Un buen procastinador es aquel que guarda este ejemplar
de The Economist hasta tener la edad idónea que sugiere el artículo, y luego
espera a leerlo a unas horas de cumplir 47. Que es, de hecho, lo que acaba
contando el artículo: cómo la edad adecuada pudiera ser la mezcla mejor de
energía y deseos por un lado, y de serenidad y capacidad de renuncia por otro. Algo
ayudaría también si los estudios citados incluyeran, a los 46, no a los 70, la
pregunta “¿se cambiaría usted por un joven de 20 años?”. Como resumen parcial
para quienes no vayan a leer el artículo, este: quien quiera ser feliz, que
levante la mano. Quien quiera serlo más, que levante la pierna.
http://www.economist.com/node/17722567
No hay comentarios:
Publicar un comentario