12 junio 2014

Macbranagh


La suerte que uno añoraría, encerrado hace nada en mitad de una fila del Valle Inclán, a merced del destrozo cometido con Cómo gustéis, sin poder huir discretamente hasta que llega el descanso, se reencarna en Nueva York estos días en una versión del New York Classical Theatre, que tiene lugar, al aire libre, en Central Park, para eventual suerte de quienes vayan a disfrutarla o a sufrirla. Por azares del destino, la otra obra de Shakespeare que se representa allí estos días es también la misma que, hasta hace un suspiro, se ha podido ver en el María Guerrero. Kenneth Branagh es el Macbeth que aquí Javier Gutiérrez. Y nadie más doblemente feliz que éste. Primero, porque sin haber visto ninguna de aquellas, es coherente pensar de antemano que mejor resistirá en la comparación el Cómo gustéis; segundo, porque siendo ambas obras a la misma hora los mismos días, improbablemente habrá podido el gran Gutiérrez ver aquella. Quién fuera él. O mejor aún, quien estuviera en NY hoy.

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