31 enero 2009

pregunten a mi gemelo

Cita El País ayer una información publicada por The New York Times según la cual los ejecutivos de los bancos estadounidenses que el otoño pasado salieron del abismo gracias a los 700.000 millones de dólares inyectados por el gobierno de ese país, se repartieron hace unos días, al final de ese ejercicio, 18.500 millones de dólares, cifra equivalente a la recompensada en 2004. Justo en esa página, y desde la fotografía impresa a la derecha de la información, Rod Blagojevich, gobernador demócrata de Illinois destituido por unanimidad por el probado intento de subastar un escaño en el senado –el de Obama, vacante- mira en dirección al titular que reza el lamento presidencial por la sinvergonzonería de los banqueros. El texto también ha de mirarle a él porque en la negación de lo obvio se reconocen los bandidos. Y la misma impunidad con que la banca, entre otras provincias económicas del mundo, campa por sus respetos sin que los ajenos importen un comino, es la que desde lo político tantas veces saca brillo al estiércol que más hiede. Que política y empresa se financien mutuamente en la medida en que sus arcas presentes salvaguarden deudas futuras, es un ejemplo cristalino de cómo la sociedad es para ambas apenas el grupo sentado en la mesa del consejo de administración, pero más claramente, cómo su connivencia durante siglos ha convertido en natural la idea de que presidir un gobierno, del tamaño que sea es, sin gran pudor, muchas veces presidir una empresa, cuyos beneficios tienen por objetivo enriquecer a sus gestores y no a sus clientes. Así, cuando Blagojevich clama por su inocencia lo está haciendo en nombre de una inocencia relativa, la que juzga el anhelo de enriquecimiento como un tic empresarial, apenas el uso consabido de información privilegiada para sacar tajada. Algo que, en cualquier caso, tiene poco que ver con su habilidad como gestor. Milimétricamente pensado, es lo que hay detrás de los ejecutivos de la banca que, tras suplicar ayuda pública para paliar su nefasta dirección, aprovechan ese dinero para premiar, no su gestión, sino el hecho de que son ellos los que están ahí, en el sitio adecuado y el momento preciso. No es inocencia lo que claman, sólo normalidad, usos frecuentes del poder, presunción de relativismo –diríamos. Reducida a la situación del que, de joven, acaso hubo de mentir y hurtar para obtener lo que quería, el logro adulto de Blagojevich y la gran banca, sería en ese caso, la realización de una justicia más allá de la ley. Tal si la paz es la continuación de la guerra por otros medios, la presidencia, en según qué áreas, reluciera como la continuación de la estafa y otras prácticas criminales por otros medios, sólo más blindados. Véase también gobierno de no pocas comunidades autónomas, aquí mismo.

