20 junio 2006

Los heroes

Indefensa, va y viene la memoria por las páginas del periódico, hoy. En la página de la izquierda, va en las primerizas palabras de contrición que el lehendakari ibarretxe pone a los pies de tanto exiliado, atemorizado o asesinado al “lamentar la soledad en la que en muchas ocasiones habéis tenido que sobrellevar el dolor por la pérdida de seres queridos, y os pedimos perdón por esa lejanía que, a veces, habéis sentido de los poderes públicos”. En la página de la derecha, la memoria viene lo suficiente para, en boca de un concejal de herri batasuna, negar su implicación en un crimen de eta –no fue así -dice- pero no se queda lo suficiente como para aportar una verdad mejor –no lo recuerdo, pero no fue así. La heroicidad o la cobardía son algo más que la decisión de pasar página o de quedarse en ella sin quedarse. Y así, va y viene la memoria atravesando de silencio cómplice a quienes sólo ahora vacían sus bolsillos y la exhiben, como diciendo: siempre la tuvimos, siempre la reconocimos cerca, siempre sentimos su peso con nosotros. Y sin embargo no hay heroísmo en exhumarla cuando se considera llegado el tiempo de llenar los bolsillos de materia más nueva, más aprovechable. Sólo como amenaza diaria, como presencia constante, inexpulsable, admite la memoria tratar de héroes a sus usuarios. De esa pasta están hechos quienes llevan años sufriendo la convivencia de su memoria atemorizada, silenciada, amenazada o asesinada con esa forma de memoria criminal que es la mirada indiferente de lehendakaris y concejales que sólo saben que la libertad no es así, pero tampoco recuerdan cómo es. Engendra la lucha por la memoria luchadores, aunque esa memoria sólo esté hecha, desde los asesinos o los cómplices, de olvido, de no querer recordar, o leer, lo que sólo con mucho esfuerzo puede no verse delante o dentro de los ojos. Junto a la ausencia de memoria de su cómplice el concejal de HB, estos días asoma durante su juicio el silencio de los asesinos que desmemorian la sangre pero recuerdan “alabar a todos los luchadores vascos”. Y en esa lucha, que es para prohibir la memoria, viva o muerta, de todo lo que no quieren, reside todo el heroísmo de los que ven en la tierra que pisan una razón para matar o callar muertes. Pues sólo un héroe –esto es, un medio humano a la manera pagana- podría entablar esa lucha y aspirar a ganarla en nombre de una piedra, un árbol, una oveja

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chavales, Raúl quiere enviaros un enlace a un articullo que acaba de publicar en el blog www.comunicacion-cultural.com. El título: Todo pasa y todo queda en Myspace.com

Abrazo y nos vemos pronto,

raúl