20 marzo 2006

Cortázar, en 1971...

En la hora de los chacales

De qué sirve escribir la buena prosa, de qué vale que exponga razones y argumentos si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo, lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto, vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos, los chacales son sabios en los telex, son las tijeras de la infamia y del malentendido, manada universal, blancos, negros, albinos, lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman, de qué sirve escribir midiendo cada frase, de qué sirve pesar cada acción, cada gesto que explique la conducta si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias, los policias disfrazados, los asesores del gorila, los abogados de los trusts se encargarán de la versión más adecuada para consumo de inocentes o de crápulas, fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se instala, y tanta buena gente va tragando baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien cree y hay quien olvida el resto, porque así es, compadre, los chacales lo saben: la memoria es falible y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de hoy con sus noticias invalida todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente traficado y mentido.
... No me excuso de nada, y sobre todo no excuso este lenguaje, es la hora del Chacal, de los chacales y de sus obedientes: los mando a todos a la reputa madre que los parió, y digo lo que vivo y lo que siento y lo que sufro y lo que espero.
... Demasiado asco para seguir con esto; mi patria es otra cosa; me sueno los mocos con tu bandera de pacotilla, ahí donde estés. La revolución también es otra cosa; a su término, muy lejos, tal vez infinitamente lejos, hay una magnífica quema de banderas, una fogata de trapos manchados por todas las mentiras y la sangre de la historia de los chacales y los resentidos y los mediocres y los burócratas y los gorilas y los lacayos.
... Pero hoy es más que nunca tiempo de decisión y de aguas claras: diálogo pido, encuentro en las borrascas, en las críticas diarias, no acepto la repetición de humillaciones torpes, no acepto risas de los fariseos convencidos de que todo anda bien después de cada ejemplo, no acepto la intimidación ni la vergüenza. Y es por eso que acepto la crítica de veras, la que viene de aquel que aguanta en el timón, de aquellos que pelean por una causa justa, allá o aquí, en lo alto o en lo bajo, y reconozco la torpeza de pretender saberlo todo desde un mero escritorio... Contra lo peor que duerme en lo mejor, contra el peligro de quedarse atascado en plena ruta, de no cortar los nudos, contra viento y marea, el día nace.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

ah, qué bien, aire fresco, abre un poco más la ventana!

Anónimo dijo...

VIVA JULIO. SIEMPRE.
Chacales en 2006, técnicas:
-la política es un espectáculo que debe atraer al gran público, con exageraciones, barbaridades, insultos y mentiras.
-La verdad no existe. Sólo hay puntos de vista, subjetivismo y revisionismo: sobre guerras, franquismo, contactos del gobierno anterior con eta, catástrofes ecológicas…)
-La percepción de la realidad se puede moldear; mucha gente no tiene información directa de los acontecimientos y sólo los puede conocer y valorar por lo que escucha o dicen otros.
-Descalificar al político en lugar de criticar sus políticas (técnica neocon). Esta técnica admite un refinamiento en la forma de acusar al otro de aquello que tú estás haciendo.
-No hay adversarios sino enemigos. La confrontación política no es entre colectivos que defienden intereses, visiones o posiciones distintas, sino entre grupos que no tienen nada en común sobre nada. Sólo la victoria total en forma de acceso al poder es una opción.
Contra viento y marea, seguimos esperando, e intentando, otra cosa, querido Julio.

Anónimo dijo...

Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural.
Las esperanzas lo saben, y no se preocupan.
Los famas lo saben, y se burlan.
Los cronopios lo saben, y cada vez que encuentran una tortuga, sacan la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina.

Anónimo dijo...

a Julio le encantaría San Borondón.
que quiero empadronaaarme!!!

Anónimo dijo...

... Y esto de sentirme como un fantasma debe ser ya perceptible en mí, porque hace unos días una señora argentina me aseguró en el hotel Riviera que yo no era Julio Cortázar, y ante mi estupefacción agregó que el auténtico Julio Cortázar es un señor de cabellos blancos, muy amigo de un pariente suyo, y que no se ha movido nunca de Buenos Aires. Como yo hace doce años que resido en París, comprenderán ustedes que mi calidad espectral se ha intensificado notablemente después de esta revelación. Si de golpe desaparezco a mitad de una frase, no me sorprenderé demasiado, y a lo mejor salimos todos ganando…

Diego Didio dijo...

Lo bueno de Cortázar es que sus letras te hacen valorar mucho más a Borges....