30 enero 2009

a darwin lo que es del cine

Se lee ayer en El País, en las opiniones de directores y escritores, acerca de literatura española reciente adaptada al cine, y en ese maridaje que tan a menudo se escribe improbable y se termina imposible, resuenan tres notorias adaptaciones que, con distinta solvencia en el tránsito, pudieron verse el año pasado. Ian Mc Ewan vio estrenada en cines la versión dirigida por Joe Wright de su novela Expiación, Cormac Mc Carthy prestó su espléndida No country for old men a los hermanos Coen –y de él se verá este año lo que John Hillcoat haya hecho a partir de su tristísima The road- y Paul Thomas Anderson aprovechó que Upton Sinclair llevaba muerto cuarenta años para destrozar su novela Oil! y venderla por trozos en su enorme There will be blood –aquí impunemente estrenada como Pozos de ambición. De las tres adaptaciones, sólo Mc Ewan escogió –o le fue permitido escoger- permanecer tan cerca de la adaptación como para ser, de hecho, coproductor ejecutivo de la misma. Mc Carthy está por encima de esas cosas, y ya queda dicho que Sinclair por debajo, pero uno duda de que la vigilancia del escritor sobre su texto rinda frutos mejores que los que de la ausencia. Pantagruélicas en tiempo, acción y personajes cambiantes, las obras de Mc Ewan y Sinclair prometían versiones necesariamente cruentas para con el texto original, y sin embargo Wright acabó rodando el libro de forma tan improbablemente fiel como eficaz en su propio espacio y tiempo narrativo, mientras Anderson desechó las 417 páginas de Sinclair, salvo los nombres, el petróleo y ciertos, pocos rasgos aquí y allá. Las dos películas le parecen a uno magníficas, como lo es la versión, ampliamente próxima al libro, que los Coen rodaron a partir del mucho más adaptable material de Mc Carthy. Que los tres sean buena, si no gran literatura, no es una contribución automática a la calidad de una película, y de ello, en el lamento general de los escritores, habla el artículo. Obligado a aceptar la adaptación cinematográfica, entre matar a Anderson y suicidarse, Sinclair habría elegido mejor si lo segundo, pues cedidos los derechos de un libro, se ceden los ojos con que la historia es observada. Y que un director de cine o de teatro escoja unos y no otros aspectos de una historia es tan legítimo como el derecho a reinventar el material para ponerlo al servicio de las imágenes. Es más un rumor que una verdad digna de ese nombre el que todas las imágenes valgan, cuenten, lo que mil palabras. Pero lo es, absolutamente, el que transportan su información de forma muy distinta a cómo el papel las mueve. Y cambiar el rumbo de lo escrito, incluso despreciarlo como en el caso de Anderson, es un precio que, si aceptado cobrar, entonces quizá sea tan justo poder gastar aquí como allá. Dirigida por el propio autor de la obra de teatro que adapta –John Patrick Shanley-, y presumiblemente hecha con metrónomo, se estrena hoy The doubt.

28 enero 2009

finalmente, educación para la ciudadanía, no para la ideología.

El Supremo rechaza la objeción a Educación para la Ciudadanía
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal establece que la asignatura "no alcanza a lesionar el derecho de los padres para que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que deseen"
ELPAÍS.com / EFE - Madrid - 28/01/2009

Tras dos días y medio de deliberaciones, el Pleno de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo (TS) ha decidido hoy por 22 votos a favor y 7 en contra que no es posible acogerse a la objeción de conciencia a Educación para la Ciudadanía (EpC), confirmado así la obligatoriedad de la asignatura, informa Julio M. Lázaro. El Supremo ha fallado sobre los recursos de casación presentados por varios padres contra la sentencia del Tribunal Superior de Andalucía, que reconocía el derecho de los padres a la objeción de conciencia, sin necesidad de detallar en qué puntos estaban en desacuerdo con la asignatura, y las del Tribunal Superior de Asturias, que desestimaron la objeción porque los padres demandantes no concretaron en qué puntos estaban en desacuerdo. El TS establece que la materia "no alcanza a lesionar el derecho de los padres para que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que deseen".

Desde el pasado lunes, cuando se iniciaron las deliberaciones, los magistrados han acumulado más de 20 horas de debate, porque tales deliberaciones desbordaron el marco inicial (la discusión sobre los citados recursos) y se amplió el campo: el Pleno, integrado por 30 magistrados, no sólo ha debatido si es posible la objeción de conciencia a la asignatura, sino incluso si los contenidos de ésta vulneran el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones, según el artículo 27.3 de la Constitución.

El pronunciamiento del TS unifica la jurisprudencia respecto a esta cuestión, que ha generado centenares de causas judiciales y sentencias dispares en los tribunales autonómicos.

En febrero de 2008 el Tribunal Superior de Justicia de Asturias desestimó en tres fallos similares la pretensión de varios padres de que la Consejería de Educación admitiera la objeción como parte de los derechos constitucionales de libertad religiosa e ideológica. El tribunal precisó que se desconocía el contenido de la materia a la que se oponían las familias y, por tanto, las enseñanzas concretas que pudieran ser contrarias a la libertad ideológica. "Resulta patente que el mero enunciado de una determinada asignatura no afecta a derecho fundamental alguno", argumentó el TSJ de Asturias. Aún más, consideró que el planteamiento general de EpC recogido en la Ley Orgánica de Educación "no puede suscitar duda alguna sobre su constitucionalidad". Por ello, "no cabe impugnar genéricamente las asignaturas relativas a Educación para la Ciudadanía como contrarias al derecho de libertad ideológica", ya que "sólo cabe invocar el referido derecho fundamental en relación con el caso concreto en que se desarrollan las citadas enseñanzas".

