16 abril 2007

Espantapajaros, que no es poco...

Lo pusieron allí los mismos pájaros. Forzaron con su insistencia que palos, tela y cacharrería vieja se reunieran en una forma humana grotesca. Al principio lo respetaron por su figura imponente, y más tarde se acercaron a él hasta tomarle la medida, la materia, el alma de lata. A veces es un refugio para ellos, un espacio cómodo, un rincón donde ubicar sus nidos.

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