24 enero 2007

Un muro de cal y arena

Pasó Oscar Wilde por la cárcel de Reading –atroz nombre-, y en ella escribió una suerte de testamento de lo injusto, en la que expone lo que le llevó a ella y cómo la persona a la que quisiera y en la que confiara se volvió en su contra. Es un texto doliente, como quizá sólo puede serlo lo que se escribe contra lo que se amó. Lo llamó De profundis. Parte de ese dolor, esa prisión y esa añoranza bucean, como si de una adaptación del libro se tratara, en la película de mismo nombre dirigida por Miguelanxo Prado que flota en la cartelera de milagro, como un poema en medio de un estadio. Hay siempre una película como un naufrago, que nadie se explica de dónde obtiene el agua, y la historia de esa casa en medio del océano comparte el yermo cocotero con las Noticias de una guerra, dirigida por Eterio Ortega –y producida por Elías Querejeta, como queda claro en el reverso de la hoja que imprimen los cines ideal, en la que los premios por él atesorados apenas dejan hueco a reflexión alguna acerca de la película- en la que uno pone de sus ojos la sal que en la película de Prado aparece dibujada. Angosta como una fosa, la película-documental de Ortega comprime en menos de dos horas los años que van desde el desencadenamiento de nuestra guerra civil hasta la derrota de la República. Y si nada parece peor que saber cómo acaba la historia antes de entrar en la sala, que los actores sean reales añade un dolor a su contemplación que no se va, pues, no por conocida, la historia de la amputación democrática y la gangrena de décadas asquea y arranca el corazón con la misma constancia con que las ideas se tornan cascotes antes o después. A través de poesía y trazos de mar en el primer caso, y de llanto real y derrota del blanco frente al negro en el segundo, ambas películas hablan de la vida durante y después de la muerte. Para quienes puedan, sugiero realizar ese viaje el mismo día. Salir de De profundis y llegar a las Noticias de una guerra. Y con la perdida y el dolor de ambas hacer feliz recuento de lo que se posee.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que el arte recree la historia, para no olvidarla, para no repetirla(si es que eso es posible)por que de lo que le pasa al mundo no aprendemos y nos siguen "asqueando y arrancando el corazon" unas realidades actuales que se hacen llamar democracias, como para arrebatarle a la gente incluso el ultimo soplo de ilusion,la ideologica, de tener la esperanza en la construccion de una democracia. Entonces, nos quedamos, muchos eso si, sin saber como nombrar ahora este nuestro sueno incluyente.
Otra vez, que cuente arte(que es el mas legitimo), que cuente el cine,a ver si a eso que llaman globalizacion(mas alla de las comunicaciones y la economia), le adviene un compromiso y una consciencia de mundo.

Buscare estas dos peliculas!

Anónimo dijo...

y ké bien escribe el jodio…!!

VIVA las palabras y el pensamiento bellamente entrelazado!!
y lo que más envidia da es que parece fácil.