Por el contrario, el TSJ de Andalucía resolvió en marzo de 2008 a favor de unos padres a los que la Junta había denegado la objeción para un hijo. La familia argumentó que EpC vulneraba sus derechos fundamentales "a educar a los hijos en la formación religiosa y moral conforme con sus propias convicciones y a la libertad ideológica y religiosa", según la Constitución. Sobre los Reales Decretos que fijan los mínimos de EpC, el tribunal andaluz entendió que emplean conceptos de "indudable trascendencia ideológica y religiosa, como son ética, conciencia moral y cívica, valoración ética, valores o conflictos sociales y morales". Ante esta situación, el tribunal creyó "razonable que los demandantes, por razones filosóficas o religiosas (...), pueden estar en desacuerdo con parte de la asignatura, y lógico que soliciten que se excluya de ella a su hijo". El tribunal andaluz, que fundamentó la sentencia en la jurisprudencia de los tribunales Constitucional, Supremo y Europeo de Derechos Humanos, añadió que la objeción de conciencia es "directamente aplicable" aunque no hubiera sido regulada legislativamente.

20 enero 2009

hoy, ahora, nunca más

A veces, en las imágenes, la metáfora no basta para contener la realidad cruda en sus muecas, y así, ver subir al ya expresidente bush jr a un helicóptero y marcharse del gobierno de su país, minutos después de que un nuevo presidente jure su cargo, es un adiós –simple como él- al que le sobran todas las alas que no sean las del helicóptero, el de un hombre al que acaban de despedir, al que su sucesor acaba de expulsar del puesto, aunque no pueda permitirse señalar en ese momento lo tarde que llega ese gesto, cómo alguien o algo debería haberle expulsado del cargo que inconcebiblemente ha ocupado durante 8 años, cómo este mundo necesita, más que la esperanza como argamasa, la habilidad urgente de reconocer al menos indicado para un puesto, y de reconocerlo a tiempo, antes de que las consecuencias de esa ceguera sean ya una presa que revienta por todas partes. Las cosas hubieran mejor empezado si en la apertura de un nuevo propósito, el nuevo presidente hubiera dicho alto y claro que la crisis primera no empieza en bancos que prestan a quien no puede devolverlo, sino en las respectivas inteligencias que pusieron ahí, al frente del gobierno, al que hoy despiden con amargura y asombro de incompetencia. Esperanza es reconocer qué decisiones pueden matarte, arruinarte, deshauciarte aunque no lo parezca en ese momento, esperanza es o debiera ser, si queremos que funcione, la habilidad individual de pensar mejor, de pensar más allá de la oratoria o el patriotismo que te venden en envases baratos. Esperanza debería poder ser, sin necesidad de verlo por televisión, el distinguir que la forma de pensar de Cheney es, de por sí, una máquina de arrastrar ideas inválidas. Son las ideas las que mejoran o empeoran el mundo, por eso es necesario saberlas ver encarnadas en su forma primera, la abstracta, sin lo que la campechanía de bush o la distancia intelectual de Gore puedan contaminar aquello de que se está hablando, o callando. ¿Cuántos habrían votado a Obama si no hubieran podido verle u oirle? ¿Cuántos le habrían votado si sólo hubieran podido leer lo que éste dice?. Utópica esa, queda la esperanza de que Obama sirva, al menos, para enseñar a una generación a lo que se puede aspirar cuando uno vota, que lo que empieza hoy no sea una presidencia sino un listón, un baremo que siga ahí mucho después de que su inspirador se haya ido.

15 enero 2009

pero ¿alguna vez algún gobierno israelí pensó por un momento en respetar la legalidad internacional?


Se la pasan por el forro. Desde siempre. Desde 1948. Y no piensan parar nunca hasta echar a todos los palestinos de Palestina. No les importa ni dios, como se ve en la foto.
Como decía la pancarta por el otro lado: Israel, te puedes meter mi hipoteca por tu holocausto.

