16 abril 2015

afanes del justiciero



Para quienes guardan el dominical y lo leen a lo largo de la semana, el reportaje principal de El País, que hace cuatro días recogía el mito esforzado de la abogacía de alto nivel y su inmersión en la macroeconomía, ve añadir hoy en el mismo periódico un epílogo que es más interesante como prólogo: Emilio Cuatrecasas, que presta su apellido a uno de los mayores bufetes de Europa, ha aceptado una condena de dos años de cárcel por fraude a Hacienda que incluye el pago conjunto (regularización y multa) de 5.5 millones de euros. La noticia añade que, especializado el bufete en asesoramiento tributario, el imputado “goza de todo el apoyo de los socios”. Traído del Libro del éxodo, en el que se cuenta la actitud del pueblo liberado mientras Moisés recibe las tablas de la ley, ese don del que representa las garantías y pruebas de la ley: la disposición perfecta para defraudarlas. 

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