22 febrero 2011

el ángel exterminador, 1


El mismo día que un empresario anuncia que se pegaría un tiro antes de dejar en la estacada a los inversores que acaban de saberse acogidos a un concurso público de acreedores, se publica la fotografía inédita de himmler tras ingerir la cápsula de cianuro al saberse capturado en mayo de 1945. La propiedad del mundo a que aspiraron para sí los nazis arduamente iba a soportar ser propiedad de quienes debieran haber sido sus súbditos. Y acaso parte de esa muerte pretendía escapar del descubrimiento público del tipo de abono con que sembraran sus ideas. Que no es decir que el pueblo a cuya mayor gloria trabajaran les hubiera dado la espalda por sus crímenes, pues los pueblos no paran en esas nimiedades y sí en su contabilidad que es la derrota.
Duele perder, y no que tus razones sean las que son. Por eso quienes hoy lamentan la suerte de sus ahorros, caídos junto al visionario que les embaucara con anuncios de crecepelo y una credibilidad tullida, han de maldecir la ruina súbita pero no, en justicia, el proyecto que lo amparaba. Pues fiar a la primera –que es su reverso, la fortuna súbita- hace imposible haber fiado nada al segundo, que es decir haber aspirado a entenderlo. Al revés es imposible, nadie que se haya asomado en los últimos cuatro años a algunas de las cientos de miles de páginas que los periódicos han llenado hablando de economía, puede haber contemplado el proyecto sin un sesgo de patetismo y asombro.
El populismo político que Alemania compró como inversión en la década de 1930 devastó un continente, y el populismo financiero, que viene de arrasar las economías mundiales, sigue teniendo compradores entre nosotros, que solo se explican en la concepción de la lectura del mundo como un horóscopo que no necesita ser aprendido, sino apenas interpretado. Por eso cuando ruíz mateos amenaza con suicidarse, por primera vez no está hablando de tipos de interés hipotéticos, sino, por primera y póstuma vez, de resultados demostrables: justo eso –pegarse un tiro- es lo que vienen de hacer sus inversores.

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