05 enero 2009

Continúa la del 28 de diciembre...

Los israelitas podían ser igual de contumaces y exigentes a la hora de cumplir las resoluciones de la ONU. Para contribuir al difícil proceso de la memoria, ahí van algunos datos:
  • 181 de la Asamblea General (1947): Plan de partición con unión económica.
  • 242 del Consejo de Seguridad (1967): Retirada israelí de los territorios ocupados.
  • 338 del Consejo de Seguridad (1973): Cese de hostilidades y retirada israelí de los territorios ocupados.
  • 1397 del Consejo de Seguridad (2002): Apoyo a la existencia de dos estados.
  • 1515 del Consejo de Seguridad (2003): Hoja de Ruta.

28 diciembre 2008

Nuevo atentado terrorista

Cuando aún no se han apagado los efectos de la salvaje irrupción del terrorismo en la India, un nuevo atentado viene a sumarse a la infausta lista de muerte y destrucción: esta vez ha sido en el gueto palestino de Gaza, donde los fallecidos rondan los dos centenares y se cree que los heridos podrían ascender a 500.
Estos datos son provisionales, ya que los terroristas no han dado por concluida su agresión, con lo que estas cifras podrían quedar rápidamente superadas. Como la población vive cercada y sometida al aislamiento internacional, no hay medicinas en los hospitales ni alimentos suficientes para asistir a los damnificados, con lo que es fácil suponer que parte de los heridos morirán sin la asistencia necesaria.
El grupo terrorista ya ha sido identificado y se ha sabido que está formado por militares del ejército israelí y funcionarios gubernamentales de ideología extremista radical que se abastecen de armamento por medio del gobierno de E.E.U.U.
Lo insólito de la situación es que destacados miembros del gobierno del país han justificado la masacre terrorista que se ha cebado sobre una parte de su población con argumentos fuera de toda legalidad democrática y del respeto a los derechos humanos y al marco jurídico internacional.
De esta manera, parecería que este grupo terrorista -en una extraña connivencia con los sectores más radicales del régimen- ha decidido poner en práctica de manera terminante la SOLUCIÓN FINAL tan descaradamente formulada por distintos políticos e intelectuales sionistas: la expulsión de los palestinos de sus casas y de sus tierras, su sometimiento y reclusión en guetos y su exterminio controlado.
Mientras tanto, una vez más, la reacción internacional viene a recordar la postura de los gobiernos de Inglaterra y Francia ante la política criminal desarrollada por el gobierno del partido nacional socialista en la Alemania previa a la segunda guerra mundial.

14 diciembre 2008

la camorra vasca

Leí ayer la colaboración habitual de Muñoz Molina en el Babelia de El País como todos los sábados, tan bien construida, tan certera. A medida que avanzaba en su lectura pensaba todo el tiempo en la magnífica foto que la encabezaba. Pero solo al final, cuando va concluyendo, empecé a sobrecogerme con el desenlace que mostraba. No podía ser, me decía, no se puede llegar a tanto. Y entonces me fui a ver la edición de El Mundo del jueves 4 de diciembre. Y allí estaba la foto en la portada para comprobarlo. No es ningún bar del sur de Italia. Es el País Vasco, aquí, ahora. La mafia ha vuelto a matar. Sus compañeros de mesa rellenan el hueco, reparten las cartas y siguen como la cosa más normal. La mafia vuelve a imponer su silencio.

