09 febrero 2014

Y si


¿Sirve la frase de la fotógrafa Dorothea Lange que cita Muñoz Molina –una cámara es una herramienta para aprender a ver sin cámara- para expresar otras que caben peor entre las manos?. Cómo alguien a quien amas sirve para aprender a ver sin esa persona. Cómo un don pudiera servir para aprender a vivir sin la importancia que el mundo le otorga. Cómo un ideal sirve, entre otras cosas, para aprender a saberlo irrealizable. Aunque solo sea porque te evita sufrir pensando qué será tenerlo, lo que tienes sirve para saberlo reemplazable. Lo que atesoras sirve para saber que puedes perderlo. Nada de lo que captura la mejor cámara es tuyo, nada de lo que en ella aparece puede tocarte o escucharte. Y sin embargo, lo hace. Sin lo que llega para enseñarnos a prescindir de ello no sabríamos lo mismo. Necesitamos la cámara para vivir. Pero, entonces, ¿por qué, en un concierto, tantos dejan de asistir a él para grabarlo a través de sus teléfonos?. “Mira qué cielo más bonito” –decía T. hace unos años, en Tailandia, mirando la pantalla en vez del cielo. Qué es un libro escrito hace 400 o 2000 años sino un telescopio que sirve para aprender a ver el mundo que no sabe que existe el telescopio. 

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