05 enero 2015

andante lento


La Filarmónica de Berlín, que cuenta desde hace años con un sistema de grabación y difusión por Internet de cada uno de sus conciertos, traspasó hace algunos meses la barrera que le separaba de la edición autónoma de sus propios discos. Es el mismo paso que dio la temporada pasada en nuestro país la Orquesta Nacional, si bien de momento su catálogo languidece con una única edición, estupenda eso sí, de un Carmina Burana grabado hace un par de años. Estos días El País permite la descarga gratuita de la primera grabación de Wagner dirigida por Gustavo Dudamel con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, que miles de personas guardarán en su ordenador personal con el mismo automatismo con el que pasan delante de una tienda de discos sin verla, lo cual es, por otra parte, cada vez más fácil para cualquiera. Patrocinada por un gran banco alemán, la Filarmónica de Berlín cuenta con una ventaja financiera de la que carecen estructuras similares en otros países. Pero preguntar en cualquier sucursal de ese mismo banco en nuestro país por ese servicio de visionado por Internet significa la primera noticia que tienen de algo así. Reducido el contenido del programa de mano de conciertos y óperas a una hoja plegada, quizá ofertar el mismo contenido que se vino a escuchar –la sinfonía, o una selección de la ópera, en soporte físico o como archivo descargable- junto a un programa de mano más elaborado ayudaría a difundir algo que, por separado, languidece en la tienda del Auditorio Nacional. 

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