06 marzo 2006

lenguas vivas

Gustaba de embadurnar los paladares de la gente con un mejunje a base de aceite de oliva y de carbón en polvo, lo cual le permitía fotografiar el lugar exacto en el que la lengua entraba en contacto con el paladar (quitando así parte del carbón) mientras generaba un sonido. –de la necrológica del fonetista Peter Ladefoged, 25.2, en El País.

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