01 marzo 2008

Lo que los peces ven

Hay una escena de La escafandra y la mariposa, de Julian Schnabel, en que el hombre al que el protagonista cediera su sitio en un avión, años atrás, de resultas de lo cual aquel acabaría secuestrado 4 años en un zulo en Beirut, se presenta para decirle que sabe lo que se siente. Y es toda una metáfora de la comprensión desde fuera, pues si evidente es que la película versa sobre el esfuerzo del hombre inmovilizado por hacerse entender con sólo un ojo para hablar por él, también lo es acerca de la visión de quienes desde fuera de ese cuerpo inservible, intactos sus lenguajes, han de imaginarse la visión del mundo desde el hombre postrado. Es un finísimo hilo en común, pero en ese instante también habitan una escafandra los de fuera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es así que pasa que hay personas especializadas en comprender el lenguaje de los que habitan en una escafandra sintiendo la angustia inversa de no poder ayudarles entender el lenguaje de los de afuera.

Anónimo dijo...

la escafandra hace a quien aprisiona invisible, inexistente. no puede tocar. otras veces, es una crisálida en espera de ser mariposa.