10 diciembre 2006
en la flor de la muerte
Queda más cerca de buenos aires la muerte de quien dictara sobre chile, y así, en el salon de la casa en que éstos dias habito, se recuerda a videla y a quienes, en directa línea de sucesión, sangraron este país durante ocho años y miles de desaparecidos. Se habla de franco acá, del daño que atrasa países al tiempo que los encierra en cárceles, pero no hubo guerra civil en Argentina ni en Chile, y aunque después aparecieron los bandos para dividir en dos a sus países, el encono se desarrolló bajo una dictadura ya afianzada. Por supuesto no digo que ello sea preferible, sólo que la división de la sociedad no pudo, así, llevar sus odios tan lejos como pasó en España, germinados y engordados no sólo después, sino también antes y durante. A uno le parece la sociedad argentina una más compensada que la nuestra, y quizá por eso suena a justicia benigna la que se escucha en el telediario que acá abre con la muerte de pinochet debida a "una brusca descompensación". Púdrase, y con él, en fila, los que, como videla, hacen cola para ganarse su pronto y justo ingreso en las enciclopedias.
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