17 diciembre 2007

madrugan los espejos

Si contadas en línea recta, las cosas cuentan de aquellas a las que preceden y a las que anteceden, la primera mañana después del drama usual con que cae el telón enésimo y nocturno sobre cierta relación, sucede frente a mi tía X, que cumplirá cien años en enero y a quien no veo desde hace ¿tres?. Espera la muerte como quien el desayuno, y en su cuerpo exhausto se abre paso con esfuerzo la lucidez que se comerán los gusanos. De vuelta es mi madre la que trae memoria cercana de mi tía Y, centenaria en prosperidad, cuya salud quebradiza añora también morir. Viene uno de querer lo mismo a pesar de que ninguna razón más que esa tendría para desearlo. ¿Soy yo el ejemplo de lo que quieren es lo adecuado, o son ellas el ejemplo de lo que quiero hay que ganárselo?

1 comentario:

Oly dijo...

Ulises, Circe ha venido a saludarte,
que tengas un excelente inicio de año 2007.