26 febrero 2011

No contigo

En Horche, cerca de Guadalajara, una casa de tallado de madera permite elegir los modelos de entre siete álbumes llenos de vírgenes, ángeles, cristos, apóstoles, columnas... La exposición ocupa dos plantas, llenas de bienintencionadas copias de todo aquello que haya pasado por sus manos de restauradores. La que yo intento comprar es un maniquí de tamaño natural, con brazos articulados y nulo relieve femenino de clavícula hacia abajo, púdicamente tintada de morado. Uno se acerca por la cabeza, que de espaldas ya sugiere, en ese entorno, un ángel caído o rasurado, y de frente es un rostro dulce y calmo, como tan resignado a solo tener brazos, rareza entre tallas acabadas, policromadas, tal familias enteras al ofrecerse en varios tamaños. Es mucho lo que uno hubiera pagado por ella, aunque de estar a la venta acaso se negara, acostumbrada a la veneración de cuantos pasan por la catedral de Guadalajara a contemplarla. Más carente de cuerpo que desnuda, la virgen recién restaurada, fugaz, milagrosamente expuesta, pierde así la ocasión de que alguien la quiera como es.

1 comentario:

PGR dijo...

Las cosas más hermosas del mundo sean quizás aquellas que pasaron fugaces por nuestra vida. Me alegra haber sido yo quien te llevó hasta ese lugar de milagro. Por no tener no tienes, ni siquiera, una foto junto a ella para recordar la pareja que hubierais hecho.

Un abrazo,