02 diciembre 2008

3. el canon contemporáneo

Hay un adjetivo que tanto sirve para vestir el marasmo económico como para desnudar el liderazgo fraudulento que tiene en bush su mejor/peor ejemplo: desproporcionado. Lo fue invadir Irak o no tener espejos suficientes a mano, y lo ha sido, catastróficamente, conceder créditos durante años a quienes no podían pagar ni la ropa que llevaban. Desproporcionado el agruparlos como cajas chinas financieras, desproporcionado el recibir por ellas las más altas calificaciones de solvencia, desproporcionado el sembrar de ellas los balances de la banca mundial. Y más concretamente en nuestro país, desproporcionado el llamarse banca especialmente, prudentemente bien gestionada, y tener aún así el 60% de las manzanas crediticias en un mismo cesto, hoy en caída libre.
La intangibilidad del sentido común sin complejos que basta a Obama para proponer su equipo de gobierno en el que hay republicanos o demócratas que pedían su cabeza hasta hace meses, sucede a la intangibilidad de la hidra política –armas inexistentes en Irak- y financiera –ratios de solvencia imaginada. Pero esto era, sigue siendo, una mentira arañada en la mina de la codicia y la estulticia política, y aquello, lo que Obama podría enseñar al mundo si se deja, es el valor de un tipo de regulación que, por necesidad urgente, empiece en los mercados, y se consolide donde más falta hace: en el uso de la inteligencia como valor suficiente que admita esa forma de regulación que es un juicio cercano, permanente, obligado. Bush jr no ha de ser el idiota que se da por hecho es, no a tiempo completo. Pero nada en el mundo, y menos en su entorno, le ha obligado durante ocho años a pensar que sus decisiones acerca del cambio climático, la seguridad más allá del misil, la sensatez de un modelo de consumo irracional o la relación entre el hambre ajena y la inmigración propia exigen una visión de las consecuencias más allá de la impunidad que da un cuatrienio en el mismo despacho.
El adjetivo fatídico extiende sus tentáculos, por inevitable asociación, también a lo que de Obama se espera. Pero, reciclando cierta terminología del efecto invernadero, su antecesor ha emitido desproporción durante demasiado tiempo para que a Obama le sea imposible dejar de captarla ya desde antes de acceder al cargo. No puede esperarse ética de los mercados, y nunca habrá mejor, más debilitada, ocasión para imponerla mediante normas más estrictas que obliguen a una mayor transparencia y catalogación de los activos. Y se cuentan con los dedos –asesinados- de una mano los momentos en que de una presidencia se ha llegado, tan desesperadamente, a pretender algo parecido a una sensatez y a partir de ella, voluntad de inspiración mundial, que se diría incompatible con el cargo. De ambas escribe Paul Krugman en The New York Times –en la transcripción de El País 9.11: la ideología conservadora, con su convicción de que la codicia siempre es buena, ha ayudado a crear esta crisis. Lo que dijo Franklin Delano Roosevelt en su segunda toma de posesión -"siempre hemos sabido que el interés egoísta e irresponsable era malo desde el punto de vista moral; ahora sabemos que es malo desde el punto de vista económico”. Y ahora que la palabra podría lograr dejar de ser, por fin, un activo contaminado, también político.

30 noviembre 2008

diga a su prótesis que deje de mirarme

la llamada de vocento anuncia el escándalo surgido entre asociaciones progresistas –y el decantado hasta el ministerio de sanidad que anuncia su lógica potestad ante una cirugía estética en menores de edad- a causa del anuncio hecho público por una discoteca de sortear 4.500 euros para implantes de pecho, o lo que por esa cifra se desee. Como creo que merece mejor explicación que la que por radio doy, aquí la dejo:

1. si el problema, la causa del escándalo, es la demanda, entonces –añadido el matiz legal que impone el ministerio de sanidad- ¿ha de ser acaso que se considera denigrante, opresivo o chantajeante para la libre expresión de lo femenino el implante mamario?. Si tal, sonaría a tildar de alienada a no escasa parte de la población femenina de Venezuela, Colombia y Argentina, donde es costumbre extendida. En la asunción de que casi nada es malo o bueno hasta que su uso no lo inclina hacia una de las dos opciones, uno cree que ponerse pechos nuevos no es, como principio corrector, menos prótesis –sólo más definitiva- que ponerse cada día una hora de gimnasio, dos de depilación, media de maquillaje o bicicleta, y si me apuran, incluso dos de lectura. Acaso, en la denuncia, se vea como oprobioso el deseo convertido en reclamo, y así, querer algo sea menos decente que ir donde lo venden o sortean. Uno sospecha que es aquí donde más pecado haya: en que pase ofrecerlo, pase buscarlo, pero que haya que pasar por una rifa es, quizá, inadmisible. De alguna forma que uno no entiende, su obtención estropearía en esa visión los valores que lo preceden y que deberían ser inmunes a ello, como si un jamón fuera peor en el sortearlo que en el escaparate.

