Estos tres triunviros, tus competidores,
están ahora en tu barco. Déjame que corte el cable
y luego, en alta mar, les cortamos el cuello;
así todo será tuyo. –dice Menas.
Deberías hacerlo
y no decirlo. Para mí es una infamia, para ti
una manera de servirme. Has de saber
que mi honor no se guía por el provecho,
sino al contrario. Arrepiéntete de que tu lengua
traicione así tus actos. Si hubieses actuado a mis espaldas,
una vez hecho todo, me habría parecido bien,
pero ahora debo condenarlo. Olvídalo, pues, y bebe. –responderá Antonio.
Tomado de Antonio y Cleopatra, de Shakespeare. Asomada al mundo por vez primera hace exactamente cuatrocientos años. En cartel desde entonces.
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