28 enero 2006

Careo con tu mano izquierda

La policía ficha a 26 compradores de discos pirateados –titula hoy un breve de El País. 10 de estas personas –sigue- fueron llamadas por los jueces para comparecer como testigos en los juicios rápidos contra acusados de vender este material. El empleo del verbo fichar sugiere una acepción que equipara, o cuando menos aproxima, el delito de quien compra al de quien vende. Y acusar –ese comparecer como testigos- de ese mismo delito a quien te permite ser cómplice de él suena a careo con un espejo. Reconocer como acto delictivo uno que sólo lo es completo en la medida en que alguien paga por su realización es una medida legalmente impoluta para apelar a la participación real de quien se ampara en el lado oculto del delito –pagar. El cliente siempre tiene razón –opina la ley en ese obsceno penalizar crímenes contra la humanidad como es el consumo de tabaco pero no su venta, o tratar de prevenir la coprófaga ingesta infantil de la televisión más idiota sin prohibir su pública exhibición. Esta es su mano derecha –se les dice a cada uno de esos diez- con ella paga. Pero su mano izquierda lo sabe, es ella la que se lleva el robo a casa.

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