2. pero si el problema es la oferta, entonces señálese al palo que sustenta el resto del árbol de las vejaciones, pues uno convive cada día con anuncios de todo orden que suponen un neón vejatorio para las luces o el sentido común: la política nacional es una oferta diaria escandalosa de arribismo, falsedad y el más egoísta de los escrúpulos impunes; el pozo séptico de lo financiero no requiere mucha explicación; la televisión y el periodismo impreso o voceado insultan la inteligencia con tanta perseverancia como exhibicionismo da la inmunidad. Y sí, es la estupidez, la sumisión de los tontos y los ignorantes lo que buscan y con saña sortean.
Inherente a lo humano y sin duda específicamente a lo español, la atención de la sociedad es perezosa, cuando no inepta, y distraerla, redirigirla hacia campos inanes, viene a ser un implante también, aberrante por lo que supone: apenas hace unos días publicaba El País noticia de cómo el 70% de los alcaldes procesados por corrupción son, pese a todo, reelegidos. Y más próximos al tema de lo femenino denigrado, ningún periódico más vehemente en la crítica a la dignidad de la mujer que el que publica todos los sábados un suplemento insultante de mediocridad e irrelevancia femenina bajo el concluyente título de “mujer hoy”. No mucho ha que cierto idiota estadounidense pusiera en su tienda el anuncio que animaba a participar en el adivinar cuándo sería Obama asesinado. Como sorteo de una posibilidad que inevitablemente se anima al tiempo que se enuncia, la diferencia es que Obama está perfectamente como está, y quien opta a un implante mamario, es obvio que no.

Objeciones previsibles: primero, se trata de menores, población especialmente sensible a la manipulación y los impulsos torticeros. Segundo, es denigrante identificar o promover lo femenino como algo dependiente de lo físico, como si nada más contara. Actitudes como esa son las que crean la presión social que convierte a la mujer en objeto.

Objeciones a las objeciones: Primero, la sociedad educa con los peores y más persistentes ejemplos posibles, a todas horas y en cualquier dirección posible que se mire. Escandalizarse con un sorteo que pone en las manos de un menor la posibilidad de hacer lo que cualquier adulto haría si no fuera por las molestias médicas, el coste o el qué dirán, es emplear los dedos de la mano en señalar la paja que crece justo donde termina la viga propia. Segundo, la presión social por ser más atractivo, por tener mejor físico es la misma que en la Grecia clásica privilegiaba el culto al cuerpo tanto como el estudio o la exposición a la poesía, la filosofía o el teatro que, por cierto, hoy no importa a nadie. Pensar que por operarse o ir al gimnasio uno haya de ser automáticamente estúpido es un simplismo no menos irredento que el que acuña indefensión ajena con el prejuicio propio como molde. A uno, eso de achacar a un dogma inducido lo que es sólo un parecer contrario al tuyo, le recuerda esa otra profesión fraudulenta que es hablar de soberanía nacionalista en nombre de la mayoría –generalmente inmensa- de quienes no te han votado. O esos pueblos del norte de españa, oprimidos y ninguneados en el escándalo de sus voceros como la nación de las mujeres a las que no les convencen sus pechos caídos o pequeños.

