03 junio 2014

lectura dramatizada




Con una puntería que Tiresías envidiaría, el mismo día que el rey abdica, la Compañía Nacional de Teatro Clásico escenifica en el Pavón, dirigida por Juan Pastor, la lectura dramatizada de El reconciliador, de Manuel Silvela. El programa de mano define la institución en su más hondo sentido histórico –“En 1821 los reyes absolutistas se habían aferrado con más fuerza que nunca a sus tronos… en España el pronunciamiento de Riego obligaba a Fernando VII a restaurar la Constitución de Cádiz, comenzando el trienio liberal… boicoteados pronto por la actitud obstruccionista y conspiradora del propio rey y la presión de los absolutistas, apoyados por la nobleza y el clero. La santa alianza europea envío un ejército francés en defensa del rey, dando paso a una década de represión feroz”-, pero es su último párrafo el que parece escrito esta misma mañana –“con un comportamiento en el que abundan emociones lacrimógenas y se exageran aspectos sentimentales y patéticos, así como una intención moralizante.” Para más simbolismo, quien acudiera al teatro, malamente llegaba a la manifestación convocada en Sol para pedir la república. 

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