12 abril 2008
rendidos e irrelevantes
Como con todo lo que considera diariamente irrelevante, llena abc 5.4 su página 20 de la prescindibilidad enésima del presidente del gobierno, mostrado solo durante varios minutos en una reunión de la otan esos días en Bucarest. No sabe inglés –se lee como explicación, de la misma forma que otros no saben pensar y van, pese a todo, de corrillo en corrillo. Transmite empatía bush, campechana simpatía, con sus peculiaridades adoptadas al mercado del sur de su país, un mismo tono que pudiera verse en blair, o en aquel Clinton del que se decía como virtud que cuando escuchaba parecía no haber nada, en ese instante, más importante en el mundo para él. Por idénticas razones, idioma al margen, uno no cree al presidente del gobierno español menos sociable que ellos –y menos en este periódico, en el que esa sea, acaso, la única virtud que se le admite- asi que quizá lo que pudiera ocurrir es que, sumado que bush sí habla inglés y que, aunque no, su puesto es un imán para el corrillo más deslavazado, quien pretenda jugar al mismo juego de la amistad centrifugada, tiene que llegar antes que él, o en su defecto, llevarse bien con el competidor, aunque sea sólo porque vas a encontrarte con él cada diez risas. Quizá porque zapatero carezca de alguien que, como Condolezza Rice a bush, pueda decirle en plena reunión reciente que se calle, aquel declaró en su día preferir, como cualquier ser dotado de una inteligencia mínima, a John Kerry antes que a bush. En el mismo artículo en que, también en lo fotográfico, se minimiza el tamaño de uno y se aprecia en toda su dimensión la estrecha relación que une a bush con el demócrata putin, se lee del oráculo de quien dirige el partido de la oposición en nuestro país, que advierte españa “debe tener una relación especial con estados unidos”. “Especial” significa, para gran bretaña y francia, entre otros cercanos a estados unidos, la imposibilidad de sacar sus tropas de esa guerra en Irak impuesta al mundo por mayoría cualificada, de la que españa formara parte en tiempos menos desdichados para nuestro prestigio en aguas internacionales. España debería haber mantenido sus tropas en Irak –es un titular que uno no termina de leer aunque sería lo lógico en aras de entender cuán mejor deberíamos estar. O este: Zapatero debió haber apostado por bush -como debe hacerse por el bien de las páginas de economía, aunque desde las de internacional se califique a bush de probable peor presidente de la historia de su país. No es lo mejor para un país que el presidente de su gobierno languidezca en sus apariciones internacionales, y sin embargo no suena mejor apreciar el grado de efusivo entendimiento que parece inspirar bush en todos los que no se quedan sentados y solos en un extremo de la mesa. Regido el mundo por ese latiguillo, es previsible que otros, como el mal acompañamiento, quede para los refranes como la cordura o la ética para quienes, ajenos a ese chantaje permanente a los propios principios que es gobernar, se querrían en esa imagen pública –que es la del público bush- mientras azuzan de momento la contraria. Las armas de que requiere un gobierno para hacer valer sus intereses en el mundo no siempre son las mismas que se exhibe en la pascua interior y diaria, y éstas, alertadas éticas aquí y convenientemente sobornadas allí, tanto van desde aquella comparencia de Colin Powell en la ONU a la que en los medios impunemente es, en sus pruebas, al tiempo destrucción masiva y mentirosa.
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