24 noviembre 2008

2. sabes lo que eres capaz de compadecer

Escribe Thomas L. Friedman en The New York Times –en la transcripción de El País 7.11- como razón nueva en el triunfo demócrata el voto de los republicanos que percibían lo inspirados y esperanzados que estaban sus hijos, y no sólo no querían frustrar sus esperanzas, sino que en secreto querían compartirlas. No suena menos bien -menos productivo- por sonar irreal, pero que alguien renuncie a su parecer para favorecer el del contrario se antoja frágil porque, como ocurre típicamente con las herencias, que uno deje lo que tiene a su hijo sin juzgar si lo merece es sólo un instinto, un espasmo antes que una razón sólidamente validada. Claro, lo que se es capaz de juzgar es lo que se merece tu hijo, no sus razones.
Así, que en secreto quieras compartir aquello ante lo que cedes suena a patetismo de la voluntad, a ese no entender por qué tu hijo quiere algo que tú no. Justo al lado, que “la inspiración y la esperanza” jueguen algo en lo que debería ser exposición y juicio de más serios argumentos, es clásica maniobra de tiempo electoral, y en ella juega ese universal que es votar sin más razonar interno que lo bien o mal que le vaya al votante. Verbigracia, que a joe el fontanero no terminen de irle bien las cosas dice del bien general lo mismo que un escarabajo de la literatura universal: apenas uno de sus frutos elevado a tesis general, a principio regulador del todo. O la perversión del “si soy como todos, el todo ha de explicarse en mí sin más problema”.
Es en esa versión del peso de lo individual que renunciar a “frustrar esperanzas” suena a impostura, aunque bienvenida sea, pues es sólo hacerlo en función de la energía que muestra tu vecino en opinar lo contrario –que sea tu hijo sólo añade chantaje al hecho. Pero es un hecho feliz el que el 18% de los habitantes de estados unidos (los menores de 29 años) hayan optado, en un 66% por Obama. Porque ese porcentaje –creciente por debajo al incorporar las más generosas natalidades en negros e hispanos- unido al natural descenso de la población más envejecida –mayoritariamente republicana- producirá en las elecciones de 2012 una base de población presumiblemente afín o sensible a procedimientos demócratas.
La cita de Friedman se inscribe en un artículo de explícito título –la guerra civil ha terminado- y bien puede verse en ello el principio del fin de la influencia de la generación que vivió la gran guerra, y aún así ha optado repetidamente por trincheras del más puro sinsentido político, y el comienzo de una mayoría realmente civil, donde compartir las mejores esperanzas no requiera haberlas perdido de vista durante décadas.

09 noviembre 2008

1. el triunfo del tiempo y el desengaño

Es arduo imaginar una relación de un presidente con sus actos tan clara en el despeñarse como concluirá en enero la de george bush jr. Previsiblemente humillado a partir de ese día por un sucesor sensato, o sólo capaz de inteligencia, en la estrategia de gestión del mundo, sería sin embargo ilusorio pensar en que el aprendizaje de esa decepción vaya a durar gran tiempo en la cabeza de nadie, como no ha estado tan lejos de demostrar la inconcebiblemente idiota elección de sarah palin como segunda en la línea de sucesión al trono de haber sido mc cain quien colectara suficiente número de débiles mentales como votado aval de que bush sólo sería así malo porque la economía no va tan bien como la guerra. Que esa no-lección sea perfectamente posible aún para la mitad de la población de ese país, mayoritaria en veintiuno de los 50 estados que forman Norteamérica, es desoladora, no importa la ventaja final que obtiene Obama. Que 56 millones de personas a los que no se prohibe acceder a Internet o apagar la televisión piensen a palin perfecta para el puesto alumbra las reservas de preinteligencia, dispuestas a hacerse con el poder en cuanto el natural desgaste del gobierno afecte a un presidente cuerdo, lo suficiente para que la palabra “cambio” sea de nuevo la ganga hueca que el más tonto tiene la desverguenza de enarbolar allí o en cualquier sitio del planeta sin que se le exijan más pruebas de ello que la demagogia al uso para simples u obtusos. Viene un expresidente –santo y saña de su partido- de predicar aquí contra quienes venden la farsa del cambio climático, y nada pasa, porque qué importa el derecho a ser idiota en público si al día siguiente el mundo es otro, y nadie está aquí para procesar, y menos guardar, razones que liguen lo que vienes de hacer/decir a lo que te espera mañana, para juzgarte o al menos pedirte responsabilidades.

