22 noviembre 2011
quién gana cuando tú ganas
Muy
probablemente la versión española de la crisis mundial, expresada en abismos de
paro y deuda pública sospechosa de solvencia, sea a partir de hoy, en la mente
de quien ha votado por un gobierno distinto, no responsabilidad de quienes van
a encontrarse con ella sino del sistema global que la perpetró. Es decir, el
mismo sapo anfibio de falta de competitividad y burbuja múltiple que hubo de
tragar el gobierno previo. Solo que esta vez a cargo de gente seria, fiable, gente
de bien, justo la clase de gente que no puede ser culpable de la gestión ajena
–socialista- como éstos tan obviamente lo han sido de la gestión ajena y
sistémica de un capitalismo idiota y mezquino. Parte de quienes esperan una
recuperación económica que haya estado esperando a asomar, valiosamente
guardada en la cabeza del gestor nuevo podrán culpar entonces a una causa mayor,
que tanto se parece a votar no razones y procesos complejos sino espasmos de
carisma y pensamiento débil. Para facilitar la contratación a las empresas se les
permitirá pagar tan poco al afortunado que éste no pueda ni pensar en irse de
casa hasta los 40. Y la demandada competitividad, que debiera empezar en
fortalecer la educación pública, se enroscará de nuevo en la desgravación por
compra de vivienda, modelo con el que los ayuntamientos podrán de nuevo aspirar
a recaudar más al recalificar suelo agrario, las promotoras inmobiliarias podrán
volver a ofertar empleo poco cualificado, cualquiera podrá volver a pedir un
crédito hipotecario para comprar la casa que, por los ajustes impuestos desde
fuera, dudosamente podrá pagar, y lo que es más valioso, esperando al final de
la ecuación, los bancos podrán volver a prestar dinero, esta vez más caro que
antes, eso sí. Los impuestos subirán y los sacos de las pocas trincheras que dejen
de hacer falta para resistir la crisis se utilizarán para guardar en ellos
derechos o certezas sociales considerados moralmente poco convenientes
(matrimonio homosexual), demasiado progresistas para un país mediterráneo (ley
antitabaco) o globalmente demasiado ciertos para poder ser gestionados dadas
las prioridades locales (cambio climático). Y dentro de cuatro años, cuando la
salida del euro haya sido adecuadamente contada como obra del gobierno
precedente y los cinco millones de parados sean solo cuatro, se podrá decir que
el proyecto necesita más tiempo para consolidarse. Bravo.
2 comentarios:
¡EA! Y ya verás las bonitas violeteras que volverán a poblar las calles de Madrid cuando la querida señora aspirante al puesto se ponga manos a la obra.
me gusta cuando escribes :)
ya rebautizó el problema gay como mera cuestión de peras y manzanas... a lo mejor, en vez de violetas, tenemos puestos de fruta... las peras en un puesto, las manzanas en otro, claro :P
un beso :)
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