Lo que ocurre en los guiones escritos por Kaufman
cuenta sus más profundos secretos en sueños o delirios, en visiones sobre las
que no se tiene control –Cómo ser John Malkovich-, o que se desdoblan sin remedio
–Adaptation. Curiosamente en una filmografía construida a partir de la bifurcación
o el extrañamiento, incluida esa otra acepción del sueño –la quimera-, la
aportación de esta magnífica Anomalisa –revelado durante un sueño del
protagonista- es tanto su síntesis como su reverso exacto: viniendo de una vida
afortunada pero infeliz, bulliciosa pero desdichadamente solitaria, Michael
Stone sueña que todos los seres que hay en el mundo son la misma persona en
realidad, cuán hallar, por fin, la otra persona real y distinta a la que amar y
con la que compartir la vida podría ser el único hallazgo que, más que salvarle
la vida, se la devuelva.
Codirigida por Kaufman y Duke Johnson, y rodada
mediante stop motion, todos quienes aparecen comparten rasgos y hablan con la
voz de Tom Noonan. Todos menos Stone y una mujer a la que conoce una noche en
un hotel. Enamorado de lo que cree el milagro finalmente hallado, al amanecer,
desayunando, advierte que no: en la voz de ella se superponen los temas banales
de cualquiera, finalmente la voz de Noonan. Lo que cree hallar podría ser su
salvación realmente, o solo un fracaso de su confianza en las posibilidades del
hallazgo. Y el final de la película apuesta, extrañamente, por esto último
mientras la desolación se adueña de nuevo de Stone, vuelto a casa a vivir entre
extraños que dicen amarle y son la misma cara y la misma voz.
La bifurcación del yo sale de su cine y alcanza a Kaufman: planteada como película solo tras ser concebida, y representada, como obra de teatro en 2005, aquel año Kaufman presentó Hope leaves the Theater. La segunda de las obras previstas iba a ser escrita por los hermanos Coen, pero finalmente no llegó. Fue reemplazada por Anomalisa, presentada bajo pseudónimo por Francis Fregoli. Solo que era también de Kaufman. Una vez más contra sí mismo, o contra una versión de sí solo aparentemente diferente. Es un don que Michael Stone, que teme que tras su careta no haya nada, querría desesperadamente para él.
La bifurcación del yo sale de su cine y alcanza a Kaufman: planteada como película solo tras ser concebida, y representada, como obra de teatro en 2005, aquel año Kaufman presentó Hope leaves the Theater. La segunda de las obras previstas iba a ser escrita por los hermanos Coen, pero finalmente no llegó. Fue reemplazada por Anomalisa, presentada bajo pseudónimo por Francis Fregoli. Solo que era también de Kaufman. Una vez más contra sí mismo, o contra una versión de sí solo aparentemente diferente. Es un don que Michael Stone, que teme que tras su careta no haya nada, querría desesperadamente para él.
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