06 noviembre 2008

27 octubre 2008

razones para no escribir

...La fortaleza de la democracia no necesitaba esa iniciativa de Garzón. La necesitaba esa suerte de capital simbólico que es atreverse a respaldar de frente la verdad histórica cuando está en riesgo de descrédito. Y el mejor modo, en 2008, es que Franco vaya haciendo compañía en los calabozos de la conciencia a su admirador confeso Pinochet, y por una vía directa. Es decir, a través de su imputación como responsable de insubordinación política y militar contra el poder surgido de las elecciones de febrero de 1936. Los insolventes éticos e historiográficos tendrán así algo más estranguladas las líneas de crédito.
Jordi Gracia, El País, 22/10/2008

23 octubre 2008

22 octubre 2008

a la espera de lo que opine Fraga

Numancia de la Sagra, cuyo multisecular topónimo, Azaña, fue abusivamente borrado del mapa en 1936. Cuando el arrasador avance franquista hacia Madrid alcanzó Azaña, el tuercebotas con galones al mando de los rifeños que ocuparon la aldehuela, apenas mil habitantes, imaginó que la denominación del lugar era un homenaje al entonces presidente de la República y, ni corto ni perezoso, reunió a un puñado de aterrorizados vecinos que habían logrado eludir el fusilamiento o huir a tiempo y nombró con ellos una comisión gestora para sustituir a los concejales electos, si es que alguno quedaba vivo. Pude consultar en su momento el acta de la primera sesión donde se dice: "La corporación, recogiendo el sentir del pueblo, acordó por unanimidad solicitar de su Excelencia el Jefe del Estado que, en lo sucesivo, tras los trámites pertinentes, la Villa lleve el nombre de Numancia de la Sagra, por el hecho trascendente de haber sido reconquistada por los gloriosos escuadrones del Regimiento de Numancia". La "gloria" de este regimiento no era, por ejemplo, haber tomado Gibraltar, sino el sistemático fusilamiento desde que pisó la Península, de cuanto labriego topó en su razzia, sospechoso de "rebelión militar".
En noviembre de 1990, en el solemne homenaje al presidente Azaña en Montauban, donde está enterrado, el entonces ministro de Felipe González, Jorge Semprún, dijo: "Tenemos la intención en el Ministerio de Cultura, con la ayuda del presidente del Gobierno autónomo de Castilla-La Mancha, de devolver, antes de fin de año, el nombre de Azaña a esta pequeña villa toledana, de donde es originaria, muy remotamente, la familia Azaña". Está impreso pero, al cabo de casi 18 años, la vida sigue igual. –José Fernández-Cormenzana, 18.10 en El País/cartas al director.

13 octubre 2008

Donde los cuchillos son espejos

Pues el título de su novela premiada –El mundo- vuelve demasiado obvio afirmar que vienen de concederle el Nacional de Narrativa a Millás por ese mundo tan suyo, puede mejor decirse que lo merece por su habilidad para advertir dónde terminan unos y empiezan otros. Uno cree que el famoso lugar desde el que se decide habla el narrador de una novela es, en el caso de Millás, uno eminentemente espacial, por su precisión se diría geográfico, desde el que su escritura cuenta cómo no hay ideas antagónicas que no tengan una frontera común, allí donde las cosas son una y su contrario. Se aprecia mejor en sus artículos en los periódicos porque en ellos no necesita personajes que encarnen esta u aquella paradoja. Se dirá que advertir similitudes no es necesariamente una virtud que produzca automáticamente buena literatura, pero quizá nunca como hoy sea tan útil, tan revelador ese cuchillo que, más que su corte, es el espejo que no deja de reflejar, y así volver a unir, lo que tanta estupidez alrededor dice ver separado o necesitadamente separable. No pocos de los cuentos de Cortázar podrían serlo de Millás, y al contrario también. Y en ese juego de posibles, sucede también que el premio le une al gran Muñoz Molina en haber recibido ese premio tantas veces inepto que es el planeta, y poco después el Nacional de Narrativa. El centauro valenciano sucede así al jinete polaco, aunque sólo sea –sin desmerecer la laudatio- para seguir arrastrando un poco más el muerto destino de una ambición literaria que sólo se mantiene sobre el caballo por inercia.