado el día de empezar a alejarse de lo que nos quita la vida a cambio, uno haya tenido que deshacerse de sus sueños para no hundirse con ellos, y a uno, a esas alturas, sólo le queden las conquistas. Cómo desprenderse de ellas sin ver vacías todas las estanterías. Quizá sólo se refería a suprimir los versos malos.
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