Hay una
pregunta que queda sin respuesta en El cojo de Irishman, de Martin McDonagh, en
el Español estos días: qué fue de los padres de Billy. Y es porque las
versiones sobre su desaparición –si se ahogaron para que el seguro de vida
salvara a su hijo o si lo que intentaron fue matarle- se bifurcan a la misma
velocidad a la que lo hace el destino de éste, atrapado también entre lo que
finge –tisis- y lo que, incluso dentro de esa mentira, es tan real que ni él lo
sabe hasta que es tarde. Basado en la peripecia que llevó a Robert Flaherty a
rodar Hombres de Arán en las costas de esa isla irlandesa en 1934, también
podría ser simultáneamente su secuela y la explicación mejor de johnypateenmike:
en Flaherty las tres veces que un niño intenta sumarse a una de las expediciones
pesqueras, su padre se lo impide. Que al menos hubiera una parte del pasado de
Billy que no sangrara.
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