14 junio 2006
fosas asépticas
Se riegan las hierbas que crecen fuera de los muros de las villas lujosas cuyos lindes uno recorre, son hierbas que hacen más agradable las aceras que aprecian los coches, los gatos y raras mariposas. El riego es igual de automático que el mecanismo que, dentro de la cabeza de muchos, chorrea sin parar la idea de que sequía es cuando del grifo deja de salir agua y todo lo anterior y posterior a eso es sólo un problema que queda lejos, a una distancia de miles de baldosas de las aceras propias. Uno cree que la actitud individual ante un tema está indefectiblemente ligada al resto de posturas con que se observa el mundo, asi que uno ve con alivio su falta de tiempo para imaginar qué otros recursos, qué otras posibilidades se dilapidan diariamente con idéntica fluidez, dónde ha de estar ese desague al que nutren directamente todas las tuberías y los pasillos que en el mundo son, si los pies hechos de ese barro pudieron, alguna vez, ser otra cosa.
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